Rojos de Cincinnati se prepara para revivir viejas hazañas en el mundo de las Grandes Ligas. Sí, la Maquinaria Roja está engranada para la campaña de 2011 en procura de resguardar el banderín de la división central de la Liga Nacional.
Tras nueve temporadas consecutivas con foja negativa, el elenco de Ohio consiguió en el torneo anterior volver a los playoffs. Ahora, con la misma base de peloteros jóvenes y talentosos pretenden regresar pronto a una Serie Mundial, etapa a la que no acceden desde 1990, cuando despacharon en cuatro juegos a los Atléticos de Oakland de Rickey Henderson, José Canseco, Mark McGwire, Terry Steinbach, Mike Gallego, Dave Stewart, Dennis Eckersley y compañía.
Nadie mejor para dirigir a estos Rojos- que esperan grandes cosechas de su grupo de jóvenes jugadores- que Dusty Baker, un caballero de la estrategia que acumula 16 años de experiencia en las Mayores.
El equipo Cincinnati debe batear, y mucho.
Recuérdese que estamos hablando de la mejor ofensiva del viejo circuito (.272) en 2010, la cuarta más productiva entre los 30 clubes que hicieron vida en las Grandes Ligas.
No es para menos. El lineup luce blindado pues logra concatenar la habilidad de Brandon Phillips y Jonny Gomes con el poderío de los bates de Drew Stubbs, Scott Rolen y el flamante ganador del premio Jugador Más Valioso, Joey Votto.
Para colmo de males (claro está, en el caso de los oponentes) los Rojos cuentan con los receptores Ramón Hernández y Ryan Hanigan, quienes además de ejercer un buen papel a la hora de dirigir el pitcheo detrás del plato, pueden brindar una más que respetable producción con el madero. En 2010, ambos se juntaron para ligar .299 con 12 jonrones y 88 remolcadas en 595 turnos al bate.
Sólo la dupla de caretas de los Bravos de Atlanta, conformada por Brian McCann y David Ross, obtuvo mejores guarismos que la de Cincinnati, según divulgó un trabajo realizado por la agencia AP.
Pero no sólo de bateo se vive. La franquicia en donde David Concepción deslumbró como pelotero profesional en la década de los setenta -cuando se le conoció al equipo como la Maquinaria Roja por los buenos resultados cosechados- también cuenta para este 2011 con staff de pitcheo confiable y probado.
Con la partida de Aaron Harang a San Diego, los Rojos reorganizaron su rotación de abridores para que los tres primeros lugares estén ocupados por los conocidos Bronson Arroyo (quien ganó 17 partidos el año pasado), Edinson Volquez y Johnny Cueto.
Desde el bullpen también hay buenas noticias, pues esta será la segunda zafra del zurdo cubano Aroldis Chapman, escopetero por el cual los Rojos desembolsillaron más de 30 millones de dólares el año pasado para arrebatarselo a clubes de mayor poderío económico, como Yanquis de Nueva York, Medias Rojas de Boston y Dodgers de Los Ángeles.
Las rectas de más de 100 millas por hora de Chapman generaron sensación el año pasado, pero tiene pendiente mejorar el control de sus envíos y ampliar su repertorio.
Los triunfos de los Rojos prometen estar bien resguardados en la etapa final de los cotejos con el brazo del estelar taponero Francisco Cordero.
Tras nueve temporadas consecutivas con foja negativa, el elenco de Ohio consiguió en el torneo anterior volver a los playoffs. Ahora, con la misma base de peloteros jóvenes y talentosos pretenden regresar pronto a una Serie Mundial, etapa a la que no acceden desde 1990, cuando despacharon en cuatro juegos a los Atléticos de Oakland de Rickey Henderson, José Canseco, Mark McGwire, Terry Steinbach, Mike Gallego, Dave Stewart, Dennis Eckersley y compañía.
Nadie mejor para dirigir a estos Rojos- que esperan grandes cosechas de su grupo de jóvenes jugadores- que Dusty Baker, un caballero de la estrategia que acumula 16 años de experiencia en las Mayores.
El equipo Cincinnati debe batear, y mucho.
Recuérdese que estamos hablando de la mejor ofensiva del viejo circuito (.272) en 2010, la cuarta más productiva entre los 30 clubes que hicieron vida en las Grandes Ligas.
No es para menos. El lineup luce blindado pues logra concatenar la habilidad de Brandon Phillips y Jonny Gomes con el poderío de los bates de Drew Stubbs, Scott Rolen y el flamante ganador del premio Jugador Más Valioso, Joey Votto.
Para colmo de males (claro está, en el caso de los oponentes) los Rojos cuentan con los receptores Ramón Hernández y Ryan Hanigan, quienes además de ejercer un buen papel a la hora de dirigir el pitcheo detrás del plato, pueden brindar una más que respetable producción con el madero. En 2010, ambos se juntaron para ligar .299 con 12 jonrones y 88 remolcadas en 595 turnos al bate.
Sólo la dupla de caretas de los Bravos de Atlanta, conformada por Brian McCann y David Ross, obtuvo mejores guarismos que la de Cincinnati, según divulgó un trabajo realizado por la agencia AP.
Pero no sólo de bateo se vive. La franquicia en donde David Concepción deslumbró como pelotero profesional en la década de los setenta -cuando se le conoció al equipo como la Maquinaria Roja por los buenos resultados cosechados- también cuenta para este 2011 con staff de pitcheo confiable y probado.
Con la partida de Aaron Harang a San Diego, los Rojos reorganizaron su rotación de abridores para que los tres primeros lugares estén ocupados por los conocidos Bronson Arroyo (quien ganó 17 partidos el año pasado), Edinson Volquez y Johnny Cueto.
Desde el bullpen también hay buenas noticias, pues esta será la segunda zafra del zurdo cubano Aroldis Chapman, escopetero por el cual los Rojos desembolsillaron más de 30 millones de dólares el año pasado para arrebatarselo a clubes de mayor poderío económico, como Yanquis de Nueva York, Medias Rojas de Boston y Dodgers de Los Ángeles.
Las rectas de más de 100 millas por hora de Chapman generaron sensación el año pasado, pero tiene pendiente mejorar el control de sus envíos y ampliar su repertorio.
Los triunfos de los Rojos prometen estar bien resguardados en la etapa final de los cotejos con el brazo del estelar taponero Francisco Cordero.
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