BEISBOL 007: Orioles

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viernes, 23 de marzo de 2018

Manny Machado se asienta como campocorto y se prepara para el próximo paso

SARASOTA, Florida - Si Manny Machado se sintiera más cómodo en estos entrenamientos primaverales, estaría llevándose una hamaca al terreno.
Seis años después de la última ocasión en la cual jugó al campocorto a tiempo completo (jugando con los Bowie Baysox en Doble-A), Machado está haciendo una transición libre de problemas en su regreso a esta posición. Si sus empleadores, los Orioles de Baltimore, tenían alguna preocupación con respecto a que su concentración en la defensiva hiciera mella en su producción con el madero, la línea estadística de Machado, bateando para .419/.457/.744 en 43 turnos ofensivos en la Liga de la Toronja es una evidencia temprana de lo contrario. Su bate está encendido y listo para la batalla.
Un año de importancia capital le espera a Machado, quien ha sido invitado en tres oportunidades al Juego de Estrellas, se ha h
echo acreedor de par de Guantes de Oro y ha terminado entre los cinco primeros en la votación al premio al Jugador Más Valioso en dos ocasiones en el último lustro. Es uno de dos jugadores de posición más importantes de su generación que se someterá al mercado de la agencia libre en noviembre y ya varios equipos de mercados grandes han recalculado su estatus para someterse al impuesto al lujo en la temporada baja para así prepararse con miras a buscar hacerse con los servicios de Machado o de Bryce Harper (Esos equipos saben bien cuáles son).
Los efectos adversos secundarios producidos por los rumores de cambios, proyecciones de contratos gigantescos y un cambio de posición podrían ser suficientes para acabar con la compostura de una joven estrella. Sin embargo, de Machado, a sus 25 años, emana la tranquilidad de un jugador que ha tomado control de su destino, con la misma fuerza que un bateador tiene sobre su madero al haber aplicado alquitrán encima de sus guantines. Se encuentra en muy buena posición desde ese día de la temporada baja cuando el manager Buck Showalter le llamó y dijo que le cambiaría de la antesala a su posición favorita en el terreno.
"Creo que mucha gente está diciendo: 'Va al campocorto porque quiere más dinero o proyectar mayor valor económico'", indicó Machado a ESPN.com. "No depende del dinero o del valor económico. Ya me he establecido como pelotero. Valgo lo que valgo en estos momentos. No importa si juego en el campocorto o a la tercera. La transición ocurre porque allí es donde se encuentra mi corazón. Eso es lo que estoy haciendo."
Machado, en su adolescencia, despertó comparaciones con Alex Rodríguez, cuando los Orioles invirtieron $5.25 millones para firmarle como tercer seleccionado en el draft de 2010. Pasó a la antesala ya que J.J. Hardy era el paracorto titular, y su transición fue más tranquila de lo que anticipaban los más optimistas. Fue ganador de un Guante de Platino como mejor fildeador de la Liga Americana en 2013 y registró en la esquina caliente un agregado de más-81 en carreras salvadas a la defensiva entre 2012 y 2017.
Ahora, se encuentra tratando de imponer su voluntad en el terreno desde las paradas cortas. Las primeras críticas hechas por los cazatalentos en la Liga de la Toronja han sido positivas.
"Hace cada tiro", expresa un evaluador de talentos de la Liga Americana. "Hace que cada jugada parezca fácil. Debido a su posicionamiento y movimiento, pienso que el rango está siendo sobreestimado hoy en día. Sigue contando con un control de élite sobre su cuerpo y sus manos son tan especiales como siempre lo fueron en la tercera base".
Hardy es un agente libre aún sin conseguir empleo este invierno a sus 35 años. Sin embargo, su influencia aún sigue sintiéndose en el campamento de Baltimore. Showalter ha tomado nota de la forma en la cual Machado asume el inicio de las dobles matanzas, la cual es solvente en sus fundamentos. En vez de buscar el roletazo y utilizar todo su cuerpo para dirigirse a la segunda, Machado se muestra más inclinado a asegurar la pelota con ambas manos, mostrársela a Jonathan Schoop y despacharla de una forma más fácil de atrapar para éste.
Y hay algunas cosas que simplemente no se pueden enseñar o filtrar en ósmosis.
"Manny puede crear mucha velocidad con su brazo desde ángulos distintos, por ende, él no necesita crear ímpetu hacia su objetivo", dice Showalter. "Esa es la razón por la cual logró hacer tantas jugadas en tercera. La fuerza de su brazo que él llegó a mostrar al apartarse de su objetivo también sirve de mucho en el campocorto".
Machado, durante su periodo extenso como antesalista, sentía que una parte de él añoraba la acción constante, el movimiento y las responsabilidades que hacen de un campocorto una especie de policía de tránsito. Ahora, se encuentra totalmente comprometido en lo mental y liberado para así poder utilizar todos los dones físicos a su disposición.
El grupo de apoyo con el que cuenta Machado en Baltimore le ha ayudado a hacer esta transición de forma más expedita. El coach del infield Bobby Dickerson, quien sirvió de tutor a Machado impartiéndole los detalles más sutiles del juego en la tercera base, sigue presente para aportar sus opiniones, apuntes y una gran cantidad de roletazos con los cuales practicar. Además, Machado verá un rostro familiar en el extremo final de sus dobles matanzas. Machado y Schoop fueron compañeros en el medio del cuadro interior en los equipos de Frederick, Delmarva y Bowie en el sistema de Baltimore en 2011 y 2012. Por ello, sintieron una sinergia instantánea inmediata tras llegar al Ed Smith Stadium esta primavera.
En Ligas Menores, siendo adolescentes, Machado y Schoop reservaban sus últimas 10 jugadas de doble play de prácticas previas a los partidos para hacer lanzamientos a ciegas, botes peculiares de la pelota fuera del guante y otras acrobacias dignas de Omar Vizquel y Roberto Alomar. La química entre ambos compañeros es evidente cuando ambos se muestran relajados a la hora de compartir las rutinas y conversan durante momentos en los cuales la acción cerca de las almohadillas se detiene.
"Haremos unas cuantas locuras e impresionaremos a más de uno esta temporada", expresó Machado.
En preparación para la carga que representa el esfuerzo físico de la posición de campocorto, Machado cambió su esquema de entrenamientos en el invierno. Se concentró más en movimientos laterales de lo que acostumbraba cuando jugaba como antesalista, manteniendo su intenso régimen de entrenamiento con pesas. Sin embargo, el mayor cambio fue el concentrarse más en la nutrición.
Machado cambió hábitos de salud, modificó sustancialmente su alimentación y sumó mayor fuerza y definición a su cuerpo en la temporada baja. Llegó al campamento de los Orioles pesando aproximadamente 215 libras, cifra cercana a su peso cuando jugaba el año pasado, reduciendo su índice de grasa corporal de un 14 por ciento a 10-11 por ciento.
Fue algo retador, pero Machado pudo eliminar dos de sus comidas favoritas a través de los años.
"Me encantan la pizza y McDonald's", indica. "Los 'nuggets' de pollo y las papas fritas tamaño grande, eso es lo mío. Hubo un tiempo en el cual pasaba por un McDonald's y me quería detener. Sin embargo, una vez cambias tus hábitos alimenticios y te alimentas de forma apropiada, ni siquiera sientes esa ansiedad".
"¿Le pondrías gasolina barata a un Lamborghini? Siento que soy un Rolls Royce o un Lamborghini, uno de los dos. No importa. Son autos costosos y no vas a darles cosas baratas. Una vez comienzas a alimentarte bien, no miras atrás".
Machado contrató un chef personal que acudía diariamente a su casa para preparar almuerzos y cenas. Entre sus nuevos alimentos fijos: consomé, ajo, maní, almendras y muchísimos productos verdes. Aún sigue merendando con tortillas y salsa, comiendo un dulce ocasional o abriendo una bolsa de patatas sabor a crema agria o cebollas. Sin embargo, esos momentos de debilidad se producen cada vez con menor frecuencia.
"Y sólo horneadas", dijo Machado tras confesar su debilidad por las patatas fritas.
Machado considera que los cambios alimenticios lo beneficiarán por el resto de su vida, no sólo en cuanto a su desempeño en el diamante. A corto plazo, está tomando decisiones pequeñas y sutiles a diario para así poder superar los retos que surgen en una temporada tras la cual se hará agente libre. Contrario a Harper, quien categóricamente rechazó hablar sobre la agencia libre en una rueda de prensa tras llegar al campamento de los Nacionales de Washington, Machado escoge con cuidado sus declaraciones y trata de reducir el ruido a su alrededor.
De la nada, surgió una controversia menor la semana pasada. Luego que el jardinero de los Yankees de Nueva york Aaron Judge le dijo a Machado que se vería bien vistiendo el clásico uniforme a rayas del Bronx, el mundo de las Grandes Ligas se hizo eco. Machado se vio en una posición en la cual fue obligado a responder. Comentó a los periodistas que ese encuentro fue "puesto fuera de toda proporción" y todas las partes involucradas hicieron sus mejores esfuerzos a fin de dejar el episodio atrás.
A pesar de esas controversias ocasionales, Machado cuenta con un plan en pie para 2018. Si todo sale bien, jugará por lo menos en 155 partidos, tal como lo ha hecho durante cuarto de las cinco temporadas más recientes y por ello, los Orioles superarían su proyección PECOTA de 70 victorias. En noviembre, se sentará con su familia y representantes de la agencia MVP Sports Group para evaluar sus opciones de carrera con miras al futuro.
"Sé que soy bendecido", dijo Machado. "Todos trabajan fuertemente para poder llegar a esta situación. Lo que he aprendido es que no podemos controlar el resultado. Sólo puedo controlar el hecho de salir y sumar los mejores números posibles para llevar a mi equipo a los playoffs y ser la mejor persona que puedo ser. Esas son cosas que sí puedo controlar".
La rotación abridora de Baltimore tendrá algo que ver con el récord que ostente el equipo, pero ustedes pueden entender. Al acercarse el fin de los entrenamientos primaverales, el bate de Machado está entrando en calor y él puede aprovechar la visión que tiene desde su nueva antigua posición en el campocorto. Se acerca la hora de sacar al Lamborghini de su garaje.

jueves, 8 de marzo de 2018

Manny Machado al fin es el SS de los Orioles, pero ¿hasta cuándo?


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La primera temporada de Manny Machado como el indiscutido campocorto de los Orioles de Baltimore podría ser la última.
En respuesta a los deseos del dominicano de 25 años, los Orioles decidieron sacarlo de la tercera base y le dieron la titularidad como torpedero.
Se trata de una movida con sentido común para ambas partes.
Para Machado, quien será uno de los agentes libres más destacados del próximo mercado de invierno, la mudanza le permite venderse de manera más integral. Aquí tienen a alguien que ha promediado 29 cuadrangulares en sus primeros seis años en las mayores y que ahora defiende una posición insigne.
En el caso de Baltimore, lo primero es hacer feliz a su pelotero. Un Machado en todo su esplendor podría retribuir una mejor recompensa si deciden canjearlo en los próximos meses.
"Es mi posición natural, creo que ahí es donde mejor me puedo desempeñar", dijo Machado cuando se presentó al campamento de entrenamientos. "Sé que mucha gente se pregunta, '¿será que es más valioso allí?' Más dinero. No se trata del dinero, no se trata de que vaya a firmar un contrato por 20 años. Eso es lo que me gusta, eso es lo que siempre quise hacer".
OCASO
Los Orioles lideraron la Liga Americana en victorias entre 2012 y 2016, pero lo más que pudieron hacer en una postemporada fue alcanzar la serie de campeonato de 2014, en la que fueron barridos por Kansas City.
Aunque el año pasado estuvieron en la pelea por uno de los comodines al iniciar septiembre, terminaron en el último puesto de la División Este tras perder 87 juegos, la primera campaña con saldo negativo desde 2011.
Sus posibilidades de ser contendores en la división no son alentadoras, con el favoritismo concentrándose en las potencias de siempre, los Yanquis de Nueva York y los Medias Rojas de Boston.
Con el manager Buck Showalter exprimiéndoles al máximo, un formidable grupo de relevistas encabezado por el cerrador Zach Britton, más los bates de Machado, Chris Davis y Adam Jones, los Orioles apilaron victorias, pese a que nunca tuvieron una rotación abridora de primera línea.
Eso sigue como asignatura pendiente en 2018, otra vez sin un brazo veterano con una trayectoria consumada. Al final, pudieron adquirir a Andrew Cashner y Chris Tillman, con modestos contratos, para acompañar a Kevin Gausman y Dylan Bundy. El quinto nombre saldrá de un concurso.
EL FUTURO DE MACHADO Y OTROS
La posición natural de Machado siempre fue la de torpedero, la que jugó al formarse en el sistema de ligas menores de los Orioles. Pero el equipo necesitaba a alguien en la antesala cuando el equipo grande le subió en agosto de 2012 y rápidamente se transformó en uno de los mejores ahí, ganando el Guante de Oro en dos ocasiones.
De vez en cuando cubrió las ausencias de J.J. Hardy en el campocorto. Anticipándose a la salida de Hardy en la agencia libre, Machado se apuró a pedir el puesto.
"No es como si estuviera cambiando de posición. Ha vuelto a la posición que sabe jugar", dijo Showalter.
Machado viene de su primera campaña disonante en cuanto a su producción, tanto así que un mal arranque le dejó fuera del Juego de Estrellas. Pero se las arregló para terminar con 33 jonrones y 95 impulsadas, apuntalado por un repunte en julio y agosto.
Frente a la inminente agencia libre, Machado repite las frases de cajón. No será una distracción. Entiende que esto es un negocio. Solo saber jugar pelota.
No es el único jugador del equipo en esa situación. Jones, Britton y el relevista Brad Brach también avizoran la agencia libre.
AJUSTES Y OBLIGACIONES
El nuevo tercera base será Tim Beckham, la primera selección global del draft de 2008 con los Rays, por encima de nombres como Buster Posey y Eric Hosmer.
Sin poder cumplir las expectativas como torpedero en Tampa Bay, Beckham fue transferido en julio a su rival de división y terminó acumulando un OPS (embasado más slugging) de .871 en 50 juegos con los Orioles. Una década después del draft y con 28 años, Beckham aprende una nueva posición y busca consolidarse.
También estrenan un nuevo receptor titular en Caleb Joseph, luego que el dominicano Welington Castillooptó por la agencia libre. Al mismo tiempo, esperan darle oportunidades detrás del plato a Chance Sisco, uno de sus mejores prospectos.
Showalter cuenta con otras preocupaciones.
Britton sufrió un desgarro del tendón de Aquiles derecho en diciembre y se perderá por lo menos el primer mes de la campaña.
La defensa de los Orioles cometió 94 errores el año pasado, 14 más que en 2016.
Otra urgencia es que el primera base Davis y el designado Mark Trumbo levante su poder. Se combinaron para 49 jonrones en 2017, 36 menos que el año previo. Lo alentador es que el segunda base Jonathan Schoop viene de una temporada en la fue seleccionado para su primer Juego de Estrellas.
Durante las reuniones de invierno en diciembre, los Orioles sondearon el interés de los equipos por Machado. El ruido no fue del agrado de Schoop.
"Lo hablé con Manny", contó Schoop. "No me gustó escuchar eso, no quería que lo hicieran (el cambio). Lo quería para todo el año para poder ganar un campeonato juntos".
Esta podría ser su última oportunidad.

sábado, 6 de agosto de 2011

Orioles reactivaron al venezolano César Izturis


BALTIMORE - César Izturis regresó el viernes a la alineación de los Orioles de Baltimore tras salir de la lista de incapacitados de 60 días, en tanto el zurdo novato Zach Britton ingresó a la nómina de 15 días por una distensión en el hombre de lanzar.
El venezolano Izturis apareció como titular en la segunda base para el partido del viernes contra Toronto. Estuvo sin jugar desde el 13 de mayo por un problema en el codo derecho.
El regreso de Izturis coincide con una aparente lesión del campocorto J.J. Hardy en el tobillo. Hardy no estuvo entre los titulares contra los Azulejos y está en observación cotidiana, informó el manager Buck Showalter.
Britton va de 6-9 con un promedio de carreras limpias permitidas de 4.66.


domingo, 31 de julio de 2011

Orioles envían a Derrek Lee a Piratas


El primera base de los Orioles de Baltimore Derrek Lee fue canjeado a los Piratas de Pittsburgh.
Los Orioles dijeron que han enviado a Lee a Pittsburgh a cambio del primera base de ligas menores Aaron Baker.
Lee podría aportar a los sorprendentes Piratas un buen trabajo en la primera base con una gran capacidad al bate, dos cosas que Pittsburgh podría aprovechar mientras trata de mantenerse en la pelea por el liderato de la División Central de la Liga Nacional.
Luego de un lento inicio en Baltimore, Lee ha ido de menos a más. Actualmente promedia .246 al bate con 12 cuadrangulares y 41 carreras producidas.
Después de una derrota de 17-3 ante los Yanquis de Nueva York, varios jugadores de los Orioles se acercaron a Lee en los vestidores para preguntarle sobre el canje y lo despidieron con un abrazo o un apretón de manos.
Baltimore dijo que Baker jugará por ahora con el equipo de Frederick de ligas menores.




martes, 19 de julio de 2011

LOS ORIOLES, CASTRO Y UNA HISTORIA REPETIDA

Por Andrés Pascual

       Ni jugar ping pong ni jugar beisbol ni jugar “al taco” pueden provocar acercamientos diplomáticos ni relaciones entre dos países que reflejen el gastado “confianza mutua”; sin embargo, la proposición es vieja, el deporte, por ejemplo el balompié, se ha encargado de crear odios y hasta guerras entre algunos países y Centro y Suramérica han sido teatros de esa barbarie.
      En 1976, por poco los Yanquis juegan una serie de entrenamiento contra el equipo de Castro y contra los Dodgers de Los Angeles en La Habana; eran los inicios del pusilánime y consentidor Jimmy Carter al frente de este país…
      De que no fueran se encargó el Comisionado Bowie Kuhn, que autorizaba un All Stars contra el deseo del tirano, que quería a los Mulos en el Cerro para pisotearlos en pleno entrenamiento. Castro también puso su rúbrica en la suspensión de la seriecita al desembarcar sus mercenarios en Angola y reconocerlo abiertamente, a finales de 1975.
       Pero Pete Angelos, dueño de los Orioles de Baltimore y colaborador de alto voltaje del partido demócrata en Maryland, como parte de la idea febril clintoniana de “arreglar el potaje” con la dictadura cubana, llevó su club al Cerro y le prometió a Castro que “nunca firmaría a un cubano desertor”; sin embargo, Danny Báez estuvo en su rotación de pitcheo...
      ¡Lo que puede el tiempo! Es el mismo club que se negó a jugar en exhibición en la primavera de 1960 por el exceso de odio antiamericano; porque consideraron a Cuba como lugar de alta peligrosidad para la integridad física de los peloteros americanos, una idea razonable de acuerdo a las circunstancias. Los dueños del club de aquella temporada ya no están ahí; los jugadores que se opusieron al viaje, como Willy Miranda y Gus Triandos, un catcher que había jugado en el champion cubano invernal, tampoco están ahí; pero quien estableció los patrones de enfrentamiento contra Estados Unidos todavía está y alimentando, 50 años después, el mismo odio del primer día…Entonces, ¿Qué anda mal en estos tiempos sino la moral y la vergüenza de una parte importante de la sociedad estadounidense? Estos americanos no son ingenuos; son otra cosa impublicable…
      A la actuación del Baltimore en Cuba la acompañó, ayer, el empecinamiento enfermizo demócrata de “entrarle a Castro por cualquier hendija”, no para removerlo del poder, que sería lo justo; sino para dejarlo como capataz de una finca que si pretenden engullirse completa hoy y vaciar a Cuba a través de sus inversiones, que tendrían como beneficiarios principales a los hombres de empresa “liberales” pro Castro como Andreas, Soros, el clan Rockefeller y a la propia “nomenklatura”… Otra incursión del club en la hora actual, sería más de lo mismo. No hay otra intención detrás.
      A Castro no le interesa el beisbol, sino la propaganda y estas cosas son buenas, incluso, para poner en orden malestares dentro del país; porque si le mete dos juegos por la cabeza a un club mediocre y sin preparación, el fanático adiestrado de Cuba lo entenderá como “la recuperación” del trono que perdieron en fase de hazmerreír en varias competencias en los últimos anos, entonces volverían los lemas de “el mejor beisbol del mundo está en Cuba” y hará olvidar por dos horas a muchos cubanos “que no tienen algo que llevarse a la boca como alimento decente y necesario”… ¿Para que más pueden servir visitas como la  del Baltimore a La Habana?