Por Andrés Pascual
El presidente de la Federación de Beisbol de Puerto Rico, Israel Roldán, consideró en un debate sobre el beisbol por el 50 aniversario de la creación del INDER, en La Habana, que “el jugador cubano es discriminado por razones políticas (no puede jugar en Grandes Ligas por la ley del embargo), por lo que recibe un tratamiento diferente al venezolano, dominicano, boricua…” ¿Esto fue un guión escrito por un “humorista castrista” para reírse del ejecutivo? Hay que averiguar, porque “el evento” se produjo en la sede de la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba).
Varias veces Israel Roldán ha dejado pasar rollings entre las piernas cuando del castrocomunismo se trata, ¿Por qué actúa así? Yo no sé, pero que nadie lo justifique con lo “del pájaro y las dos alas” de Lola Rodríguez, porque sería una afrenta a la verdad histórica en las relaciones entre Cuba y Puerto Rico.
El Señor Roldán también dijo que los artistas cubanos vienen a Estados Unidos con contratos de trabajo y habló de los Van Van, por lo que hay dos cosas: o no sabe que existe un acuerdo entre Obama y la dictadura llamado “intercambio cultural”, sin consideraciones monetarias; o sabe más que el exilio y se le está pagando a los artistas; mientras se niega en cualquier instancia el hecho.
En noviembre de 1961, antes de que se decretara el embargo a Cuba, en un discurso dirigido a los entrenadores deportivos agrupados en los CVD (Consejos Voluntarios Deportivos), incluidos los del beisbol, más una nutrida representación de miembros de los Países del Pacto de Varsovia, Castro definió el rumbo deportivo del país, pero, con importancia en los deportes profesionales: mercantilistas, elitistas, explotadores… ¡Jamás!
Nunca un pelotero sería remunerado por jugar. Se había consumado “el triunfo de la pelota libre sobre la pelota esclava”. Para el monstruoso aparato de mentiras con sede en el DOR (Departamento de Orientación Revolucionaria), nacía “el mejor beisbol del mundo”.
Al jugador cubano no le ha permitido profesionalizarse el régimen, porque no ha estado nunca a la disposición de las ideas de carácter liberal que generarían la condición de dueño de su fortuna: un pelotero profesional autorizado por la tiranía sería alguien extraviado en el 95% de su conducta “revolucionaria-militante”; porque lo perdería el 100% de su independencia económica.
De ninguna manera puede aceptarse eximir de la culpa ante el asunto a un régimen que trata como traidores a quienes optan por ser dueños de sus destinos; o que coloca en la criminal situación de “no persona” al que pesquen intentándolo.
El jugador cubano es un privilegiado ante el resto del área: lo firman como novatos por el dinero que no invierten con los de otros países y, la mayoría, se descartan con respecto a su clase real; obvian cualquier investigación sobre edades, que las adultera la propia dictadura para usarlos como juveniles 4 ó 5 años más allá del límite permitido y no establecen una política de “stop” a los que se fugan para verificar si son enviados o actuaron por cuenta propia, porque cuesta trabajo creer una información que diga que Yunietski Maya fue sorprendido y puesto preso hoy y, pasado mañana, está en México esperando a un agente tan oscuro y dudoso como la situación del jugador.
Lo otro que cuelga, México siempre ha estado conversando con el propio Castro sobre la posibilidad de firmarle a sus jugadores, ¿Por qué no se ha producido la autorización? Más cuando se sabe que un jugador, bajo contrato por la Liga Mejicana, no puede cruzar la frontera y venir a jugar con el Detroit, por las relaciones de trabajo y respeto entre el Beisbol Organizado y el circuito azteca, lo que liquidaría el concepto traidor.
Conclusión, Castro descabezó al beisbol profesional de Cuba por problemas políticos; abandonó la Confederación porque quiso y dice hasta alma mía de la pelota rentada…los “atletas traidores” le son necesarios como alimento de la verborrea retórica contra EUA.
A Roldán parece que se le olvidó todo lo que dije, aunque, verdaderamente, nadie puede definir si el boricua “no sabe, o se hace…”
Pie de grabado: Israel Roldán tiene la “bola escondida” |