Por Andrés Pascual
“Cabeza fría hace elogios…”, después de la victoria de los Cubs de Chicago han aparecido loas tardías de los mismos que no se comprometen nunca, porque no conocen ni historia “ni inside”, tengo una relación de “cronistas” que identificaron el score 1-3 favorable a Cleveland con “la maldición”, son tantos que puedo hacer un tomo de páginas amarillas, las peores de hispanos, sobre todo de kubanoides.
Es que el paisano de Raúl Castro es un caso atípico en la crónica beisbolera regional, ave rara que desconoce, pero tira aunque nunca acierte.
¿Por qué ganaron los herederos de la “maquinaria de la doble-matanza de Tinker a Evers a Chance”?, en primer lugar porque contrataron a Theo Epstein, en segundo porque Epstein le pirateó a Maddon al Tampa y en 3ero porque este manager sugirió, fue aceptado y aprobado por el GM, que trajera a Chapman “al costo que fuera” y costó 4 jugadores de ligas menores.
Sin embargo, la crónica que tiene una maldición peor que la del Chivo o que la de Ruth, detrás de los errores de dirección, por supuesto, tan malos y graves que “ni Serbio Borges…”, como que es una batería sin balas, de bizca a ciega, para nada cuenta que el club ganó más de 100 y que ganaron la Serie Mundial, por eso los panfleteros son los sabios interesantes, tanto que ¡si de verdad les diera por saber…!
La brillantez del juego, el teamwork de los Cubs fue posible gracias a Joe Maddon, que hizo jugar a la novena cohesionada, a matarse, pero, sobre todo, los hizo salir al terreno sin presión, les hizo entender que el juego es diversión aunque se ganen millones…Maddon es un motivador de carácter especial.
Cuando el outfielder cubano Jorge Soler dio un fly al rightfield que picó, se extendió y ni por eso el antillano apretó el paso, oponiendo al juego profesional el desprestigiado de arreglos en la caricatura de la tiranía; cuando confundió INDUSTRIALES CON Cubs de Chicago, quizás por el color del uiniforme, actitud que trajo al presente una fotografía de Gaby Harnett conversando en ese mismo estadio con Al Capone; cuando Soler decidió correr, estaba a medio camino entre segunda y primera, a pesar de todo, logró llegar a la antesala, robándole al club un jonrón dentro del terreno que hubiera empatado el juego.
Entonces Maddon, que lo aprecia, que cree en él, que ve posible su desarrollo “a pesar de los ponches”, lo envió al banco por un corredor sustituto por el resto de la Serie (castigo ejemplarizante), desde el momento en que ancló en la 3era. Y nadie habla de estos detalles.
La labor de Theo Epstein fue decisiva, la gestión de traer a Maddon un puntillazo, pero existen cosas en el beisbol curiosas, raras, como fuera del alcance humano por sensibles, porque un club que jugó como jugó, para el que rindieron un mundo dos sobrevivientes de cáncer, Rizzo y Lester (foto de ambos con Dexter Fowler), sencillamente no podía perder, Tengo la impresión de que este acontecimiento es el primero en los anales de las Grandes Ligas…
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