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sábado, 17 de marzo de 2018

La lección que sacudió a Starling Marte



El jardinero habla sobre los duros días tras su sanción por esteroides y los cambios que ha hecho en su vida
Una suspensión por consumo de esteroides duele. Los días que vienen después que la misma es pública son peores. El dominicano Starling Marte confirma cada detalle de la pesadilla que vivió y de la dura lección que aprendió.
“Esto no se lo deseo a nadie”, dijo Marte a elCaribe en una entrevista en su residencia antes de partir al entrenamiento de los Piratas de Pittsburgh en Bradenton, Florida.
“Yo vine a dormir bien de noviembre para acá. Ni dormía ni comía bien”, señaló el jardinero con un rostro que refleja de inmediato a un ser humano que comenta sobre horas largas, probablemente las más extensas de su vida, llenas de un sabor amargo.
Starling fue suspendido por consumo de esteroides el 18 de abril del año pasado, con la contienda de Grandes Ligas recién comenzada tras dar positivo a Nandrolona. Su sanción fue de 80 partidos. Perdió dos millones 486 mil 339 dólares de su salario de cinco millones 333 mil dólares en la estación de 2017.
El golpe al bolsillo se siente, pero la avalancha de comentarios que laceran la reputación y el impacto en el ambiente familiar no tienen precio.
“Eso es lo peor para un atleta porque todo se te viene encima”, dijo Marte, quien no eludió su responsabilidad por la sustancia en su cuerpo, pero aclara que no lo hizo con la intención de engañar o sacar ventaja.
“Yo acepté mi error. Asumí las consecuencias. Pero no tenía motivos para eso porque lo primero es que no soy ese tipo de atleta, también con un contrato garantizado, dos años seguros y cuatro con las opciones. Pero pasó. Yo no sabía la verdad de todo hasta que vine a jugar aquí ahora y una persona me explicó cómo pasó todo”, comentó el nativo de Villa Mella, quien en 2014 firmó por seis temporadas y 31 millones de dólares con los Piratas de Pittsburgh. Las dos opciones son del equipo, una en 2020 valorada en 11 millones 500 mil dólares y la de 2021 en 12 millones 500 mil dólares.
“Quien me lo contó”, indicó el patrullero en relación a un amigo cercano, “me dijo que ya no podía verme así, pero que no me lo dijo antes por temor a una reacción mía (de violencia). Yo me sentía mal y esa persona puso algo en mi cuerpo para que me aliviara, pero yo nunca supe nada hasta que en noviembre me explicó. Ya eso pasó, pudimos escalar el obstáculo y volver a las Grandes Ligas con la frente en alto y ahora solo queda dar lo mejor de mí”.
Cambios en todo
Marte se considera una persona que fue “muy confiada”. Ahora es diferente. “Ahora he cambiado. He limpiado mi entorno y ando con mi círculo pequeño de personas que me vieron crecer”, dijo.
El dos veces ganador del Guante de Oro (2015 y 2016) recibió un gran respaldo de su esposa, Noelia Brazobán de Marte, en los momentos difíciles que llegaron mientras cumplía su suspensión.
“Fue un gran apoyo. La tenía conmigo siempre, dándome una ayuda especial porque en ocasiones yo no quería ni comer y pasan muchas cosas que uno sufre”, comentó Starling, quien es el padre de tres hijos.
Dentro de lo aprendido, está el dedicarle más tiempo a la familia. “Ahora soy más familiar, comparto más con mis hijos. He madurado mucho y no es que no salga, pero mucho menos. Sigo siendo alegre, pero le dedico más tiempo a mi familia”, indicó.
Marte espera recuperar el terreno perdido en la próxima campaña de las Grandes Ligas que se inicia el venidero jueves 29. En 2017, vio acción en 77 encuentros. Bateó para .275 con siete jonrones y 31 remolcadas. Se robó 21 bases.
Su gran año en las Mayores fue el 2015 cuando tuvo promedio de .287 con 19 jonrones, 30 dobles y empujó 81 vueltas.
“He trabajado fuerte y me he concentrado en corregir detalles de mi juego. Estamos enfocados y con Dios mediante voy a ser el pelotero que la gente ha visto con calidad y que se divierte en el juego”, dijo Marte.
“Lo que queda es avanzar y dejar lo malo atrás”, agregó.

Para Buck Showalter, sería un error descartar a los Orioles como contendientes

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JUPITER, Florida - El manager de los Orioles de Baltimore, Buck Showalter, atravesó el estado de la Florida por primera vez hace más de 40 años, en agosto de 1977. Aquel viaje fue de Fort Lauderdale a Tampa.
"Les diré por qué me acuerdo", dijo Showalter desde su oficina en el clubhouse del equipo visitante en el Roger Dean Chevrolet Stadium esta semana, donde los Orioles se iban a enfrentar a los Cardenales. "Cuando me bajé del bus en Tampa, me enteré de que Elvis [Presley] había muerto".
En su más reciente viaje de un lado de la Florida al otro, de lo único que Showalter se había enterado mientras él y el coach de pitcheo Roger McDowell iban de Sarasota a Jupiter fue que durante el juego del miércoles entre los Orioles y los Yankees, Aaron Judge le dijo a Manny Machado que el segundo se vería muy bien vistiendo el uniforme rayado de Nueva York.
"Interesante", dijo Showalter, sonriendo. "No estaba consciente de que [Didi] Gregorius y [Brandon] Drury tenían planes de marcharse. Por lo menos [Judge] no trató de reclutar a nadie de nuestro equipo para defender su puesto en el bosque derecho".
Desde que asumió el cargo de capataz de los Orioles 2010, aun dada la manera en que su pitcheo abridor lo traicionó el año pasado, la labor de Showalter ha sido muy significativa.
Showalter, más que ninguna otra figura, ayudó a devolver a los Orioles a la relevancia. Bajo su mando, hubo un tramo en el que Baltimore ganó más juegos en espacio de cinco años que cualquier club en el Este de la Liga Americana. Entre esos equipos estaban los Yankees y los Medias Rojas, que gastan mucho más dinero en jugadores que los Orioles.
Quien conoce a Showalter sabe que - aun después de las grandes inversiones que han hecho Nueva York y Boston últimamente - el experimentado dirigente va a seguir adelante sin cederle nada a nadie. Showalter siempre ha sido testarudo en ese sentido. No es solamente un buen hombre de béisbol, sino un gran hombre de béisbol que nunca se rinde.
"Estamos escondidos entre la hierba", dijo Showalter, agregando, "lo que no sé es qué tan alta es la hierba".
El pitcheo abridor de los Orioles mejorará esta temporada, simplemente porque no es posible que sea peor que en el 2017. Showalter apostará a un nuevo cerrador después de varios años contando con Zach Britton, quien se consolidó como uno de los mejores taponeros en Grandes Ligas. Britton se desgarró el tendón de Aquiles derecho durante el invierno y fue operado. Estará fuera por mucho tiempo. El plan de Showalter es reemplazarlo con Brad Brach. Si a Showalter le llama la atención Brach, entonces son buenas sus posibilidades de triunfar.
Los Orioles aún tienen a Machado, quien se ha trasladado de la tercera base al campo corto, como su superestrella por una temporada más antes de que el estelar se convierta en agente libre. Tienen a Jonathan Schoop, uno de los mejores jugadores jóvenes en Grandes Ligas de quien no se habla lo suficiente fuera de Baltimore. Aún cuentan con Adam Jones. Aún cuentan con Chris Davis. Y, además, cuentan con Buck Showalter.
"No sé en qué posición estamos supuestos a terminar según la gente", dijo Showalter. "Ni sé, ni me importa. Hay que jugar la temporada".

Colón podría llegar a rotación de Rangers dando cátedra en pretemporada


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SURPRISE, Arizona -- A la edad de 44 años, el dominicano Bartolo Colónpodría estar lanzando en camino hacia la rotación de los Rangers de Texas, siempre y cuando siga dominando a los bateadores con la mitad de su edad en los entrenamientos de primavera.
Los Rangers también terminaron su intento de mover a Matt Bush desde el bullpen a la rotación.
''Estoy muy feliz y puedo volver a hacer lo que sé hacer'', dijo Bush el lunes. ''Hay un montón de buenos abridores y este es un papel en el que me necesitan para volver. Ellos saben lo que están haciendo y me parece que es la decisión correcta''.
La rotación de los Rangers puede sufrir muchos movimientos.
Cole HamelsMatt Moore y Doug Fister parecen tener asegurado los tres primeros sitios en la rotación. Mike Minor sigue siendo un candidato, pero podría ser cambiado a cerrador, un papel en el que fue muy eficaz al final de la temporada pasada con los Reales de Kansas City.
l zurdo Martín Pérez hizo 69 lanzamientos en un partido de Ligas Menores el lunes, permitiendo seis carreras, tres limpias, en cuatro entradas. Ha estado en segundo plano en los entrenamientos de primavera después de romperse su codo derecho (no de lanzar) en diciembre, en un incidente con un toro en su rancho venezolano. Podría empezar la temporada en la lista de incapacitados.
Clayton Blackburn, otro candidato a la rotación, salió en la primera entrada en su apertura del lunes contra Indios de Cleveland con un tirón en el codo derecho. Se someterá a una evaluación adicional.
Ingrese a Colón, el ganador del premio Cy Young de la Liga Americana de 2005, que está en el campamento con un contrato de Ligas Menores. Colón ya no domina con una bola rápida con promedio de 90 mph, pero es engañoso con un control de precisión. Está dificultando que los Rangers no lo mantengan.
''He estado mucho tiempo en el juego, y no pienso en ello'', dijo Colón a través de un intérprete. ''Sólo hago mi trabajo y dejaré que tomen una decisión''.
En su apertura del domingo contra los Angelinos de Los Ángeles, Colón aceptó dos carreras sucias en cuatro episodios. Permitió par de imparables, no dio pasaporte y ponchó a tres. Lanzó strikes en su primer pitcheo a los 15 bateadores que enfrentó en el partido.
''Metió muchos strikes, movió la bola rápida alrededor, sabe cómo lanzar'', dijo el manager de los Rangers, Jeff Banister. ''Hay mucha enjundia en ese montículo y mucha sabiduría, nada lo sacude''.
Colón solo llamó ''una de sus mejores'' salidas que ha tenido en la primavera.
''Porque lo que he estado tratando de hacer es lanzar strikes'', dijo Colón. ''Eso es lo que he estado haciendo, para tratar de hacer que esto suceda''.
El dominicano retiró en orden a los últimos siete bateadores que enfrentó, incluyendo ponches a Justin Upton al terminar el tercer inning y a Albert Pujolsal iniciar el cuarto. Sólo hizo 19 de sus 53 pitcheos en los dos innings finales.
''Estaba lanzando un cambio, así que los tuve fuera del ritmo'', dijo Colón. ''Por eso saqué los outs rápido''.
En tres apariciones en la pretemporada, Colón tiene una efectividad de 1.04, al aceptar apenas una carrera limpia en 8.2 episodios. Suma seis ponches, una base por bolas y nueve hits admitidos.
Colón tendrá un salario base de $1.750.000 si hace el equipo.
Mientras tanto, los lanzadores más jóvenes de los Rangers están prestando mucha atención a los bateadores que Colón engaña sin ser tan contundente.
''Ellos pueden aprender mucho'', dijo Colón. ''Es una de las razones por la cual he lanzado tanto tiempo en Grandes Ligas''.
Y tiene la esperanza de que los Rangers quieran que lance aún más.

Houston asegura a Altuve hasta el 2024

Los Astros de Houston acaban de anunciar una extensión contractual con su segunda base venezolano José Altuve por cinco temporadas y 151 millones de dólares.
El nuevo pacto mantendrá a Altuve ligado a la franquicia texana como mínimo hasta el 2024, pues entrará en vigor a partir de la campaña del 2020.
El pequeño gigante ganará seis millones en el 2018, su último año del actual contrato, aunque el equipo tiene una opción sobre el jugador para el 2019, que evidentemente ejercerá.
Con esta movida, la gerencia envía un claro mensaje de sus intenciones de mantener un núcleo en torno a Altuve, convertido en el jugador-franquicia de Houston.


El venezolano cumplirá 28 años el 6 de mayo y tendrá 35 para cuando finalice el nuevo convenio.
Una decisión inteligente que si bien involucra una notable cantidad de dinero, no compromete en tiempo al equipo.
Dada la progresión ascendente del intermedista, posiblemente todavía no hemos visto lo mejor de Altuve, para quien el cielo parece ser el límite y ya muchos lo consideran el mejor pelotero de las Grandes Ligas en la actualidad.
Pero los Astros no se arriesgaron a uno de esos contratos de más de diez años que la historia ha demostrado ser fallidos a la larga.
Ya el tiempo dirá si en el 2024 le dan un nuevo pacto para que Altuve termine su carrera en el único equipo que ha conocido y entre al Salón de la Fama de Cooperstown con la gorra de los Astros, como Craig Biggio y Jeff Bagwell.


Y mientras ya Houston aseguró a su segunda base, la próxima jugada debe ir enfocada hacia el también venezolano Marwin González, el versátil y utilísimo pelotero, capaz de jugar todas las posiciones del cuadro interior y los jardines.
González, de 29 años, será agente libre al concluir la campaña del 2018 y a pesar de su valor intrínseco para el equipo, no debe ser tan caro retenerlo.


Al igual que Altuve, Marwin solamente ha jugado para los Astros y a menos que decida probar el mercado en busca de más plata, es probable que permanezca en Houston con un acuerdo incluso menor en tiempo y dinero similar al que acaban de darle los Rojos de Cincinnati a su compatriota Eugenio Suárez por siete temporadas y 66 millones.
Luego vendría en fila George Springer, firmado hasta el 2019 y elegible a arbitraje en el 2020, antes de llegar a la agencia libre un año más tarde.
Springer, de 28 años, es otra de las figuras claves en la construcción de un equipo duradero, de esos que tienen el material suficiente para establecerse como dinastías.
Y un poco más tarde le tocaría el turno a Carlos Correa, primera selección del draft amateur del 2012 y bajo control del equipo hasta la campaña del 2022.
Si el gerente general Jeff Luhnow consigue retener a largo plazo a este cuarteto, como núcleo similar a aquel de Derek Jeter, Jorge Posada, Mariano Rivera y Andy Pettitte que tuvieron los Yankees de Nueva York, entonces habrá valido la pena la espera de tres campañas seguidas con más de 100 derrotas (2011, 2012 y 2013), cuando el proyecto de los actuales campeones apenas comenzaba a tomar forma.

jueves, 15 de marzo de 2018

¿Postemporada o guillotina? San Luis busca cortar su mala racha


Guillermo Celis / ESPN
Aficionados y Fanáticos al "Rey de los Deportes": Tras dos años sin alcanzar la postemporada, los Cardenales de San Luis tenían como consigna primordial el mejorar una ofensiva que fue mediocre en el 2017, una ofensiva que quedó a media tabla en casi todas las estadísticas de bateo colectivo en la Liga Nacional y que necesitaba urgentemente un par de piezas importantes.
San Luis estuvo negociando por Giancarlo Stanton y llegaron lejos, pero fue el propio pelotero el que no quiso ir a la "Ciudad de la Puerta al Oeste".
Al no funcionar dicha negociación, los Pájaros Rojos terminaron aterrizando a Marcell Ozuna, que a la postre es un pelotero cuyas características se adecúan más a una organización como la de San Luis.
Ozuna bateó .312 con 37 cuadrangulares y 124 carreras producidas con los Marlins de Miami en el 2017 y viene a completar un trío de jardineros con Dexter Fowler y Tommy Pham que luce como el mejor de los últimos años para la escuadra de Mike Matheny.
Sin embargo, es precisamente el manager quien tendrá que proveer estabilidad en el equipo. Matheny ha pecado de sobremanejo en las recientes campañas y es eso lo que ha llevado al equipo no solo a quedarse sin postemporada, sino a cuestionar seriamente la continuidad de su dirigente.
Matt Carpenter es el gran ejemplo. Un extraordinario pelotero que no ha podido consolidarse simplemente porque no tiene una posición fija. El año pasado, el alto mando le dijo que ocuparía la inicial de tiempo completo y que dejara de preocuparse por cubrir otras posiciones.
Hoy, Carpenter llegó al entrenamiento primaveral a cambiar de mentalidad nuevamente, pues su consigna será jugar tantas posiciones como le sean requeridas. En el béisbol moderno, es frecuente tener ese tipo de peloteros, pero no puedes manejar un equipo sobre esas bases con la mayoría de los jugadores. Los resultados están claros en San Luis.
El caso de José 'Cafecito' Martínez es el otro ejemplo. Cada vez que Matheny lo requirió, el venezolano respondió a la ofensiva y a la defensiva, de hecho terminó bateando .309, pero jamás le dieron la titularidad, a pesar de que el equipo siempre estuvo en problemas.
Por el lado del pitcheo, no hubo muchos cambios en el roster, pero si uno muy importante en el staff de coaches de Mike Matheny.
El traer a Mike Maddux como nuevo coach de pitcheo, se reflejará en los resultados, tal como lo hizo Maddux cuando llegó a los Rangers de Texas.
La rotación se anclará nuevamente en el dominicano Carlos Martínez, pero hay dudas en torno a los demás.
Un Adam Wainwright que a sus 36 años ya no es el mismo, Michael Wacha y su inconsistencia, Bud Norris que llega a tratar de apoyar y un Alex Reyes que, tras ser considerado el mejor prospecto entre los lanzadores de su organización y de los mejores del país, se sometió a operación Tommy John y podría estar listo para mayo, pero nuevamente los benditos rumores de los Cardenales lo pueden llegar a afectar, pues en el entrenamiento primaveral se ha comentado que podría ir al bullpen y que no se sabe exactamente cómo lo van a manejar.
Hace dos décadas que los Cardenales no ligan tres años seguidos sin postemporada y cuidado, porque de presentarse ahora un tercero seguido, algunas cabezas podrían rodar.
¡No hay nada mejor!

No hay nada grave con Gleyber Torres

No hay nada grave con Gleyber Torres

El emergente
Ignacio Serrano

No hay nada grave con Gleyber Torres. Empezar la temporada en las Menores era una posibilidad más que obvia, por tratarse de un pelotero que todavía no es llamado a las Grandes Ligas. ¿Que fue enviado a Triple A? ¿Que los Yanquis se llenaron de nuevos infielders? ¿Que no pudo batear en los juegos de exhibición? Gajes de oficio en el proceso que lleva a su graduación.

El caraqueño es un predestinado. Salvo que ocurra una catástrofe, jugará pronto en las Mayores. La única duda está en el uniforme que vestirá, bajo el supuesto de que aún podría ser embarcado en un cambio, si Nueva York llega a considerar la idea de usarlo como carnada para adquirir una pieza que ayude de inmediato.

Esto último luce improbable, por el rumbo que ha emprendido la gerencia bajo el mando de Brian Cashman, mezclando lo mejor de sus granjas con figuras venidas de otros lares. Torres es la principal joya en las sucursales de los bombarderos. Su hora va a llegar.

¿Preocupa su descenso? No debería. Ese riesgo existía desde antes de comenzar los entrenamientos: bajarlo por algunas semanas le daría a su divisa un año más de control sobre su contrato, nada despreciable cuando se trata de alguien que, como Kris Bryant en el pasado, con los Cachorros, o Ronald Acuña con los Bravos, hoy, debería brillar durante muchas, muchas campañas. Es un ajedrez financiero que cada día se juega con mayor pragmatismo.

¿Preocupa la llegada de Brandon Drury y Neil Walker? Depende de cómo se vea. Está claro que son amplios favoritos para empezar el torneo como antesalista y camarero de los mulos. Esa parte está escrita. Lo que puede venir después se entrevé en lo dicho por el alto mando del club: Drury es un pelotero versátil, que puede defender varias posiciones, candidato a convertirse en utility si alguien pide paso a fuerza de batazos, mientras que Walker, con todo y lo que representa entre los camareros de la MLB, tiene contrato de un año, solamente; no lo buscaron como solución de largo plazo.

¿Preocupa su falta de bateo? Ese es el punto alrededor del que giran las demás respuestas que esbozamos en esta columna. Torres tiene apenas 21 años de edad y sus números en las Menores muestran una progresión constante y ascendente. Fue el Jugador Más Valioso más joven en la Arizona Fall League en 2016, una distinción que le arrebató Acuña en la zafra siguiente, y estaba destrozando el pitcheo en Triple A cuando se lesionó el codo en 2017. Lo lógico es creer que retomará el ritmo en la principal sucursal de los Yanquis.

Hagamos memoria y recordemos que estaba a punto de ser subido cuando ocurrió el percance. Sería bigleaguer y titular en Nueva York desde los 20 años de edad, si no se lastima en junio.

Era de esperarse que llegara con algo de óxido al Spring Training. Fueron nueve meses inactivo. Hablamos de la Cirugía Tommy John, no es cualquier cosa. ¿Que ha debido aprovechar la LVBP para recuperar el swing? Es imposible no pensarlo. Él quería hacerlo. Pero es entendible la posición de su divisa, ante la magnitud de la operación.

No hay nada grave, pues, con este movimiento. Es el último paso antes de que Torres entre al Yankee Stadium en busca de su puesto en el clubhouse. Luego vendrá otra historia, ver si después de eso se convierte en la súper estrella que tantos sueñan. Dependerá de él, una vez que llegue a las Grandes Ligas.

Columna publicada en El Nacional, el jueves 15 de marzo de 2018.