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viernes, 29 de abril de 2011

Columna de Juan Vene 29/04/2011

29 abril 2011

Juan Vené en la pelota

Feliz fin de semana con rumorama.com 

Flushing, Nueva York (VIP-WIRE).


"La más grande experiencia en el mundo es ganar un juego en las Mayores. La segunda más grande experiencia en el mundo es perder un juego en las Mayores...

Chuck Tanner.

preguntoyo¿no?.com... Con Barry Bonds culpable, me pregunto, ¿cuándo van a juzgar a los más presuntos delincuentes Bud Selig, Don Fehr y todos los dueños de equipos entre 1990 y 2006? Esos fueron, por encubridores y animadores, los verdaderos culpables de la era esteroides, hormonas de crecimiento humano y demás porquerías despilfarradas entonces.

japontusiasmo.com... Con sentidas ceremonias inauguraron en Japón el beisbol de sus Ligas Grandes. Hubo minutos de silencio, firmas de pancartas por los fanáticos, y especiales gestos de cordialidad de los peloteros para con el público. El comisionado, Ryozo Kato, expresó...: "Mi más profundo deseo es que nuestro beisbol anuncie al mundo que Japón va bien"... Sí, van bien, muchachos, van bien.

mancuernados.com... Los Blue Jays jugarán en Montreal varias series, a partir del próximo año. Esta ciudad francesa de Canadá, fue la sede de los Royals, equipo triple A de los Dodgers, entre 1946 y hasta 1968; y después de los Expos hasta 2004, cuando se fueron a Washington. Muy bueno que les lleven Grandes Ligas a los montrealenses.

adiooooooooossss.com... Manny Ramírez, quien dijo adiós al beisbol y a sus honorarios de dos millones 20 mil dólares, abordo de sustancias prohibidas para el consumo, era el líder en carreras ganadoras impulsadas entre los bigleaguers activos, con 208. Ahora ese sitio lo ocupa Chipper Jones, con sus 207. Y segundo es Alex Rodríguez, quien ha remolcado 199 carreras para ganar.

porvenir.com... Los Marlins celebran el regreso a la alineación del juvenil slugger de 21 años Mike Stanton. No lo habían visto, por lesionado, en lo que va de temporada, pero ese es el más prometedor bateador de poder del momento. Los más optimistas creen que tiene con qué superar todos los récords de jonrones en este mundo... Amanecerá y veremos.

¡playball!.com... Está muy recuperado el receptor venezolano Dioner Navarro (Dodgers), lesionado de un músculo lateral. Me dijeron ayer que estará en la acción antes de terminar este abril. ¡Qué bueno!

ensenadampeones.com... Los Marineros de Ensenada, campeones de la Liga Norte de México, comienzan su campaña 2011 como favoritos. Y eso quiere decir que todos jugarán contra ellos tan bien como contra ningún otro equipo. Ganarle al más famoso siempre es bueno... Digo yo, ¿no?

bigleaguerazo.com...Un shortstop que batea con el poder de un tercera base y la habilidad para chocar de un leftfielder, debe figurar entre las mejores predicciones 2011. Me refiero a Troy Tulowitzki (Rockies), quien mueve el bate con efectividad admirable. Claro que escribir y leer su apellido requiere cierto esfuerzo, pero es parte de lo que nos cobran por ver jugar a estelares como éste.



Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú... 


jbeisbol5@aol.com

jueves, 28 de abril de 2011

LA PEQUENA SERIE MUNDIAL DE 1959




Por Andrés Pascual

      La Pequeña Serie Mundial es el encuentro de postemporada que decide el campeón, clasificación Triple-A, entre el ganador de la Liga Internacional y el vencedor de la Asociación Americana.
      Según escribió Stew Thornley en el libro “La gloria y la fama de los Molineros de Minneapolis”, pocas en su historia fueron tan excitantes y peligrosas como la que jugaron, en 1959, los Cubans Sugar Kings, de La Habana, y el club objeto del libro.
      Y es que no solo fue una de las más disputadas juego por juego, en la que el séptimo se decidió en el noveno inning, con otros dos en entradas extras; sino que, según Thornley, testigo presencial del evento como reportero, “Fue la única en que las ametralladoras y fusiles superaban la cantidad de bates de ambos equipos juntos…”
      Los Molineros, un equipo sucursal de los Medias Rojas de Boston, dirigido ese año por Gene Mauch era, en 1959, defensor del banderín ganado el anterior por barrida en 4 juegos contra los Reales de Montreal. El de 1959 sería el Clásico # 42 de su tipo.
      Minneapolis hacía su tercera aparición en cinco años en la Pequeña Serie Mundial, a la que asistió reforzado con dos jugadores que, en 1960, estarían en el club matriz de la Liga Americana: el jardinero Lou Clinton y el entonces segunda base de 19 años, inmortal del juego, Carl Yastrzemski, que unió al equipo durante los playoff de la Asociación.
      Del otro lado, los Cubans habían concluido 1958 en el sótano de la Internacional; pero, en 1959, terminaron en el tercer lugar del estado de los equipos del calendario regular; entonces se impusieron al Columbus y al Richmond en los playoff, ganando el boleto al evento.
     A los Cubans los dirigió Preston Gómez y su plantilla fue una mezcla de peloteros latinos con mayoría cubana y de refuerzos americanos aportados por el club matriz, los Rojos de Cincinnatti. Varios de los jugadores de los Azucareros ganarían respeto y fama en Grandes Ligas como Leonardo Cárdenas, Miguel Cuéllar, Cuqui Rojas, Haitiano González o, por sus soberbios relevos para los Yanquis en Serie Mundial, el lanzador zurdo boricua Luis “Tite”Arroyo.
     Fue el año, 1959, en que Cuba perdió la categoría de “paraíso”, convirtiéndose en una pesadilla que alcanzaría niveles de infierno en muy poco tiempo; en el cual,  bajo condiciones únicas de peligro, no vistas ni antes ni después en esos eventos, se celebró la más grande e importante serie jugada por un equipo cubano e hispanoamericano jamás hecha posible, hasta hoy, en el Beisbol Organizado.
    El peligro por el evento terrorista con justificación política, o por desborde de la enfermiza pasión por la consolidación de la confusión de todo el pueblo, repercutió en la pelota: poco después de la medianoche del 26 de Julio, mientras jugaban los Cubans contra los Alas Rojas de Rochester el 11no. inning, en el Cerro, un partido del calendario regular, las demostraciones de celebración por la fecha del Ataque al Cuartel Moncada, 6 años antes, incluyeron tableteo de ametralladores y disparos continuados con fusiles, pistolas y revólveres, que convirtieron a La Habana en una plaza en guerra extraña. Varios plomos encontraron su camino de descenso dentro del terreno de juego, hiriendo levemente al coach de tercera del Rochester, Frank Verdi y al torpedero cubano Leonardo Cárdenas. Este incidente estuvo a escasos milímetros de adelantar el traslado de ciudad de los Cañeros, por el peligro que representaba tan irresponsable acción, el que se produjo en julio del año siguiente bajo señalamientos de “peligro extremo”, sobre todo para los jugadores de los clubes visitantes, que se quejaron por la anomalía.
     Roberto “Bobby” Maduro, propietario de los Cubans, para no perder la oportunidad de celebrar la Pequeña Serie Mundial en el estadio de la barriada del Cerro, elevó al Presidente del circuito, Mr. Frank Schaugnessey, un comunicado que decía: “No hay violencia en La Habana ya. Los fanáticos, por ahora, solo tienen presente el beisbol en sus intereses.” Fidel, personalmente, garantizó la observación que, indudablemente, fue una súplica. Las Ligas Menores, a través de Mr. George Trautman y el propio Circuito Internacional, así como del Secretario de Estado, Cristian Herter, lo aceptaron…la Pequeña Serie Mundial tenía bandera de vía segura por el carril antillano.
    La serie se inició en Bloomington, en el estadio Metropolitano. Allá iban a ser jugados los primeros dos juegos del evento; pero un repentino tiempo invernal, con grandes nevadas, decidió el destino del resto de los juegos en el estado…
    El domingo 27 de septiembre, solo 2,486 fanáticos asistieron a ver caer su equipo 2-5 contra los Cubans en el inaugural. A 1,500 millas de casa, con un frío desconocido para ellos, alrededor de 1,000 fanáticos cubanos estaba en las gradas de aquel  estadio, con la algarabía natural del Cerro, con el Hombre de la Sirena y con el incansable repicar de tambores y trompetas de la conga de Papa Boza apoyando a los suyos, de tal forma, que los Molineros aparentaban ser huérfanos de fanaticada en su casa. Según escribió Thornley, “parecía que la tierra se tragaría al estadio, cuando los visitantes lograron un racimo de cuatro carreras en el tercero, por el atronador ruido de maracas y sirenas generalizado, matizado con el ondear de banderas cubanas por varias secciones de la instalación”.
     El tiempo empeoró y la asistencia mermó para el juego # 2, con solo 1,062 pagando la entrada; pero esto no detuvo a la artillería de largo alcance de los Molineros, que revertieron desventajas de 0-2 y 2-5 para, finalmente, imponerse 6-5: Roy Smalley, cuñado del manager Gene Mauch, metió un jonrón para empatar a dos en el segundo y Lou Clinton y Red Robbins reempataron a cinco, también con cuadrangulares, cerrando el octavo. La victoria de los de casa se produjo por medio de otro jonrón, de Ed Sadowski, en el noveno.
      Los jugadores de los Cubans parecían más afectados por la fría temperatura que por los racimos de anotaciones de los Molineros, el consumo de grandes cantidades de café hirviendo y el uso de toallas y colchas para envolverse, daban una imagen ártica al dugout visitante. La revista Bohemia publicó una curiosa foto de AFP en la que se veían Al catcher Enrique Izquierdo, al pitcher Raúl Sánchez y al infielder Octavio “Cuqui” Rojas, alrededor de un latón de basura, que encendieron dentro del dugout, para calentarse en medio del tremendo frío.
      El 29 de septiembre se suspendió el juego por nevada y la Comisión de Ligas Menores decidió el traslado a La Habana de los partidos restantes. Para muchos que participaron en el acontecimiento, desde jugadores a narradores, la solución de emergencia benefició al club cubano, al extremo de que consideran que el campeonato se ganó por el traslado total de los juegos restantes al Estadio del Cerro.
    Si a la Serie entre Yanquis y Mets hoy, como a la de los Bombarderos y el Brooklin ayer, se les llama “La del Metro”, la que se jugó como colofón a la campaña de Triple A de 1959 se debió bautizar como la del Estrecho de la Florida. Empezaba entonces el enfrentamiento, ante su público, del verdadero momento de grandeza de la pelota cubana, hasta el día de hoy, con los Cubans contra Minneapolis.
     En medio de una majestuosa parada de bienvenida desde el aeropuerto a la ciudad, luego del arribo a La Habana de  ambos equipos y en una gala  al efecto, Bobby Maduro dijo: “Esto es un evento nacional”. Fidel Castro estaba presente y no habló; pero asistiría a cada desafío efectuado y toda la cúpula gubernamental fue obligada a presenciar en vivo, por lo menos, un juego como política personal dictada por el sátrapa.
     Castro entró al terreno por el centerfield para el primer y último juego celebrados en Cuba y se sentó en diferenes secciones de palcos, en uno de los partidos, le retrataron en el dugout de los Cubans, entre Borrego Alvarez y Ray Shearer.
      En la pequeña ceremonia en el plato que precedió el primer juego, el dictador se dirigió a los mas de 25,000 asistentes: “Vine aquí para ver a nuestro equipo derrotar al Minneapolis, no como Premier, sino como fanático. quiero que nuestra novena gane la Pequeña Serie Mundial… ¿Qué mejor después del triunfo de la Revolución?” Acto seguido, le dio la mano a cada jugador de los dos equipos.
    Según Stew Thornley, los Molineros estaban nerviosos con aquellos barbudos, que los saludaban con señas de manos y cabezas hasta 7 veces cada uno, por lo que salían muy poco de sus cuartos en el Havana Hilton. Algunos consideraron ese detalle como trabajo colateral de apoyo a la victoria.
     Aunque Gene Mauch siempre dijo que nunca se sintieron amenazados, más de 1,000 soldados estaban allí, durante los juegos, alineados como segunda barrera de protección a las reglas de terreno por el público dentro del diamante, o en los dugouts…
    Ted Bowsfield, pitcher del Minneapolis, describió así su preocupación: “Eran jóvenes, muchos de 14, 15 y 16 años, jugando con sus armas al lado de uno. A cada rato escuchábamos disparos fuera del estadio y nunca supimos la razón…”
   Tom Umphlett, jardinero central visitante, al entrar al dugout después de hacer una cogida a lo profundo de su posición, le comentó a Mauch: “Uno de esos barbudos me prometió que me iba a matar e hizo la señal de media circunferencia, con el dedo a través del cuello, que en Cuba no se hace como para cortar la cabeza; sino como símbolo de victoria en un juego. Evidentemente, el Minneapolis jugó aterrorizado aquella serie.
     El tercer juego lo abrió el club de la Asociación con ventaja de 2-0; pero los Cubans empataron en el octavo a dos y ganaron con otra en el décimo. Yastrzemski, que la sacó a 400 pies por entre el right-center, escribió en su autobiografía: “Era una revolución en las calles y las armas, disparadas constantemente en tus narices, hacían violento el espectáculo”
    Los Sugar Kings empataron a tres el cuarto juego en el cierre del noveno, con sencillo de Daniel Morejón, que también empujó la anotación ganadora con otro hit en el onceno.
    A uno de la eliminación en 4 juegos, el Minneapolis se sobrepuso y ganaron los proximos dos, empatando a tres la serie.
    Para el séptimo, Castro alteró su entrada desde el centro del terreno y, en vez de pasar frente a la cueva de los cubanos, lo hizo por la de los visitantes. De acuerdo a Lefty Locklin, del Minneapolis, cuando pasó frente al bullpen, despacio y mirándolo fijamente, le dijo en inglés, mientras se tocaba la pistola que llevaba: “Hoy ganamos nosotros”.
     Sin embargo, los Molineros dieron la impresión de que no creían en supuestos fantasmas y Joe Macko abrió el cuarto episodio con jonrón al izquierdo, mientras Lou Clinton hacía lo mismo en la sexta para poner delante a su equipo 2-0.
      La ventaja forastera se mantuvo hasta el 8vo. cuando Pelayito Chacón abrió con sencillo y, después de un out, Morejón bateó una línea que picó y se internó en el público, bajo reglas de terreno, para un doble. Ray Shearer se ponchó sin tirarle para el segundo out; pero el emergente Larry Novak conectó hit al center que empató el desafío.
     En el cierre del noveno con el score empatado, los Cubans colocaron corredores en segunda y primera con dos outs. La mala suerte de los Molineros, además de la nieve que les canceló servir de anfitriones en 2 juegos, reapareció en el plato en la figura del Jugador Más Valioso del evento, el recientemente fallecido jardinero Daniel Morejón el que, al primer lanzamiento, conectó hit de línea al centro, que le permitió al corredor Raúl Sánchez llegar de cabeza, antes que el tiro de Umphlett, con la carrera que decidió el memorable juego.
      Los Molineros de Minneapolis regresaron a su casa tristes por la derrota, pero aliviados por la tensión de la actividad irresponsable, enmascarada en juerga y diversión a que, aún, acostumbra la tiranía.
     Ted Boewsfield declaró después: “No tuvo peso perder el juego en ese país y bajo aquellas condiciones, estábamos felices de regresar sanos y salvos…”
     Mientras, La Habana iniciaba tres días de fiestas por la tremendísima victoria de los Cubans que, al año siguiente y por esa fecha, Castro se había encargado de opacar para siempre obligando a las autoridades americanas a trasladar el club a Nueva Jersey.
  
    

Tres Verdades / Andres Pascual


MALA SUERTE; MALA COSTUMBRE

Por Andrés Pascual

       Cuando el pitcher cubano de los Filis de Filadelfia, José Ariel Contreras, comenzaba a cuajar como serpentinero de Grandes Ligas, aunque en función de relevista, se molesta el codo del brazo de lanzar. Mala suerte, para él y para el club y un improductivo viaje de 3 ó 4 semanas a la lista de enfermos
       El serpentinero, una vez el mejor del equipo castrista a eventos internacionales, parece que domó sus nervios y adaptó su temperamento a situaciones complicadas en un tipo de beisbol en el cual, la clase y el nivel de competencia, tienen que demostrarse diariamente, entre otras cosas, porque, lo que se recibe en pago por cada actuación de obligado alto perfil, ni son abrazos de dirigentes ni diplomitas al mérito político, sino millones de dólares, contantes y sonantes.
       El pinareño, todo un veterano de 20 campañas en general y más de 35 años de edad, está en una carrera contra el tiempo y, lesionarse, representa un retroceso en el rumbo positivo que llevaba en lo que ya son sus días finales en el beisbol con, tal vez, esta y otra temporada, más o menos productiva.
       Pero da risa y pena que en Filadelfia, por el miedo a perder terreno en la división Este del Viejo Circuito, se busque un chivo expiatorio a quien culpar por la lesión del cubano, claro, el alboroto lo produce que su cerrador, Brad Lidge, esté en la lista de enfermos por problemas en el hombro, sin que se pueda definir, a ciencia cierta, su regreso; mientras, Contreras lo estaba supliendo de tal forma que el dueño de la posición no lo hubiera hecho mejor.
       Charlie Manuel ha tenido que defenderse de acusaciones, como responsable, por la lesión en el brazo del antillano: que si 4 de 5 veces con un día por el medio de descanso, que fue exagerada la utilización del cerrador suplente…Sin embargo, ¿Qué hubiera sucedido si se hubiesen perdido 2 de 5 de esas victorias, porque explotara otro relevo? ¿A quién estuvieran matando hoy?
        Más claro que el agua, le dijo a todo el que quería escucharlo que al club lo dirigía él y que lo hacía para ganar. El respaldo absoluto del General Manager Rubén Amaro jr. tal vez le colocó el chirrín chirrán a la historia que, por si fuera poco, cuestionó también los 130 lanzamientos de Roy Halladay en su último juego.
        Los tiempos, que nadie puede cuestionarlo, están de “ampanga” en las concesiones a los jugadores y en detrimento del pasatiempo…
        La noche del 2 de julio de 1963, en el estadio Candlestick Park, de San Francisco, jugaron un extrainning de 15 entradas los Gigantes y los entonces Bravos de Milwakee, el juego concluyo con victoria 1-0 del club que capitaneaba Willie Mays quien, precisamente, sacó la bola por el leftfield para dejar al campo al equipo de Hank Aaron.
        El jonrón se produjo por una curva que se le quedó alta a Warren Spahn en el que fue su lanzamiento # 201 del encuentro; el pitcher ganador fue el dominicano Juan Marichal, que concluyo la noche con 227 envíos al plato.
       Datos de interés: ese año Spahn cumplió 42 y Marichal, un mes después, 26; el zurdo terminó la campaña con 23 ganados y el quisqueyano con 25.
      Ambos, inmortales con residencia fija en Cooperstown, en 1963 Spahn jugaba su temporada # 20 y Marichal la 4ta.
       Lo mejor, visto a la luz de los acontecimientos del beisbol actual, nadie acusó a los managers por haberlos dejado efectuar la cantidad de lanzamientos que hicieron; porque, por vergüenza, por fortaleza física y por profesionalismo, tampoco a alguien le dolía ni el codo ni el hombro con la sospechosa rutina del tiempo actual.



Pie de grabado: Ni recuerdos quedan de pitchers como Warren Spahn.

Resultados de Las Grandes Ligas 28/04/2011

28 abril 2011

Juan Rivera descargó segundo cuadrangular

Arlington.- Mitch Moreland golpeó jonrón solitario en la séptima entrada para romper un empate y darle el triunfo este miércoles a Rancheros de Texas 7-6 sobre Azulejos de Toronto.

Cody Eppley (1-0) fue el ganador con relevo de 2.0 entradas permitiendo una carrera y un hit. Hubo juego salvado para Darren Oliver (2) y perdió el dominicano Octavio Dotel (1-1).

Por Toronto, Juan Rivera de 4-3, jonrón (2), anotada y dos impulsadas. Por Texas, Elvis Andrus de 4-1, anotada y remolcada; Yorvit Torrealba 3-0, anotada.

Mets 6, Nacionales 3

Washington.- Daniel Murphy conectó doblete impulsor de dos anotaciones que coronó un racimo de cuatro en la novena entrada para la victoria de Mets de Nueva York 6-3 sobre Nacionales de Washington.

El dominicano Pedro Beato (1-0) se apuntó el triunfo con relevo de 1.0 entrada en lo que permitió una carrera sucia y un hit. Salvó el venezolano Francisco Rodríguez (6) al ponchar a uno y tolerar un imparable en 1.0 episodio. Perdió Sean Burnett (0-1).

Por Washington, Wilson Ramos de 3-1, impulsada.

Cardenales 6, Astros 5

Houston.- Matt Holliday y Tyler Greene sonaron jonrones solitarios para apoyar una buena labor de Kyle Lohse en el triunfo de Cardenales de San Luis 6 carreras por 5 sobre Astros de Houston.

Los "siderales" trataron de remontar con tres carreras en la octava entrada y dos más en la novena pero se quedaron cortos.

Lohse (4-1) fue el ganador al permitir cuatro hits en 7.0 entradas en blanco con un boleto y dos ponches. Hubo juego salvado para el venezolano Eduardo Sánchez (1) a pesar de aceptar tres imparables y dos carreras en 1.0 episodio con dos abanicados. Perdió J.A. Happ (1-4).

Yanquis 3, M. Blancas 1

Nueva York.- Bartolo Colón lució como el as de antaño al silenciar a los Medias Blancas durante ocho entradas y Robinson Canó pegó un jonrón de tres carreras para que los Yanquis de Nueva York derrotasen el miércoles 3-1 a Chicago.

Por los Medias Blancas, Omar Vizquel de 3-0.

Indios 7, Reales 2

Cleveland.- Orlando Cabrera conectó un doble de tres rayas en la primera entrada que le facilitó el trabajo al abridor Josh Tomlin, y los Indios de Cleveland se llevaron su noveno triunfo consecutivo en casa al derrotar 7-2 a los Reales de Kansas City.

Por los Indios, Asdrúbal Cabrera de 5-1, doble (3) con una anotada. Por los Reales, Alcides Escobar de 4-2.

Piratas 2, Gigantes 0

Pittsburgh.- James McDonald lanzó seis buenas entradas para su primera victoria de la campaña y los Piratas de Pittsburgh vencieron el miércoles 2-0 a los Gigantes de San Francisco.

Por los Gigantes, Pablo Sandoval de 3-1. Por los Piratas, José Tábata de 4-1, una remolcada.

Orioles 5, M. Rojas 4

Baltimore.- Derrick Lee bateó tres hits y anotó la del desempate remolcado por un sencillo del dominicano Vladimir Guerrero, dándole a los Orioles de Baltimore una victoria el miércoles de 5-4 sobre los Medias Rojas de Boston.

Por los Medias Rojas, Marco Scutaro de 1-0.

Marineros 10, Tigres 1 

Detroit.- Erik Bedard laboró siete entradas magníficas para conseguir su primera victoria desde junio de 2009 y Justin Smoak bateó jonrón e impulsó cinco anotaciones para guiar a Marineros de Seattle a darle una paliza de 10-1 a Tigres de Detroit.

Por los Tigres, Magglio Ordóñez de 4-0 y Miguel Cabrera de 4-1, doble (7) con una impulsada.

Atléticos 2, Angelinos 1

Anaheim.- Cliff Pennington abrió el décimo inning con un triple que rebotó en el guante del jardinero izquierdo Vernon Wells y los Atléticos de Oakland evitaron una barrida en tres juegos al vencer 2-1 a los Angelinos de Los Angeles de Anaheim.

Por los Angelinos, Bob Abreu de 3-1, doble (5) con una producida, Alberto Callaspo de 4-1, Alexi Amarista de 2-1 y Maicer Izturis de 1-0.

Rayas 8, Mellizos 2

Minneapolis.- Ben Zobrist impulsó tres carreras y Johnny Damon remolcó otro par para el triunfo este miércoles de Rayas de Tampa Bay 8-2 sobre Mellizos de Minnesota.

Por Minnesota, José Mijares ponchó a uno en 1.0 entrada perfecta.

Marlins 5, Dodgers 4

Miami.- Andre Ethier llegó a 24 partidos consecutivos bateando de hit y luego conectó un jonrón en la décima entrada para darle el miércoles a los Dodgers de Los Angeles un triunfo por 5-4 sobre los Marlins de Florida.

Por Florida, Aníbal Sánchez dejó el encuentro ganando al permitir tres carreras y cuatro hits en 5.0 entradas con un boleto y cuatro ponches, pero al final se fue sin decisión; Omar Infante de 5-0 y Edward Mujica retiró a los dos hombres que enfrentó.

Filis 8, Cascabeles 4

Phoenix.- Jimmy Rollins sacudió un jonrón y produjo tres carreras, Cole Hamels lanzó siete sólidas entradas y los Filis de Filadelfia evitaron ser barridos al vencer el miércoles 8-4 a los Cascabeles de Arizona.

Por los Cascabeles, Melvin Mora de 4-2, dos dobles (3) y una remolcada; Henry Blanco de 3-0; Miguel Montero de 1-0 y Juan Gutiérrez permitió una carrera y un hit en 1.0 entrada con dos boletos y un ponche.

Rojos 7, Cerveceros 6

Milwaukee.- Drew Stubbs abrió la décima entrada con un jonrón y Joey Votto produjo cuatro carreras para que los Rojos de Cincinnati derrotasen el miércoles 7-6 a los Cerveceros de Milwaukee.

Por los Rojos, Miguel Cairo se fue 3-1.

Bravos 7, Padres 0 

San Diego.- Chipper Jones bateó un triple de dos carreras para ayudar a los Bravos de Atlanta a blanquear el miércoles 7-0 a San Diego, dejando a su as Mat Latos sin un triunfo desde septiembre.

Por los Bravos, Martín Prado de 5-2, doble (7) y dos anotadas; Alex González 4-0.

Columna de Juan Vene 28/04/2011

28 abril 2011

Juan Vené en la pelota

Donación millonaria de Diablos & Company



FLUSHING, Nueva York (VIP-WIRE).

"En el matrimonio ninguna mujer obtiene lo que esperaba, y ningún hombre esperaba lo que obtiene"... Anónimo.- 

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LA PREGUNTA DE LA SEMANA.- Carlos Zambrano (Cachorros), es quien ha sacado más jonrones, 22, de los lanzadores activos, y es décimo entre los pitchers de todos los tiempos. ¿Recuerdas los otros nueve?

LA RESPUESTA.- Well Ferrell, 38, 1927-1941; Bob Lemon, 37, 1941-1958; Red Ruffing, 36, 1924-1947; Warren Spahn, 35, 1942-1965; Earl Wilson, 35, 1959-1969; Don Drysdale, 29, 1956-1969; Walter Johnson, 24, 1907-1927; Bob Gibson, 24, 1959-1975; Bucky Walters, 23, 1931-1950; y Carlos Zambrano, 22, 2001-2011. Carlos tiene más del doble que cualquier pitcher activo. Y además, de los 307 bigleaguers actuales de otras posiciones que han consumido 624 turnos ó más, 51 tienen menos jonrones que él.

MILLONARIOS.- Los Diablos Rojos, Fomento Social Banamex y la Fundación Alfredo Harp, van camino a donar más de un millón de dólares a instituciones de beneficencia de Ciudad de México. Por cada carrera anotada por los Diablos Fomento Social dona cuatro mil pesos, igual que 10 mil por cada jonrón y 30 mil por cada victoria. Hasta el domingo había en caja un millón 782 mil pesos, lo cual significa más de tres millones y medio porque la Fundación Alfredo Harp aportará una cantidad igual. Por eso, si todo sigue como va podrían llegar a más de 14 millones de pesos, fácil más de un millón de dólares... ¡Linda labor!...

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"Uno falla en el ciento por ciento de las veces que no intenta"... Wayne Gretzky.-

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HISTORICO.- Durante la cadena de 56 juegos con hits de Joe DiMaggio (Yankees) en 1941, el único incogible suyo del 17 de junio, surgió en el séptimo inning. Fue un roletazo, cuya pelota dio un bote inesperado y chocó contra el hombro izquierdo del shortstop Luis Aparicio (Medias Blancas). Así llegó a 30 juegos esa seguidilla...

SE LAMENTAN.- Titular de la revista "Beisbol Flash", de New Jersey...: "Aunque perdimos un dominicano, como quiera es orgullo nuestro". Se refieren a Felipe Paulino (Rockies), nacido en Santo Domingo y críado en Venezuela... ¿Cuál pérdida, chico?...

¡TREMENDOS!.- Si los abridores y el bullpén de los Marlins siguen comportándose como hasta ahora, serán buenos candidatos a meterse en octubre como wild card. Y las dos veces que han llegado a la pos-temporada por esa vía, han ganado hasta la Serie Mundial, 1997 y 2003. O sea, los floridianos nunca han perdido una Serie Mundial. Josh Johnson está en 3-0, 1.06. Los scouts dicen que es el mejor de ambas Ligas. Y citan a Aníbal Sánchez y a Rickey Nolasco entre los cinco mejores. Además, el cerrador quisqueyano Leo Núñez, tiene seis salvados y efectividad de 1.80... ¡Van bien, muchachos, van bien!...

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"El mejor olor es el del pan caliente, el mejor sabor el de la sal, y el mejor amor el de los niños"... Donald Zolan.-

Gracias a la vida que me ha dado tanto, incluso un lector como tú.

jbeisbol5@aol.com

miércoles, 27 de abril de 2011

POSICION DE MALABARES Y FILIGRANAS, EL CAMPOCORTO




Por Andrés Pascual


       En épocas pasadas, un torpedero era apreciado por lo que fuera capaz de rendir a la defensa y no por lo que produjera ofensivamente; eso fue posible porque, la mayoría de los bateadores son derechos y, las conexiones hacia el campocorto, más frecuentes que hacia la parte derecha del terreno.
        Todos los lanzamientos que se tiran hoy y que muchos consideran como propiedad exclusiva del “tiempo moderno” (incluso hay quienes creen que hace 20 ó 30 años que existen), se utilizaban desde principios o antes de mediados del siglo pasado.
         En la medida que los bateadores fueron enfrentando curvas, sliders, tenedores, nudillos, tornillos, palma de la mano…con incremento del cambio de velocidad, pues los batazos por el suelo se hicieron más comunes.
         Entonces se hizo necesario colocar en el campocorto jugadores más rápidos, de buen brazo, con la inteligencia suficiente para ubicarse en la posición de acuerdo al lanzamiento efectuado a un bateador.
         Fue común, durante la era de la bola muerta, colocar jugadores de físico más pequeño que el resto, porque se creía que hombres menos altos y más delgados podían desempeñarse mejor, con más agilidad; sin embargo, no todos los torpederos de la era de la bola muerta fueron alfeñiques: si bien Rabbit Maranville media 5’5 y pesaba 155 libras, Honus Wagner, el primer superestrella de los Piratas de Pittsburg hasta 1919, media 5’11 y pesaba 200 libras, lo que no le impidió ser un gran fildeador ni un gran estafador de bases.
         John Henry Lloyd, apodado “Pops” en su país y “Bemba de Cuchara” en Cuba, donde participo en 13 campeonatos de la Liga Invernal, tenía la estatura de Wagner y 195 libras de peso.
         A Lloyd y a Wagner se les considera, comúnmente, lo mejor de la posición en todos los tiempos; porque, según muchos historiadores, ningún otro ha sido más completo. En el caso de Lloyd, que no pudo jugar en Grandes Ligas por  la barrera racial, no faltan, como Babe Ruth, quienes digan que jamás pisó un terreno de pelota alguien mejor que este jugador.
    John Peter Wagner era un hombre corpulento, que no se adjustaba a los moldes clásicos del torpedero de la época, de brazos largos y manos extremadamente grandes que le permitían, a veces, fildear batazos con su mano derecha; pero sus reacciones, sus reflejos y su velocidad -robó 772 bases-, más la potencia de su brazo, no tienen comparación; sino con Lloyd, que también era así.
     Wagner fue 8 veces campeón de bateo de la Liga Nacional, jugó 21 campañas hasta 1918 y bateaba separando las muñecas como Ty Cobb. Conectó 3,430 hits, empujó 1,732 carreras, anotó 1,740, más 252 triples y su promedio general es, todavía, el más alto de cualquier torpedero .329.
     John Henry “Pops” Lolyd solo jugó en el béisbol independiente de Pre Ligas Negras, de las Ligas Negras y en el cubano. La infame barrera racial privó al fanático blanco de ver a este superpelotero en Grandes Ligas; estuvo activo entre 1905-1932 y militó en varios clubes de la pelota sepia: Cuban Giants, Chicago Leland Giants, Lincoln Stars, Brooklin Royal Giants, Columbus Buckeyes, Bacharat Giants, Hilldale y New York Black Yanquis. Fue manager y, hasta la llegada de Tom Lasorda, se le consideró el más motivador de todos los tiempos. Salón de la Fama en 1977 por la vía del desaparecido Comité de Ligas Negras. Bateador extraordinario y fildeador superlativo, fue un peligroso corredor en la época en que un lanzador necesitaba una sola carrera para ganar un juego. De excelente control del bate en home, podía tocar una bola con autoridad y con esa misma batear con poder. Un verdadero maestro en la jugada de bateo y corrido. En algún momento, Honus Wagner dijo que era un privilegio que le compararan con este hombre. Lloyd nació en 1884 y falleció en 1965, de causas naturales.
      Vendrían otros grandes shortstops de la primera mitad del siglo pasado como el liliputiense Rabbit Maranville, uno de los cinco que más outs sacó en la historia de la posición, una verdadera muralla del campocorto.
       Entre 1930 y 1950, jugó el campocorto para los Medias Blancas de Chicago Luke Appling que participó en 2218 encuentros y terminó su carrera con .310 de promedio ofensivo. Obtuvo el campeonato de bateo en 1936 con .388 y en 1943 con .328, participó en 6 juegos de estrellas y estuvo diez veces en el tope entre los seleccionados para el Jugador Más Útil a su club. Después de cumplir 40 años, bateo .301, .314 y .314 consecutivamente. Uno de los grandes productores en conteo de cero bolas y 2 strikes de todos los tiempos. Como los anteriores, su nombre esta inscrito en Cooperstown.
      Cecil Travis es una de las grandes injusticias de los que votan para el Salón de la Fama sin ser ni negro ni latino -de que los hay los hay-. Estuvo 12 años en Grandes Ligas, todos con los Senadores de Washington…poco tiempo, porque fue de los peloteros enviados al Servicio Militar durante la 2da. Guerra Mundial y tuvo una lesión que le afectó la visión del ojo derecho; bateó .317 y 8 veces se montó sobre el difícil potro de los trescientos, con promedios de .359, .344, .335 y .322.
        Travis lideró la Liga Americana con 218 hits en una oportunidad y se destacó por ser un maestro en la jugada de bateo y corrido; podía ser capaz de dirigir la bola hacia espacios vacíos con precisión casi milimétrica. Que no integre el grupo de Cooperstown es una verdadera vergüenza para aquellos que votan, posiblemente tan vergonzoso como mantener fuera del recinto a Lefty O’Doul, a Alejandro Oms, a Babe Herman, a Luis Tiant, a Tony Oliva, a Miñoso o a Concepción.
      Lou Boudreau, quien sí está en Cooperstown, es más conocido por la formación que creó para anular a Ted Williams. También porque hizo dos jugadas de leyenda, que ayudaron a interrumpir la racha de Joe Dimaggio en el juego # 57; pero Boudreau fue una estrella de dimensión mayúscula, un jugador completo: en 1948 encabezó el fildeo en su posición, jugando para los Indios de Cleveland, con .975 y el bateo con .355, anotó 116 carreras e impulsó 106. En 15 años de labor, siempre con la Tribu, produjo para .295.
     El inmortal Joe Sewell, que jugó con Cleveland en el periodo 1920-1930 y con los Yanquis desde 1931 a 1933, no solo es uno de los mejores torpederos defensivos de la historia; sino el jugador más difícil de ponchar en todos los tiempos: en 7132 veces al bate consumió solo 114 chocolates, 1 cada 63 veces; o sea, tomando cuatro veces como patrón de medida, un ponche cada 16 juegos. A los Indios llegó como reemplazo de Ray Chapman, la única muerte registrada en el pasatiempo en juego oficial y en turno al bate, por un beanball lanzado por el pitcher de movimientos submarinos Carl Mays, de los Yanquis de Nueva York. Con .329 de promedio, se adueño de la posición vacante e inició un peregrinar productivo de 14 años por la caja de bateo conectando sobre .300. Fue un bateador eminente de contacto y un tocador perfecto. En la temporada de 1932, con los Yanquis, se ponchó tres veces en más de 550 oportunidades.
       Durante los 40’s y los 50’s, aparecieron en el escenario de las Grandes Ligas dos de los mejores y, a la vez, más populares de todos los tiempos, favorecidos por los clubes para los que defendían la posición: Harold “Pee Wee” Reese y Phil Rizzuto, el primero con los Dodgers de Brooklin y, el segundo, con los Yanquis de Nueva York; dos estrellas manufacturadas para el concepto clásico del jugador del campocorto: pequeños, rápidos, ágiles, inteligentes y capaces de provocar preocupación entre los lanzadores y el cuadro enemigos por el bateo de contacto y la capacidad para dirigir las bolas hacia cualquier ángulo del terreno. Grandes tocadores de bola, Rizzuto está considerado un maestro de la jugada que nadie es capaz de realizar con éxito continuado hoy.
        Pertenecen al Salón de la Fama, aunque Rizzuto debió esperar una eternidad para integrarlo, tanto que por poco no puede disfrutarlo en vida.
        Marty Marion, de los Cardenales de San Luis, fue un jugador del campo corto de gran estatura y, sin dudas, uno de los buenos de la posición durante los 40’s.
          Vernon Stephens, que jugo en varios clubes, uno de ellos, el San Luis Browns, fue un gran bateador que hacía gala de poder jonronero en su época.
           En 1953, por la vía de los Cubs de Chicago, entró a la Liga Nacional un torpedero proveniente de las Ligas Negras que cambió la estrategia del bateo de los jugadores de la posición: Ernie Banks…Gran fildeador con poder bestial, sobre el tapete estaba la idea de que un torpedero podía batear jonrones en cantidades competitivas como slugger, entonces, Banks se convirtió en una proposición para el béisbol como shortstop.
        Luis Aparicio trajo de vuelta al béisbol de Grandes Ligas la velocidad como bastión ofensivo al lado del cubano Orestes Miñoso y de Nellie Fox para los Medias Blancas de Chicago de los 50’s, ganó nueve Guantes de Oro y promedió .262, participó en 2581 juegos; hizo 1553 asistencias y ganó 9 títulos en bases robadas.
        De inteligencia poco usual, range increíble y brazo poderoso, es un legítimo miembro del Salón de la Fama y una leyenda del béisbol.
        También han estado ahí Roy McMillan, Maury Wills, Joe Demaestri, Mark Belanger, Leonardo Cárdenas o David Concepción…hasta Ossie Smith, un acróbata del campocorto, que es la filigrana hecho torpedero.
         Sin embargo, posiblemente el verdadero y auténtico mejor defensor del campocorto de todos los tiempos sea Omar Vizquel, que pasea mejor que nadie el calificativo de increíble, dueño de casi todos los records de fildeo de la posición. Su seguridad de manos, su inteligencia, que le permite colocarse debidamente para cada bateador, lo que provoca que no atropelle jugadas para crear fantasías espectaculares, es una credencial superior a la de Ossie Smith.
         Vizquel estará en Cooperstown en su momento y, cuando sea elegido, convertirá al boricua Roberto Alomar en un intermedista con dos  campocortos en el recinto: Ripcken jr. y él mismo.



Pie de grabado: Wagner fue el primero de los grandes de la era moderna.


Con triunfo en 10 entradas, los Gigantes cortaron mala racha de cuatro derrotas


PITTSBURGH -- Darren Ford anotó el martes en una jugada de escogencia en el décimo inning para ayudar a los Gigantes de San Francisco a romper una racha de cuatro derrotas al vencer 3-2 a los Piratas de Pittsburgh.
Los Gigantes hicieron todas sus carreras en jugadas sin hit de por medio.
Ford, un novato sin ningún imparable en las mayores, se embasó en la décima cuando Nate Schierholtz --que la abrió con doblete-- fue puesto fuera en tercera base durante el intento de sacrificio de Ford.
Este avanzó de la inicial a la antesala al hacer Joel Hanrahan (0-1) un tiro desviado. Después anotó con un rodado de Freddy Sánchez hacia la segunda, aguardando hasta que Neil Walker lanzara a la primera antes de abalanzarse al plato y obligar al inicialista Lyle Overbay a enviar un tiro descontrolado.
Sergio Romo (1-0) se llevó el triunfo con una novena perfecta.
Por los Gigantes, el venezolano Pablo Sandoval de 4-2. El dominicano Miguel Tejada de 4-0.
Por los Piratas, los venezolanos Ronny Cedeño de 1-0 y José Tábata de 2-0. El dominicano Pedro Álvarez de 4-0.
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San Francisco 000 001 010 1_3 7 1
Pittsburgh 010 001 000 0_2 5 1
(10 innings)
Cain, Affeldt (7), R.Ramírez (7), Ja.López (8), Romo (9), Br.Wilson (10) y Posey; Morton, Resop (7), Meek (8), Beimel (8), Veras (8), Hanrahan (10) y Doumit, Snyder. G_Romo 1-0. P_Hanrahan 0-1. Sv_Br.Wilson (6). Jrs_Pittsburgh, G.Jones (4).