Por Andrés Pascual
Para Matt Meyers, de ESPN Insider, lo más impresionante que se produjo en la primera semana de juegos del calendario regular de esta campaña fue que, el antesalista venezolano Pablo Sandoval, “dejó pasar, sin tirarle, 4 lanzamientos bien alejados de la zona de strike”.
El año pasado, el joven y prometedor bateador zurdo vio caer sus números de 44 dobles, 5 triples, 25 jonrones, 90 impulsadas .330 y .556 de slugging en el 2009; a 34 biangulares, 3 batazos de 3 bases, 13 bambinazos, 63 empujadas .268 y .409. Viéndolo bien, un descenso notable en sus guarismos como jugador de segundo año completo, pero, posiblemente, resultado de la hoy casi olvidada influencia del año de Jinx, por la realidad evidente de que se le conoce mejor por los pitchers que lo enfrentan en el circuito
La caída del bateo de Sandoval, que casi iguala en titulares a la victoria de los Gigantes en la Serie Mundial, fue un verdadero acontecimiento por la diferencia con el antepasado, pero he visto ganar a muchos jugadores el premio al Novato del Año con campañas iguales o peores que la del llamado Kung Fu Panda; además, en las últimas 15 temporadas, más de un jugador de posiciones en las cuales el bateo es la única justificación, firmaron contratos millonarios de largo alcance con resultados vergonzosamente inferiores. Entonces, ¿Cuál es el alboroto?
Se ha hablado de todo con relación al swing del joven bateador zurdo; sin embargo, parece que encontraron la causa en lo “poco selectivo” que fue durante el 2010; esta manera de diagnosticar, en Cuba, se simplifica con “se va con bolas malas”. En Grandes Ligas también la relacionan con “poco paciente en el home”, que sería “no espera la de él”.
Sin embargo, un bateador demasiado selectivo puede ser un bateador pasivo, que no conecte sobre lanzamientos malos que ayuden, con el elevado a los jardines, al avance de corredores embasados; también “trabajar la base por bolas” por quienes tienen como compromiso producir impulsando, es una contribución de solo el 25 % de acuerdo a su función.
Tirarle a lanzamientos malos no es un pecado ni un defecto ni un vicio del bateo, que Yogi Berra y Vladimir Guerrero están como ejemplos del asunto, ahora, lo malo es tirarle y no darle…cuando esto ocurre, falla el tacto para chocarla. El no distinguir entre un lanzamiento malo y uno bueno sin el tacto suficiente para alcanzar la pelota o para golpearla bien, es un problema de vista o de pérdida de la zona de strike. Todo resumido en “timming” o coordinación del swing..
Me contaba el recientemente fallecido manager cubano Wilfredo Calviño que, el legendario artillero mejicano Héctor Espino, entraba a la caja de bateo preparado para un lanzamiento, cualquiera que seleccionara en ese momento, si no se lo tiraban, no le hacía swing a ninguno; pero, si venía, en el orden que fuera, por donde quiera que amenazara pasar el envío, el batazo no se lo quitaba nadie al pitcher.
El ex jugador cubano de los 50’s y los 60’s, Mike de la Hoz, fue un notable bateador de bolas malas y la desorganización del swing de Clemente es legendaria.
Pablo Sandoval tiene tantas condiciones como bateador que ni las libras de más le van a impedir caerle a palos a todos los pitchers del Viejo Circuito, sin dudas, como ha ocurrido con la mayoría de los big leaguers en la historia del juego, se cumplió en él la profecía del Año del Jinx…pero eso fue el pasado, vamos a ver este…