No hay que dar muchas vueltas para entender por qué los Piratas de Pittsburgh emprenden la segunda mitad de la temporada posicionados para conseguir su primera campaña con más victorias que derrotas desde 1992.
Sin ases de renombre, todo se concentra en el pitcheo. La efectividad del cuerpo de lanzadores de Pittsburgh es la quinta mejor de la Liga Nacional, con 3.44. Ofensivamente, entre 16 equipos, el slugging colectivo de .365 de los Piratas apenas aventaja a dos rivales.
Pasa lo mismo con los Gigantes de San Francisco, los vigentes campeones de la Serie Mundial y líderes de la división Oeste, terceros en efectividad en el Viejo Circuito, pero penúltimos en slugging con .363.
En la era del pitcheo, fabricar carreras no es tan necesario para ser exitoso.
El declive en la producción ofensiva ha sido pronunciado, según se desprende de los datos al arrancar la segunda mitad de la temporada en las Grandes Ligas.
La cantidad de carreras anotadas descendió a su nivel más bajo en 19 años. El promedio de bateo se encuentra en su punto más bajo desde 1985.
Según STATS LLC, el promedio de carreras por juego previo a la pausa por el Juego de Estrellas fue de 8,4, un descenso del 6% con respecto al 8,9 del año pasado y del 20% al compararse con el pico de 10,5 en 2000.
"La calidad de los lanzadores, en la Liga Nacional, es una locura. Todas las noches hay alguien haciendo algo fuera de serie", dijo Pablo Sandoval, el tercera base venezolano de los Gigantes sabe de lo que habla al tener como compañeros a Tim Lincecum y Matt Cain.
Mientras los bateadores sufren, los lanzadores reinan. Después de los primeros tres meses, el promedio de efectividad en las mayores ha mejorado de 4.15 a 3.85, y es de una carrera menos con respecto al 2000.
"No paran de salir nuevos lanzadores y ahí es donde se nota la diferencia", comentó Plácido Polanco, el antesalista dominicano de unos Filis de Filadelfia, que cuentan con el cuarteto de ases de Roy Halladay, Cliff Lee, Cole Hamels y Roy Oswalt.
La nueva generación a la que se refiere Polanco incluye a Jair Jurrjens (Atlanta), Michael Pineda (Seattle) y Jhoulys Chacín (Colorado), entre otros.
El pitcheo será esencial en lo que resta de la temporada, sobre todo en la puja por el banderín del Este de la Liga Americana.
Boston acabó al frente la primera mitad por la mínima diferencia sobre los Yanquis de Nueva York, pero los Medias Rojas —uno de los escasos equipos con una maquinaria ofensiva demoledora— deben estar inquietos con los problemas físicos recientes que han aquejado a sus abridores Jon Lester, Josh Beckett y Clay Buchholz.
Con CC Sabathia siempre dominante, los Yanquis han sorprendido con una rotación que ha sabido mantenerse a flote con los rejuvenecidos Bartolo Colón y Freddy García.
Pero deberán estar al menos un mes sin el bate de Alex Rodríguez, quien el lunes se sometió a una operación en la rodilla derecha.
"Ese es un hueco que nadie puede cubrir, tenemos que confiar que regrese sano y a tiempo", dijo Robinson Canó, el segunda base de los Yanquis. Canó, quien viene de proclamarse campeón en el Derby de Jonrones, se perfila para tomar el puesto de Rodríguez como cuarto en el orden ofensivo.
En la división Central de la Americana, la puja es entre los sorprendentes Indios de Cleveland y los Tigres de Detroit. Cleveland pareció desinflarse en junio, pero sigue prendido en la lucha.
Para mantenerse necesita refuerzos, en particular en la ofensiva tras la baja del jardinero Shin-Soo Choo por dos meses y medio. Pero también saben que no puede arriesgar demasiado, como advirtió su manager Manny Acta.
"Los dueños están dispuestos a hacer lo que tienen que hacer para mejorar la ofensiva, sobre todo un bateador de poder que bateé a la derecha, y tener un poquito más de consistencia en la parte de atrás de la rotación", dijo Acta. "Pero no vamos a regalar el futuro de nosotros simplemente para rentar a un jugador por un mes o dos. Tenemos que estar seguros que ese jugador nos va a dar un último empujón".
Los Rangers de Texas marcan el paso para repetir al frente del Oeste de la Americana, pero no se pueden fiar de los Angelinos de Los Angeles, que están a un juego atrás, y hasta de los Marineros de Seattle, cuyo trío de abridores integrado por Pineda, Félix Hernández y Erik Bedard ha sido la razón que tengan un desempeño por encima de las expectativas.
Algunos vislumbran a Filadelfia en la postemporada y hasta en la Serie Mundial, pero Polanco advierte que Atlanta no está muy lejos, a tres partidos y medio en el Este de la Nacional: "No hay que pensar en los playoffs ahora. Lo primero es ganar la división y luego se puede pensar en los playoffs, que son series cortas en las que cualquier cosa puede pasar".
La puja más intensa se avizora en la Central, donde el líder Milwaukee envió el mensaje de que va con todo al adquirir al cerrador Francisco Rodríguez de los Mets apenas terminado el Juego de Estrellas. Los Cerveceros comparten la punta con San Luis, que ha dado la nota pese a perder a su as Adam Wainwright y los altibajos de Albert Pujols.
"Un poco más de salud es la clave para nosotros, que nadie más se lesione", imploró Yadier Molina, el catcher de los Cardenales.
También están en carrera los Piratas y los Rojos de Cincinnati, los actuales monarcas.
Pittsburgh no tenía una foja sobre .500 a estas alturas desde la era de Barry Bonds y Bobby Bonilla. Los ejes del equipo ahora son Andrew McCutchen, Neil Walker y Kevin Correia.
"La verdad que no me sorprende, porque sabemos que clase de muchachos que son, tienen muchos jóvenes con mucho talento. Va a ser una división muy cerrada", avisó Molina.
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Autor: Erick Nuñez