Ramón Hernández ha vivido varios momentos inolvidables con el bate en su larga carrera profesional.
En el 2003 dejó en el terreno a los Medias Rojas de Boston en un juego de playoff con nada más y nada menos que un toque de hit con dos outs en el 12mo inning. Bateó para el ciclo en la Serie del Caribe del 2006, ayudando a Venezuela a ganar su primer título en 17 años. Y este mismo año, le dio una victoria dramática a los Rojos en el Día Inaugural con cuadrangular de tres carreras que dejó en tendidos a los Cerveceros.
Aparte de ésos y muchos batazos más que ha dado, el verdadero valor del venezolano ha sido no sólo su producción consistente para un cátcher sino la forma en que ha manejado muchos cuerpos monticulares de calidad en sus 12 años en la Gran Carpa. Lo ha hecho mayormente en equipos de relativamente bajo perfil, algo que tal vez le haya impedido recibir toda la atención y todos los elogios merecidos.
"No me importa si hablan o no o si estoy en equipos de bajo perfil", le dijo Hernández a LasMayores.com sobre el particular. "Es más, cuando esos equipos llegan a triunfar, me gusta más porque siento que llegué a un equipo en que uno puede ayudarlo. Y cuando tú ves esos triunfos, uno se siente muy satisfecho".
Ahora mismo Hernández comparte la receptoría en Cincinnati con el joven Ryan Hanigan, quien se perfila como el cátcher del futuro del equipo. Pero el valor de Hernández se siente en los Rojos, con su bateo oportuno y sobre todo su manejo de una rotación de calidad que incluye a los dominicanos Edinson Vólquez y Johnny Cueto, Travis Wood y Mike Leake, además del veterano Bronson Arroyo.
"Es muy bueno este grupo de lanzadores que tenemos", dijo Hernández. "Están muy bien preparados, son muchachos que son muy competitivos y que vienen preparados.
"Siempre salen con estudios de los bateadores que se van a enfrentar y cuando están ahí en la loma siempre tienen idea de lo que quieren hacer y cómo quieren lanzar".
Por supuesto, es un grupo con muchas expectativas y que ya ayudó a los Rojos a clasificar en el 2010, cuando Cincinnati se coronó campeón de la División Central de la Liga Nacional.
Hernández ya es un experto en eso de manejar buenos cuerpos monticulares. Al principio de su carrera, fue el receptor principal de un equipo de los Atléticos que presumía tres ases en su rotación-Barry Zito, Mark Mulder y Tim Hudson-y que llegó a clasificar cuatro años consecutivos del 2000 al 2003.
"Creo que eso no es nada más para mí", dijo Hernández acerca de los elogios que recibió al manejar a esos pitchers hace una década. "Los lanzadores que estaban ahí conmigo se preparaban muy bien...los dos nos preparábamos muy bien, y creo que cuando tienes dos cabezas pensando es mejor que una".
"Todo estaba planeado lo que se iba a lanzar, no había ningún tipo de adivinanza a la hora de lanzar. Creo que eso fue lo que nos llevó a triunfar en muchos juegos y a llegar a playoffs muchas veces".
Al hablar de ese grupo recordado por todos, Hernández también señala la influencia del coach de pitcheo de aquellos equipos de Oakland, Rick Peterson, cuyas orientaciones ayudaron al venezolano no sólo para esa época, sino que le han servido durante toda su carrera.
"Me enseñó bastante", relató Hernández sobre Peterson. "De él saqué buenas ideas. Trabajé bastante con él y es un tipo que te da muchas ideas de cómo prepararte. Es un pitching coach bastante sabio y por él aprendí mucho".
Calladito, Ramón Hernández ha construido una carrera sólida, con unos números bastante respetables para el rol que ha cumplido detrás del plato, incluyendo 150 jonrones, casi 700 empujadas y promedio de .264 de por vida.
Ahora, a los casi 35 años de edad, ¿cuánto tiempo más cree el caraqueño que le queda en el béisbol?
"Sin lesiones, tres o cuatro años más", dijo Hernández, quien tiene contrato de un año y US$3 millones con Cincinnati para el 2011. "Ahora mismo voy año por año. Si me siento bien y hay equipos interesados en el trabajo de uno, uno sigue volviendo y volviendo, hasta que uno no quiera más el béisbol".
¿Y sus metas en lo inmediato?
"Ayudar a este equipo a llegar a playoffs y llegar a Serie Mundial, que nunca he tenido el chance de estar en una".
En el 2003 dejó en el terreno a los Medias Rojas de Boston en un juego de playoff con nada más y nada menos que un toque de hit con dos outs en el 12mo inning. Bateó para el ciclo en la Serie del Caribe del 2006, ayudando a Venezuela a ganar su primer título en 17 años. Y este mismo año, le dio una victoria dramática a los Rojos en el Día Inaugural con cuadrangular de tres carreras que dejó en tendidos a los Cerveceros.
Aparte de ésos y muchos batazos más que ha dado, el verdadero valor del venezolano ha sido no sólo su producción consistente para un cátcher sino la forma en que ha manejado muchos cuerpos monticulares de calidad en sus 12 años en la Gran Carpa. Lo ha hecho mayormente en equipos de relativamente bajo perfil, algo que tal vez le haya impedido recibir toda la atención y todos los elogios merecidos.
"No me importa si hablan o no o si estoy en equipos de bajo perfil", le dijo Hernández a LasMayores.com sobre el particular. "Es más, cuando esos equipos llegan a triunfar, me gusta más porque siento que llegué a un equipo en que uno puede ayudarlo. Y cuando tú ves esos triunfos, uno se siente muy satisfecho".
Ahora mismo Hernández comparte la receptoría en Cincinnati con el joven Ryan Hanigan, quien se perfila como el cátcher del futuro del equipo. Pero el valor de Hernández se siente en los Rojos, con su bateo oportuno y sobre todo su manejo de una rotación de calidad que incluye a los dominicanos Edinson Vólquez y Johnny Cueto, Travis Wood y Mike Leake, además del veterano Bronson Arroyo.
"Es muy bueno este grupo de lanzadores que tenemos", dijo Hernández. "Están muy bien preparados, son muchachos que son muy competitivos y que vienen preparados.
"Siempre salen con estudios de los bateadores que se van a enfrentar y cuando están ahí en la loma siempre tienen idea de lo que quieren hacer y cómo quieren lanzar".
Por supuesto, es un grupo con muchas expectativas y que ya ayudó a los Rojos a clasificar en el 2010, cuando Cincinnati se coronó campeón de la División Central de la Liga Nacional.
Hernández ya es un experto en eso de manejar buenos cuerpos monticulares. Al principio de su carrera, fue el receptor principal de un equipo de los Atléticos que presumía tres ases en su rotación-Barry Zito, Mark Mulder y Tim Hudson-y que llegó a clasificar cuatro años consecutivos del 2000 al 2003.
"Creo que eso no es nada más para mí", dijo Hernández acerca de los elogios que recibió al manejar a esos pitchers hace una década. "Los lanzadores que estaban ahí conmigo se preparaban muy bien...los dos nos preparábamos muy bien, y creo que cuando tienes dos cabezas pensando es mejor que una".
"Todo estaba planeado lo que se iba a lanzar, no había ningún tipo de adivinanza a la hora de lanzar. Creo que eso fue lo que nos llevó a triunfar en muchos juegos y a llegar a playoffs muchas veces".
Al hablar de ese grupo recordado por todos, Hernández también señala la influencia del coach de pitcheo de aquellos equipos de Oakland, Rick Peterson, cuyas orientaciones ayudaron al venezolano no sólo para esa época, sino que le han servido durante toda su carrera.
"Me enseñó bastante", relató Hernández sobre Peterson. "De él saqué buenas ideas. Trabajé bastante con él y es un tipo que te da muchas ideas de cómo prepararte. Es un pitching coach bastante sabio y por él aprendí mucho".
Calladito, Ramón Hernández ha construido una carrera sólida, con unos números bastante respetables para el rol que ha cumplido detrás del plato, incluyendo 150 jonrones, casi 700 empujadas y promedio de .264 de por vida.
Ahora, a los casi 35 años de edad, ¿cuánto tiempo más cree el caraqueño que le queda en el béisbol?
"Sin lesiones, tres o cuatro años más", dijo Hernández, quien tiene contrato de un año y US$3 millones con Cincinnati para el 2011. "Ahora mismo voy año por año. Si me siento bien y hay equipos interesados en el trabajo de uno, uno sigue volviendo y volviendo, hasta que uno no quiera más el béisbol".
¿Y sus metas en lo inmediato?
"Ayudar a este equipo a llegar a playoffs y llegar a Serie Mundial, que nunca he tenido el chance de estar en una".