No son muchos los jóvenes peloteros que arriban a un equipo de Liga Mayor y causan un impacto que se hace sentir desde el momento en que se ponen el uniforme.
En el pasado vi algunos que llegaron precedidos de ciertos atributos demostrados durante el aprendizaje en las ligas menores. Otros arribaron luego de seis u ocho años de permanecer pacientemente a la espera de una oportunidad que pudiera ser la última.
Los Astros en el proceso de establecer un equipo netamente joven para el futuro, vio llegar a sus filas un chamaco lleno de entusiasmo, optimismo y agresividad que en un santiamén se convirtió en la chispa del equipo.
En muchos años yo no había visto un joven Astro que llegara tan rápido y se tomara la ciudad sin armamento de guerra. Lo hizo armado de solamente un bate candente, de un guante seguro y de una altivez propia del peloterito dispuesto a impresionar no solo a sus superiores en la organización, sino a una afición afligida, desconcertada y siempre numerosa en las graderías de un estadio con esperanza de tener un equipo que la haga vivir de nuevo.
El pequeño hombre de Venezuela, José Altuve que juega la segunda base, se convirtió en un arrebato entre los aficionados, la gente de prensa y la radio. El joven pelotero comenzó a rendir desde el primer momento con una velocidad de rayo y con un guante glorioso. Y encima de todo eso, una actitud ganadora que servirá de incentivo a todos sus compañeros de equipo.
Era el noveno episodio de un partido que los Astros jugaron contra los Nacionales de Washington el 20 de julio en el Parque Minute Maid de Houston, fue cuando Altuve desembarcó su primer imparable de Liga Mayor. Apenas había terminado de desempacar su maleta que lo acompañó en su viaje procedente del equipo Los Anzuelos de Corpus Christi, Texas, cuando le sonrió la suerte.
Altuve fue firmado por los Astros en Venezuela en 2006. Luego de un magnífico rendimiento en 2007 en la campaña de la Liga de Verano en ese país, fue transferido a los Estados Unidos en 2008 y bateó .284 en 40 juegos por el Greenville de la Liga Appalachian. En 2009 retornó al Greenville y bateó .324 con 21 robos en solamente 45 partidos. Todo esto le sirvió para ser ascendido al equipo Tri-City de la Liga New York-Pen donde bateó .250 en par de juegos. Comenzó la campaña 2010 con el Lexington en la Liga South Atlantic clase A-baja. Allí bateó .308 con 39 robos y 11 cuadrangulares. A continuación, la organización lo movió a la clase A-alta con el club Lancaster en la Liga de California donde bateó .276.
En la temporada de 2011 retornó al Lancaster, donde bateó un sorprendente .408 con 19 robos en 52 juegos. Continuó su bateo candente después de haber sido ascendido a la Liga de Texas, donde bateó .361 con el equipo de Corpus Christi, dándole globalmente un promedio de .389 con 24 robos, 26 bases por bolas, y 40 ponches en 357 turnos al bate este año.
En términos generales, durante 382 partidos, Altuve bateó .327.
Debido a su rendimiento estadísticamente atractivo y que es obviamente extraordinario, Altuve presentó un dilema a los buscadores de talento, pues no estaban acostumbrados a ver peloteros de ese calibre a tan temprana edad. José es un hombre de pequeña estatura (5-7, 170), pero da la impresión de ser más pequeño.
Según los busca talentos, Altuve es un buen atleta, con velocidad promedio pero con un instinto tremendo en las bases. No es el mejor recibidor de bases por bolas, pero hace contacto frecuentemente con la pelota y tiene poder para batear a todos lados; es selectivo y padece de pocas debilidades en el plato. Se abstiene de tirarle a los lanzamientos que no puede batear y se equivoca poco. Gira el bate con mucha velocidad y no es fácil dominarlo, contrario al estereotipo de jugadores pequeños.
Altuve es también un jugador sumamente sólido alrededor de la segunda base. Se cree que no cubre el terrenos suficiente para jugar el campo corto, pero por la fortaleza del brazo los Astros le han dado algunas entradas para jugar en tercera. Evidentemente lo probaron en distintas posiciones. Juega con refinamiento y entusiasmo, lo que al parecer convence a los expertos.
Durante su niñez, José, nunca se interesó en jugar otro deporte que no fuera el beisbol. "Todo se lo debo a mi padre que se interesó por enseñarme a jugar la pelota", dijo el joven beisbolista.
Con una docena de días que faltaba para la fecha tope de cambios, el Gerente General de los Astros Ed Wade, creó el lugar para su pequeño jugador de 21 años de edad y segunda base del futuro. Lo hizo al canjear al veterano jugador de cuadro Jeff Keppinger a los Gigantes de San Francisco por los lanzadores Doble A, los derechos Henry Sosa y Jason Stoffel. De un solo plumazo, Wade infundió a los Astros un par de brazos poderosos y ascendió al talentoso y diminuto jugador de cuadro.
El lector puede imaginar la satisfacción que sintió Altuve cuando le notificaron que los Astros le tenían preparado su puesto en la alineación regular. "Me sentí tan feliz, que no te lo puedo explicar con palabras", dijo José. Fue algo único para mi, pues es lo que uno sueña cuando se prepara en las ligas menores. Estaba en la práctica en Corpus Christi, cuando el dirigente me hizo llamar para decirme que Wade quería hablar conmigo".
En esa misma tarde del llamado de Houston, José hizo su maleta y a las ocho de la noche tomó un vuelo con rumbo al Minute Maid Park de Houston donde fue recibido con los brazos abiertos por la organización de los Astros. Pero antes de todo este ajetreo, llamó a Venezuela y participó la buena noticia a sus padres.
El venezolano arribó a los Astros exactamente como se le había anunciado y exactamente como se le recordó, con un gran bate para hacer contacto y un enfoque agresivo que en la primera semana de juego no tuvo rival. Al momento de redactar esta nota, Altuve batea .318, producto de 14 imparables en 44 turnos al bate. Ha bateado bien en 10 de sus 12 juegos ligamayoristas con tres carreras empujadas en ese período.
Solamente 2 jugadores en la historia de los Astros lograron disparar 11 o más imparables en sus primeros 7 partidos en las Mayores: Ken Caminiti en 1987 (de 27-11) y O. Miller (de 23-11).
El recibimiento del que fue objeto en la casa club de los Astros fue un acontecimiento que José nunca olvidará. Los peloteros le hicieron sentir bien; eso le ayudó muchísimo a sentirse como parte de la familia del equipo desde el primer instante. "Fue otro momento inolvidable", manifestó el recién llegado.
Altuve se dio el gusto de saludar a caras conocidas como Humberto Quintero, Sergio Escalona, Ángel Sánchez y hasta el instructor Al Pedrique, que fue una de las personas que influenció para que los Astros lo firmaran. Pedrique, es el brazo derecho del dirigente Brad Mills.
Cuando José bajó al terreno por primera vez en el estadio de Houston, el nerviosismo se había apoderado de todo su ser. Caminar de la cueva al montículo fue toda una odisea. "Lo único que vi fue mi propio uniforme y toda una multitud de gente alrededor. Lo primero que hice fue dar gracias a Dios por permitirme cumplir mi sueño", expresó Altuve.
Una noche durante la serie contra los Rojos de Cincinnati abordé a Wade con respecto a su plan de rejuvenecer el club y dijo: "Ya viste como nos preparamos para ascender a Altuve además de otros movimientos que posiblemente tendrán impacto este año en nuestro club. Estamos formando un núcleo que dará frutos el próximo año o en 2013, 14 y 15".
Con mucho tacto, mencioné a Altuve que si se molestaba cuando alguien se refería a su pequeña estatura comparada con la gran mayoría de los casi gigantes del beisbol de Liga Mayor. "No, del todo", dijo Altuve. "Mis compañeros lo mencionan y lo considero normal. Dios tomó la decisión de hacerme así y por eso no me molesto. Cuando me pongo el uniforme y bajo al terreno, me siento del mismo tamaño que los demás jugadores, especialmente porque yo soy capaz de hacer lo mismo que ellos hacen".
Yo no tengo bola de cristal, pero imagino que los aficionados acuciosos de los Astros tratarán de comparar a los pequeños jugadores David Eckstein y Dustin Pedroia con Altuve. Se afirma que José no tiene el poder de Pedroia, pero debe tener más que Eckstein. Se cree que Eckstein de los Padres de San Diego es el ligamayorista de más corta estatura con 5'6. El ex Astro, Joe Morgan, mide 5'7.
Aunque se trata de beisbol en general propiamente dicho, Altuve encontró que el pitcheo de las Grandes Ligas es más consistente, motivo que lo tiene haciendo los ajustes necesarios; de eso no se escapa ni el más pintado.
A pesar del buen instinto que es innato en Altuve con respecto a los intentos de robo de bases, todavía no tiene la
luz verde del piloto Mills. "Todavía no la tengo, pero espero que eso cambie en un futuro muy cercano. Será mi siguiente voto de confianza", explicó José con una simpática sonrisa.
Todo parece indicar que José se emociona cada vez que se pone el uniforme y quizá esa haya sido la razón por la cual subió tan rápido a través del sistema de ligas menores ya haya sido en Lancaster, Corpus Christi o en las Ligas Mayores, en solamente un año y medio. Además de tener talento mantiene un nivel de entusiasmo que la afición puede notar claramente, y que lo perciben con alegría ya que también es contagioso.
Los Astros examinaron todos los pro y contras de subir a un pelotero tan joven al beisbol grande. En el caso de Altuve consideraron que al acelerar su ascenso, especialmente pasando sobre la categoría Triple A, pusieron especial atención en la habilidad física y la actitud positiva característica del pelotero. Este es un gran éxito para un jugador de solamente 21 años de edad y a la vez un reto muy especial pues no cuenta con la experiencia completa del proceso de aprendizaje. Esta estrategia algunas veces da buenos resultados, pero en otras ha sido un tremendo fracaso. En estos casos el pelotero sufre cuando se le baja a las menores al no haber llenado las expectativas y no son pocos los que son bajados. Pero todos estos riesgos fueron analizados dentro del plan para subirlo, considerando darle todo el apoyo conveniente al logro del éxito que por supuesto no solo daría gloria a Altuve sino inyectaría de energía positiva y entusiasmo a una afición ávida de cosas buenas que renueven sus esperanzas de ver a su equipo logrando triunfos.
Pedí a Wade que me dijera si en realidad Altuve podría jugar otras posiciones del cuadro en el futuro: "Yo creo que sí y lo ha hecho esporádicamente, pero no tenemos intención de experimentar. Más bien deseamos que se concentre a jugar la segunda base y que continúe allí para ver hasta dónde nos lleva en los próximos diez años".
En el beisbol de las Ligas Mayores hubo peloteros pequeños que no tuvieron problemas para alcanzar el éxito.. Algunos fueron parte de equipos ganadores de Series Mundiales y otros fueron seleccionados para ser inmortales en el Salón de la Fama.. He aquí una breve lista -si se puede decir así- en orden alfabético de los peloteros de 5'8 o menos.
David Eckstein 5-6. Rabbit Maranville 5-5. Joe Morgan 5-7. Freddie Patek 5-5. Kirby Puckett 5-8. Phil Rizzuto 5-6. Jimmy Rollins 5-8. Joe Sewell 5-6. Hack Wilson 5-6.
René Cárdenas, además de cubrir a los Astros para el diario La Prensa de Nicaragua, escribe para Crónicas de los Astros, astrosdehouston.com y Astros Magazine. Fue narrador de los Dodgers, Astros y Rangers de Texas. Con los Astros, también narró en TV. Edita su propia página no comercial de beisbol www.laestufacaliente.com y es miembro activo de la BBWAA. En varias ocasiones ha figurado en la lista de candidatos al Salón de la Fama de Beisbol en Cooperstown.