BEISBOL 007: catchers

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viernes, 12 de agosto de 2011

Cátchers y pítchers en la cima

 Con el debut del receptor Salvador Pérez el pasado miércoles, van 12 graduaciones de venezolanos en las mayores este año. 42% de los noveles son lanzadores y 33% caretas.



 La cifra  de 18 estrenos de jugadores venezolanos en Grandes Ligas en un año  está en riesgo   luego de los 12 debuts que se han producido  en 2011.
Con la irrupción del  cátcher Salvador Pérez el pasado miércoles, la proyección de rebasar la marca de graduaciones  para peloteros criollos,  vigente desde 2006 e  igualada en 2008,   ilusiona.
“No supe qué pensar en ese momento”, dijo Pérez tras enterarse de su llamado al equipo grande desde la  filial  Triple A de los Reales de Kansas City.
“No hablé como por dos horas, sólo me mantuve en mi locker y la gente me preguntaba si me pasaba algo”.
Pérez se aprovechó del permiso otorgado   al  receptor  regular del equipo de la realeza, Brayan Peña -se convirtió en padre-,  para despachar de 3-1, con sacrificio, anotada, producida y sorprender  a dos corredores rivales sobre las almohadillas.
“Me mantuve jugando duro, como lo he hecho en las menores.  Jugué al 100% y me mantuve haciendo mi trabajo”, pensó Pérez tras  su primer partido en el big show.
La cifra  de estrenos   sería mayor hoy,   de no ser por las lesiones de  Reggie Corona (Yanquis) y Mauricio Robles (Marineros).
José Yépez  (Seattle)  aportaría para   aumentar la lista de debuts   en los próximos días.
Yépez, un máscara  de 11 campañas en ligas menores y  de 30 años, podría convertirse en el criollo 271 en jugar oficialmente en Grandes Ligas.
De los 12 nativos  ascendidos en 2011 (Brayan Villarreal, Eduardo Sánchez, Alexi Amarista, Ezequiel Carrera, Lester Oliveros, Héctor Sánchez, Robinson Chirinos, Alex Torres, José Altuve, Manuel Piña, Henderson Álvarez y Salvador Pérez),   cuatro son     receptores (33%)   y    cinco  lanzadores  (42%).     José Altuve (2B)    Alexi Amarista (2B), y  Ezequiel Carrera (JC)   rompen  a la tendencia.
Además,   de los 81 connacionales que han jugado este año en la gran carpa, 17 son cátchers y 27 serpentineros.
Dulce espera
Cuando se expandan los rosters  de los equipos en Grandes Ligas,  el próximo mes, la marca de 18 estrenos patrios en las mayores en una  temporada   correrá aún más peligro. 
En las menores aguardan ansiosos por hacer sus  debuts    Jesús Montero, prospecto de los Yanquis de Nueva York;  el jardinero Johermyn Chávez,  los lanzadores Yohan Pino, Deolis Guerra, José Ortegano, Yoervis Medina, el infielder Freddy Galvis y el patrullero de Caribes de Anzoátegui en el país   Gorkys Hernández.
Venezuela se hizo famosa en el béisbol gracias a la saga de    campocortos que inició Alfonso Carraquel y mantuvieron  Luis Aparicio, David Concepción, Oswaldo Guillén y Omar Vizquel. Hoy el mando fue a dar a otras posiciones;  pítchers y cátchers.

Robinson Chirinos

viernes, 1 de abril de 2011

CATCHERS QUE NO ESTAN EN LA JUGADA


Por Andrés Pascual
      En las series de pelota castristas, Modesto Larduet, receptor de equipos del Este del país, se cruzaba solo, ¿Qué significa esto? Que pedía una recta y se preparaba para recibir un slider; o, al revés. El tipo jugaba bruto, con cara de bruto y era bruto. Nadie sabe cuántos bolazos le metió en el pecho Braudilio Vinent.      Lázaro Martínez, un catcher del Industriales, le tenía tanto miedo al impacto en home con un corredor que empezaba a recular y, si hubiera podido, hasta el backstop no paraba.      Juan Castro, considerado el dios de la posición en los últimos 49 años en la Isla, tenía un problema a la hora de intentar poner out a un corredor y era que no manejaba ni el momento, ni el tiempo del intento; menos aún los de aquellos que tenían luz verde en los senderos, pero que intentaban la estafa con detalles como el tipo de pitcheo calculado, el número en el orden y si el serpentinero era o no derecho. Castro sacaba por su buen brazo, pero no por la maestría obligada de un primer receptor. En su caso, puede decirse sin exageraciones, que los corredores lo sorprendían, pero le recibía a lanzadores de gran velocidad que, sumada a la de su disparo, le permitía sacar el out.     En Cuba, bien; pero no hay peor espectáculo que observar una ridiculez defensiva en las Grandes Ligas: en el juego de apertura de temporada de hoy entre los Tigres de Detroit y los Yanquis, bateando Mark Texeira a la zurda y con Justin Verlander en el balk por los felinos, un corredor que permanecía en segunda, en aparente acción suicida, se lanzó al robo de la esquina caliente y llegó primero que el disparo del receptor Alex Avila…     En cualquier pelota del mundo, con un pitcher de la velocidad de Verlander, que no lanzó un cambio, sino una rectaza y porque la tercera le queda más cerca de los ojos que su nariz al catcher, con el área limpia de cualquier obstáculo que dificulte la visibilidad por lo del bateador zurdo, tiene que ser un out más grande que el Empire State.     Estos detallitos son los que yo disfruto para criticar la pelota de hoy, pero me disgusta aceptar la realidad conmigo mismo de que esta pelota ya no es ni la chancleta de la que se jugaba hace solo 30 años.