David Ortiz rinde pleitesía cuando se le pregunta sobre Adrián González.
"Yo sabía que era bueno, pero no tan bueno", dijo el toletero dominicano sobre su compañero mexicano en los Medias Rojas de Boston. Ortiz puso mucho énfasis cuando entonó el "tan".
"El tipo es increíble, hace que el juego sea demasiado fácil. Este es mi año 14 en Grandes Ligas y nunca he visto algo así, y eso que he jugado con Manny Ramírez, con (Nomar) Garcíaparra, muchos jugadores buenos, pero Adrián lo hace ver todo muy fácil", comentó el bateador designado en la ronda de entrevistas previa al Juego de Estrellas en el cual ambos fueron seleccionados como titulares.
"La mecánica, la forma como se mueve, tú nunca sientes a Adrián tenso o nada por el estilo, siempre está relax", añadió.
La felicidad de Ortiz se entiende, porque se ha encontrado con el cómplice ofensivo ideal --que a la vez es zurdo-- en la alineación, con el que se ha adaptado perfectamente.
Cuando Boston ganó la Serie Mundial en 2004 y 2007, Ortiz conformaba una temible dupla de artilleros con Manny Ramírez. El binomio se rompió cuando Ramírez se marchó a los Dodgers de Los Angeles al año siguiente del segundo campeonato.
No ha sido hasta ahora que los Medias Rojas pueden presumir de una tanda de semejantes bateadores de alto calibre, aunque González y Ortiz no toman sus turnos uno detrás del otro, separados por Kevin Youkilis.
Ambos son conocidos por sobrenombres que resaltan poder: Ortiz es "Big Papi", González el "Titán".
González desembarcó en Boston para tomar el puesto de primera base tras cinco campañas con los Padres de San Diego, y su nuevo entorno del estadio Fenway Park le ha permitido sentirse como pez en el agua.
Su vieja casa, el Petco Park de San Diego, no era el más favorable para los bateadores de poder, pero igual se las arregló para conectar por lo menos 30 jonrones en cuatro de sus cinco temporadas ahí.
"Pasé de uno de los dos peores parques para batear a uno de los mejores", dijo González. "Fenway es un parque bueno para mí. Todos sabemos que mi swing está para batear a la banda contraria para el izquierdo, y la barda está corta ahí, los parques de la división son cortos y son buenos para batear todos".
Los números le avalan: es el líder de la Liga Americana en bateo (.354), impulsadas (77), hits (128) y dobles (29).
"Estoy en un equipo completo del primero a noveno en el lineup, con bateadores zurdos y derechos. Hay talento por todos lados", declaró González. "No hay nadie que el pitcher contrario pueda decir 'aquí puedo respirar, aquí puedo sacar mi out'".
En el caso de Ortiz, su renacer ofensivo, con un promedio de .304, 19 jonrones y 55 impulsadas, ahora le permite reírse del recuerdo de los años anteriores, cuando se le cuestionaba por malas rachas en los primeros meses.
"A mí me habían retirado del juego hace dos años por un mal comienzo. He vuelto a disfrutar el jugar en Grandes Ligas, estoy tranquilo", afirmó Ortiz.