Por Andrés Pascual
La palabra moderna para definir el estado de ánimo de los “monstruos de caricatura del beisbol actual” es frustración: “está frustrado…”, que se parece mucho a incapaz de hacer por sí mismo, de reconocerse en los errores y tratar de enmendar lo que hace mal.
Si algo hace diferente al beisbol profesional del amateur es el cheque, un amateur (no el profesional de estado castrista), puede fallar como quiera, enmendar si cree (¡jamás en la Cuba republicana, que jugaban con clase, pasión y verguenza! ¡Aquello era FILETE!), frustarse o reír si lo ponchan de forma ridícula; pero el que cobra no, sería un sacrilegio, aunque en esta era se ha visto de todo: el Boston perdiendo y sus peloteros en medio de un escándalo por comelatas y borracheras y algunos jugadores de los Mets echando “una mano” a las cartas, mientras el club discutía la clasificación en el último juego…
Una vez los “sabiométricos” y “ciertos” trainers (en ningún club existen por su capacidad, sino por amistad con el manager o porque la gerencia los quiere “ayudar” en algo: a Bonds, colmo de la insensatez, le dicen Maestro hasta jugadores, tratan de crearle un ambiente de bueno con la prensa y con el público, que borre su conducta anterior y barra hacia debajo de la alfombra el uso de sustancias, a ver qué pasa con el tiempo; lo hacen con Ortiz y lo han tratado con Manny Ramírez, mutuo acuerdo del complejo DUEÑOS-SINDICATO-COMISIONADO, proa a Cooperstown. Al ahijado de “Say-Hey” lo empuja en casi todo su conversión a judío, es decir, a intocable) bueno, decía que una vez los “sabichosos” le cayeron arriba al cubano Yoenis Céspedes, porque “hacía muy largo el swing”, responsabilizaron al problema con el mal promedio de embasamiento y lograron que ni se embasara ni diera jonrones cuando se lo recortaron.
Bajo su responsabilidad, el artillero regresó al swing largo, le mete un jonrón a cualquiera y se embasa, parece que nunca tuvieron en cuenta que Céspedes se demoró un poco más en adaptarse a los pitcheos de una liga y de otra, después de un primer año prometedor, incluso por su procedencia de un beisbol donde el departamento de la serpentina es peor que el de una liguita de barrio japonés brasileña.
Este año, el oriental juega en franca campaña MVP después que lo pelotearon 3 clubes, que se equivocaron de esquina a esquina, marca registrada de las Grandes Ligas modernísimas (1995-presente).
Durante los 70’s, series castristas, Julián Villar (implicado en el grupo que arregló juegos en 1978), se metió en slump de 47 veces al bate sin conectar hits, cuando rompió “el hechizo”, acabó a palos y terminó sobre .300, pero no fue como Capiró, al que llevó directamente a la mala racha el pitcheo muy flojo que le hizo Conrado Marrero, que le lanzó al equipo de Castro en el trainning para la Serie Mudial jugada en La Habana en 1973, y el artillero de Santiago de las Vegas no le daba a un melón o le daba mal, necesitó campaña y media para recuperarse totalmente.
Pero no debe confundirse slump con mala temporada, como hizo Jeff Erron, de ESPN, en un material al efecto, en que consideró slump o racha mala la de varios jugadores como Jeter, Schmidt, Banks, Boggs… por la anemia productiva durante todo un año, más la baja en todos los departamentos que ocasiona, esto no es un slump, es mala temporada, que no es lo mismo 56 veces al bate sin dar hit de ningún tipo, como Stanton hasta hace dos días, que .222 de promedio de Bryce Harper (foto).
Ha sido frecuente que a un bateador no le caigan los batazos en tierra de nadie, conexiones duras de aire o por el suelo, incluso profundas, que no significa que esté en mala forma por desajuste, sencillamente, batea de frente o le engarzan batazos con jugadas increíbles a veces.
Hace dos años lo comenté: la competencia de jonrones de un ALL STAR’s, pitcheo a medio brazo, resultó en que Yasiel Puig perdiera la coordinación al bate y bajara, durante la segunta mitad de la temporada del 2014, una barbaridad; aparentemente, aún no se encuentra cómodo en home contra ningún tipo de pitcheo, pero no está en slump.
Que no lo puso en práctica Mattingly por su cobardía personal y su escasa participación en departamentos que son de su total responsabilidad: si bien a un cuarto bate se le sienta un juego o ninguno, NO PUEDE permanecer como clutch-hitter en slump, hay que bajarlo al 8vo, donde no tenga la mínima presión con corredores embasados, y lo pudo hacer perfectamente, porque Ozuna ha estado caliente durante el período de mala racha de Stanton, del que puede decirse que salió hace dos juegos. Vamos a ver si el dominicano se mantiene o regresa a su condición de algo menos que mediocre como artillero de clase ligagrande
Otra forma de tratar de romper la racha adversa es recortando el swing, incluso tocando bolas para que le cambien el pitcheo, nada de esto lo trataron con el hombre, parece que a la dirección del club en el terreno no le cae bien el contrato del californiano y la norma, “vox populi”, ha sido: “déjalo que se reviente…”, en un equipo como el de casa cualquier pelota juega, hasta la de trapo.
A fin de cuentas, Giancarlo Stanton ha estado hasta el cuello en una racha mala de discreta importancia (el club ha ganado sin su contribución) y no se le afectó el fildeo, sin embargo, lo que ha hecho relevante el problema no es el jugador ni el slump como tales, sino ese contrato monstruoso, que no admite que se vaya en blanco en dos juegos seguidos.
Para responder a ese guarismo financiero, se debe tener la responsabilidad de Jeter y Ruth combinada con la personalidad de ambas leyendas…
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