Cuantos equipos quisieran tener a David Ortiz para batear cuarto. En el caso de los Medias Rojas de Boston, no sólo lo tienen, sino que lo apuntan para ser el sexto.
Esto es el mejor reflejo de la clase de artillería con la que cuentan los Medias Rojas, los grandes favoritos para conquistar su tercer campeonato de la Serie Mundial en ocho años.
En un abrir y cerrar de ojos, Boston adquirió al inicialista Adrián González (poder) en un canje con San Diego y al jardinero Carl Crawford (velocidad) vía la agencia libre.
Dustin Pedroia, Kevin Youkilis y Jacoby Ellsbury lucen recuperados tras sufrir lesiones que truncaron sus campañas en 2010. Todos han bateado por encima de .300 al menos una vez en sus carreras, mientras que Crawford y Ellsbury cuentan con temporadas de más de 50 robos.
Jon Lester, Clay Buchholz, Josh Beckett, John Lackey y Daisuke Matsuzaka conforman una rotación envidiable, con el lujo de tener al nudillero Tim Wakefield para casos de emergencia.
Todos los ingredientes están disponibles para que los Medias Rojas vuelvan a reinar en el Este de la Liga Americana, donde quedaron terceros el año pasado con una marca nada despreciable de 89-73.
Boston se consagró campeón en 2004 y 2007, con los dominicanos Ortiz y Manny Ramírez como sus baluartes ofensivos.
Ahora, el designado Ortiz tiene un papel menos preponderante, pero "Big Papi" no se queja y tampoco muestra amargura alguna luego que no recibió el contrato a largo plazo que quería.
"Será una locura. Son muchos bateadores formidables, uno detrás del otro", declaró Ortiz en referencia al orden ofensivo que el manager Terry Francona tendrá el gusto de armar diariamente. "Creo que la gente ya no se va a preocupar tanto por mí".
Ortiz habla de sentirse con menos presión en el inicio de la temporada, luego de pasar por suplicios con sus arranques de las dos anteriores (.143 y un jonrón el pasado abril). Sus problemas llegaron al extremo que se especuló sobre su eventual salida.
Pero siempre ha logrado activarse a tiempo, cerrando 2010 con 32 jonrones y 102 remolcadas.
El perfil de los Medias Rojas ha cambiado drásticamente con la llegada del mexicano González, quien en sus cinco temporadas con los Padres promedió 32 jonrones y 100 impulsadas, además de ganar dos Guantes de Oro.
Los Medias Rojas se derriten con la perspectiva de que González, que batea a la zurda, tiene el swing ideal para el Fenway Park y su Monstruo Verde tras pasarla mal en el espacioso Petco Field de San Diego. Para muestra un botón: el 65% de sus 165 jonrones con San Diego los conectó fuera de casa.
Su arribo también facilitó que Youkilis pase de la inicial a la antesala, que es su posición predilecta.
Lo único que despierta inquietud es la condición de su hombro derecho, el cual se operó tras jugar con dolor durante 2010.
Su desafió será responder a las exigencias de jugar en Boston y sus apasionados fanáticos: "Sólo quiero salir a jugar, divertirme y tratar de aprovechar la energía que emana de un estadio repleto".
Los turnos 7-8-9 también están bien asignados.
• El jardinero derecho J.D. Drew quiere redimirse tras una campaña en la que bateó para .255, el segundo promedio más bajo de su carrera.
• El juvenil Jarrod Saltalamacchia y el veterano capitán Jason Varitek se alternarán los deberes en la receptoría.
• El torpedero venezolano Marco Scutaro dejó buenos números bateando desde la parte baja (92 anotadas y sus 174 hits marcaron un hito personal), pese a lidiar con molestias en el hombro derecho y hasta una hernia discal.
Beckett y Lackey podrán ser los abridores de más jerarquía por sus años de servicio, pero Lester y Buchholz son los que más entusiasman. El zurdo Lester viene de ganar 19 juegos, mientras que Buchholz fue tercero en las mayores con su efectividad de 2.33.
¿Podrá Beckett recuperar su condición de as? Por culpa de lesiones en la espalda, el derecho tuvo un año para el olvido con marca de 6-6 y 5.78 de efectividad. Boston necesita que sea el de siempre, pues aún le deben 68 millones de dólares para cuatro años.
Lackey lideró la rotación en innings lanzados (215) y ganó 14 partidos, pero su primer año en Boston fue opacado tras endosar sus peores cifras en hits permitidos (233) y bases por bolas (72).
Matsuzaka (9-6, 4.69) va para su quinto años en las mayores bajo una mayor presión por rendir. Su problema ha sido su descontrol.
El punto débil se concentra en el bullpen, que tuvo la tercera efectividad más alta de las mayores. Jonathan Papelbon se anotó 37 rescates, pero malogró ocho oportunidades, el total combinado de los dos previas, y su efectividad se disparó a 3.90. Bobby Jenks (173 rescates de por vida) o Daniel Bard podrían quitarle el puesto.
Con una alineación que puede ser considerada como la más completa de las mayores, los Medias Rojas tienen un poder ofensivo que mete miedo. Pero, para imponer su ley en su división, la clave depende bastante del desempeño de los brazos de Beckett, Lackey y Papelbon.