BEISBOL 007: bèisbol

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jueves, 9 de noviembre de 2017

Por su calidad humana y competitividad, Halladay deja un legado difícil de emular

Roy Halladay ganó su segundo Premio Cy Young en el 2010, y eso creó un pequeño problema. Halladay quería encontrar la manera de reconocer los méritos que su entonces receptor, el panameño Carlos Ruiz, tuvo para ayudarlo a ganar el codiciado premio. Y quería hacerlo de la manera más discreta posible.
Entonces, a escondidas, procedió a ordenar una réplica del trofeo, la envolvió en una simple caja de cartón y la colocó en el casillero de Ruiz después de un juego de la Liga de la Toronja en el 2011. El mensaje que se leía por encima fue típicamente subestimado. "De: Roy. Para: Chooch".
Halladay, uno de los lanzadores más dominantes y competitivos de su generación -y uno de los mejores seres humanos que hayan vestido un uniforme de Grandes Ligas- falleció el martes , cuando su avión privado se estrelló en el Golfo de México. Tenía 40 años de edad.
Los tributos y condolencias comenzaron a surgir por parte del mundo del béisbol de Grandes Ligas para un lanzador derecho que se estableció tras 12 temporadas con los Azulejos, antes de pasar las últimas cuatro campañas de su carrera con los Filis.
El Comisionado Rob Manfred emitió la siguiente declaración: "Todos estamos en shock y profundamente entristecidos por la trágica muerta del ex lanzador de los Azulejos de Toronto y los Filis de Filadelfia, Roy Halladay. Una persona respetada a lo largo y ancho del béisbol, Roy fue un gran competidor durante su carrera de 16 años, que incluyó ocho participaciones en el Juego de Estrellas, dos Premios Cy Young, un juego perfecto y un juego sin hit ni carrera en la postemporada.
"En nombre de Major League Baseball, extiendo mis más profundas condolencias a su familia, incluida su esposa Brandy y sus dos hijos, Ryan y Braden, sus amigos y sus innumerables fanáticos, además de a las organizaciones de los Filis y los Azulejos".
La marquesina instalada por fuera del Citizens Bank Park la noche del martes exhibía una fotografía de Halladay con su nombre y una simple anotación: 1977-2017.
Halladay fue seleccionado por Toronto en la primera ronda del Draft amateur proveniente de la Preparatoria Arvada West de Colorado en 1995. En su segunda apertura de Grandes Ligas, contra los Tigres en 1998, lanzaba un no-hitter que terminó con dos outs en la novena entrada cuando Bobby Higginson le sacó la bola del parque. Tres años después, tuvo un desempeño tan malo que fue bajado hasta Clase-A, donde el coach de pitcheo Mel Queen cambió su mecánica de lanzar con un ángulo de tiro más bajo.
Y desde ese momento hasta que las lesiones en su hombro lo obligaron a retirarse, el "Doc" fue uno de los mejores lanzadores de las Grandes Ligas. En el 2002 se ganó la primera de ocho convocatorias al Juego de Estrellas. Un año después, ganó su primer Cy Young tras finalizar con marca de 22-7 y efectividad de 3.25.
Su consistencia lo llevó a encabezar su liga en entradas lanzadas cuatro veces y lograr 67 juegos completos.
Halladay finalizó con récord de 148-76 por los Azulejos y se convirtió en un ícono de la franquicia cuando, a la edad de 33 años y buscando lanzar en la postemporada por primera vez, ayudó a despejar el camino para un canje en el invierno del 2009-10 que lo envió a los Filis a cambio del receptor Travis d'Arnaud, el derecho Kyle Drabek y el jardinero Michael Taylor.
Aun después de ese cambio, siguió siendo una figura bien popular en Canadá. Cuando los Filis fueron a jugar al Rogers Centre tras el canje, Halladay fue recibido con una gran ovación. Y en el 2013 firmó un contrato por un día para poder retirarse como Azulejo.
Halladay tuvo una primera temporada de ensueño en Filadelfia, con marca de 21-10 y 2.44 de efectividad que le valió ganar su segundo Premio Cy Young. Pero su impacto fue aun más allá de eso. El 29 de mayo del 2010, el diestro les tiró un juego perfecto a los Marlins. Cinco meses después, en la Serie Divisional de la Liga Nacional, lanzó un partido sin hit ni carrera ante los Rojos.
Después de ese juego mandó a comprar 60 relojes Baume & Mercier para regalárselos a sus compañeros y miembros de la directiva, cada uno de ellos gravados con el nombre de quien lo recibía.
El cubano Fredi González era el timonel de los Marlins en ese entonces.
"Era una de esas pocas personas que cuando te lo encontrabas, ya sea en el clubhouse o en el pasillo, siempre se tomaba el tiempo para ayudar a los demás", recordó González el martes. "Siempre tenía tiempo para ayudarte. Sin duda era una persona bien especial".
Al mismo tiempo, Halladay era bien conocido por su estricta rutina de trabajo.
"Era una persona bien amable con la gente, pero cuando se llegaba la hora de prepararse, era un hombre de 'pocas pulgas'", recordó su coach de pitcheo con los Filis, Rich Dubee. "Pero en su tiempo libre, era un excelente compañero".
Halladay le dio crédito al psicólogo deportivo, el Dr. Harvey Dorfman, por haberlo ayudado en su enfoque mental sobre el juego, y también pasó tiempo trabajando con los jugadores jóvenes de los Filis.
"Estamos consternados con la trágica noticia de la muerte de Roy Halladay", expresaron los Filis mediante un notificado. "No hay palabras para describir la tristeza que toda la familia de los Filis está sintiendo con la pérdida de una de las personas más respetadas que jamás haya jugado pelota. Es con una profunda tristeza que expresamos nuestras condolencias a Brandy, Ryan and Braden".
Por su parte, el líder del sindicato de jugadores, Tony Clark, dijo lo siguiente: "Nuestros corazones están rotos. Roy Halladay no sólo era uno de los competidores más grandes que haya tenido el béisbol, sino también era un hombre con una tremenda calidad humana. Nuestros caminos se encontraron muchas veces durante nuestras carreras, y les puedo asegurar que fue uno de los pitchers más difíciles que enfrenté.
"Y mientras que nunca se rindió sobre la loma, también era conocido por ser un excelente compañero, siempre ayudando a los demás jugadores. Nuestras oraciones están con su esposa Brandy y sus hijos, Ryan y Braden".
Halladay se retiró después de la temporada del 2013. Hubiese podido jugar por más tiempo, pero deseaba pasar más tiempo junto a su familia y hacer las cosas que él amaba.
Dos de esas cosas eran entrenar a sus hijos y pilotear aviones.
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lunes, 9 de septiembre de 2013

Los 300 guerreros de Venezuela

El país suramericano llegó a tres centenas de grandeligas, pero ¿cuándo pasó?


Por fin se cumplió la meta tan esperada por aficionados y periodistas en Venezuela: la tierra del gran Luis Aparicio ya tiene 300 grandeligas.
El problema es que nadie se pone de acuerdo para precisar cuándo sucedió y tampoco está claro quién es el verdadero número 300.
Medina
Medina
Pudiera ser Yoervis Medina, que desde el 16 de abril forma parte del bullpen de los Marineros de Seattle.
Pudiera ser Bruce Rondón, que justo después de Medina hizo su estreno en la gran carpa, con los Tigres de Detroit.
Pudiera ser Mauricio Robles, que debutó como relevista de los Filis de Filadelfia, hace una semana.
Pudiera ser Ehire Adrianza, que vio acción por primera vez el domingo, con los Gigantes de San Francisco.
O puede que ninguno de ellos haya sido el número 300. El portal Baseball-Reference.com ubica la cifra en 299, lo que deja a Miguel González como el próximo candidato a completar la meta, una vez que sea incluido en el lineup de los Medias Blancas de Chicago.
El diario El Nacional y varios medios regionales proclamaron a Robles como el merecedor de la distinción, una mera curiosidad estadística, ciertamente, pero que para muchos aficionados en este país beisbolero tiene importancia capital.
"Me gusta ser el 300, es un número redondo", señaló el zurdo, que en 2011 pasó cerca de dos meses en el roster grande, pero en la lista de incapacitados.
Meridiano, líder en deportes y otros medios proclamaron, en cambio, a Adrianza. El infielder entregó palabras similares a las de Robles, al ser entrevistado.
¿Quién arregla esta diferencia?
OBJETIVIDAD VS SUBJETIVIDAD
Rondon
Rondón
El problema está en la disparidad de criterios, nacida de querer interpretar los hechos más allá del sistema legal vigente.
308 peloteros con nacionalidad venezolana han pasado por la gran carpa. Eso incluye a varios que se quedaron en la banca, sin jugar, y otros que sólo estuvieron en la lista de incapacitados.
Rondón fue el número 300 en lograr su graduación, pero no el 300 en alinear. Son cosas distintas.
La cuenta siguió creciendo después de Rondón, hasta llegar a 308, de los cuales 301 han actuado en las mayores. Pero sólo 299 son nacidos en Venezuela, pues Aurelio Monteagudo vio la luz en Cuba y Felipe Paulino en República Dominicana.
Es mucho más confuso de lo que parece en un principio, ¿verdad?
Baseball-Reference.com lleva su cuenta bajo un estricto criterio objetivo: adjudica a cada nación sólo los nacidos en cada país. Monteagudo está listado como cubano y Paulino como dominicano. Josh Barfield, en cambio, sí es incluido entre los sucesores de Aparicio, pues fue alumbrado en Barquisimeto.
"Barfield es venezolano, eso es un hecho", señaló Alfonso Saer, que ya era la voz oficial de los Cardenales de Lara cuando uno de los importados de esa divisa, Jesse Barfield, decidió que su primogénito Josh naciera en una clínica larense, no en Estados Unidos, nada menos que el 17 de diciembre de 1982, aniversario de la muerte del Libertador Simón Bolívar.
El ex prospecto de los Padres de San Diego representó a Estados Unidos en el Juego de Estrellas de Futuro. Es el argumento de algunos para dejarlo fuera de la lista, a pesar de que la Constitución Nacional establece taxativamente que toda persona nacida en el territorio nacional es venezolano por nacimiento, a menos que renuncie a ese derecho a través de un procedimiento legal.
Robles
Robles
"Barfield nunca ha querido jugar en las mayores como venezolano, se siente estadounidense y por eso no debe estar en la lista", subrayó Javier González, historiador y director fundador del Museo y Salón de la Fama del Beisbol en Venezuela.
Guillermo Yáber Llanos, conductor de programa Tridente deportivo, que transmite Radio Caracas Radio, es el único periodista que ha hecho su trabajo y ha interpelado al propio jugador.
Barfield fue claro al declarar para Yáber: le gusta ser considerado uno más en esa lista, sea de 308, 301, 300 o 299 venezolanos, según el criterio que se establezca.
"A Barfield no le podemos quitar la nacionalidad", coincidió Iván Medina, director de la empresa de numeritos Quality Sports Production. "Por ley, es venezolano".
"El punto de referencia es lo que diga la Constitución, que es el documento que define quién es venezolano", agregó Arturo Marcano, abogado especializado en el área deportiva y columnista de ESPNdeportes.com. "Barfield es venezolano por nacimiento. Aunque él diga que es estadounidense, la realidad es que también es venezolano".
Entonces, ¿quién es el grandeliga número 300 en la expedición suramericana?
Es posible jugar a ser dios o diputado constituyente. O se puede apelar a hechos comprobables, despojándose de toda subjetividad.
Monteagudo obtuvo la nacionalización antes de iniciar su última etapa en las grandes ligas, como determinó una investigación del veterano reportero Rubén Mijares. Legalmente, cuenta para Cuba y también para Venezuela.
Adrianza
Adrianza
Paulino es hijo de venezolana y al cumplir la mayoría de edad optó por asumir la nacionalidad de su madre. Puede que legalmente también cuente para Dominicana, pero sin duda alguna que es venezolano por ley.
Barfield no ha introducido ningún documento para iniciar el proceso de renuncia a su nacionalidad de origen. Sigue siendo venezolano, de acuerdo con la Constitución Nacional, y su única declaración respalda ese hecho.
Daniel Farquhar y Héctor Martínez, que jugaron como nativos en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, no cumplen, en cambio, con los extremos.
Farquhar es hijo de venezolana, pero no ha realizado el procedimiento estipulado en la carta magna para obtener su nacionalidad. Martínez sí se naturalizó, pero no volvió a la gran carpa después de conseguir la nueva documentación. Son curiosidades, como Jake Arrieta, lanzador estadounidense de padre venezolano.
"Debería existir una lista aceptada por todos, pero no sé cómo lograr eso", lamentó Marcano.
Algo sí está claro, sin embargo: todo lo que esté fuera de la Constitución Nacional es, cuando menos, un capricho, interpretación subjetiva.
Todavía parece confuso: a la espera de Miguel González, sólo 299 peloteros nacidos en el país han jugado en las mayores, aunque 308 venezolanos han acumulado antigüedad allí.
Es menos confuso si se enfoca desde los hechos: 301 venezolanos que aparecen en esas listas han jugado arriba, incluyendo a Monteagudo, Paulino, Barfield y Adrianza.
Pero el número 300 es Robles. Lo dice el artículo 32 de la Constitución Nacional de Venezuela.

IGNACIO SERRANO