Por Andrés Pascual
Posiblemente Hugo Chávez utilice una coartada especial para descabezar la Liga Venezolana de Beisbol Invernal en relación con la intervención (robo a caja destemplada) de la propiedad privada, que se fundamentaría en “no patrocinadores, no beisbol profesional”; las recientes suspensiones de RCTV y varias estaciones televisivas, además de otras tantas de radio, se ejecutaron según decreto, pero amparado en el incumplimiento de compromisos impositivos con mayor dosis ideológica que otra cosa.
Ya nadie duda del rumbo de Chávez: “proa al futuro a través de las plácidas aguas del mar de felicidad por las que navega el casco cubano, a punto de encallar contra el iceberg de su propia insuficiencia” Por lo pronto, a pesar de su petróleo, ya los venezolanos deben estar comprando sus lamparitas de kerosene o quinqués, como le decimos en Cuba…
Hay una similitud extraordinaria entre los casos de Cuba y Venezuela: Castro liquidó la pelota profesional en el momento de mayor esplendor y más productivo como primer deporte y pasatiempo nacional; Chávez va a hacer lo mismo con el venezolano, también en su mejor momento y, el espacio que le está abriendo al balompié. tiene como objetivo, igual que en la Isla Esclava, suplantar el fanatismo nacional de un deporte por otro hasta constituirlo en deporte preferencial.
¿Podría ocurrir eso en Venezuela? Por qué no, ocurrió en Cuba y, hasta ahora, el desgobierno venezolano es una copia al papel carbón del castrocomunismo con su partido socialista, la aceptación del marxismo como ideología personal y de obligada imposición masiva del casi dictador y toda esa berraquería estúpida y peligrosa del “movimiento bolivariano”. Eso no lo puede dudar nadie. Lo que interesa saber es cuándo estará “a punto de caramelo” el plumazo que haga públicas y oficiales la guillotina contra el profesionalismo, sobre todo en beisbol y boxeo y, después, culpar al Imperialismo y a los oligarcas “pityyanquis” de la desaparición arbitraria por imposición del deporte rentado que, apuesto lo que sea, se va a justificar con la frase más estúpida y meridianamente mentirosa e hipócrita jamas dicha al efecto, slogan perdedor de Castro en 1962: “Otro triunfo de la pelota libre sobre la pelota esclava”
Entonces deberán decidir aquellos liga grande de la tierra del Patón Carrasquel entre quedarse en su patria expropiada como entrenadores inoperantes, dirigidos por cubanos “calificados para tratar ideológicamente con un alumnado necesitado de adoctrinamiento; pero alertas para cruzar la frontera a la primera oportunidad”, o continuar jugando en Estados Unidos por algunos millones y en calidad total de “enemigos de su patria” por tan agresivo gesto…
En ese momento, Chávez tendrá jugadores insignias casi retirados y novatos desconocidos que “darán el paso al frente”; incluso una parte mínima e incompetente de la crónica del sector quedará allí, como dueños absolutos de la difusión en prensa plana y radio-televisiva del nuevo deporte “sin máculas” y un público, “ militante y entusiasta”, llenará a reventar el día inaugural de la Serie Venezolana Amateur I, preparada para defender su status de “mejor pelota del mundo después de la castrista”.
El beisbol es un deporte que hace el éxito deportivo, artístico y económico del jugador hispano en Norteamérica y no es del agrado de los comunistas relacionar el éxito de “su gente”, célula originaria de “la masa proletaria y militante” que se persigue, con el mercado “brutal y explotador” del imperialismo yanqui.
Es necesario que el jugador de pelota venezolano entienda en qué lugar se encuentra la perspectiva a corto plazo de su futuro; que entiendan que esto no es un juego, que cuando más de 30 cubanos ayudaron con su esfuerzo a hacer más fuerte la liga venezolana durante los 60’s y los 70’s, no estaban actuando en La Habana con los equipos tradicionales criollos, sencillamente, porque una fuerza mayor y ajena a los intereses del país, les arrancó su beisbol y su patria.
¿Que no puede pasar allí? ¿Qué no ocurre diariamente en Venezuela que no se haya hecho por Castro antes? Quiero una sola razón que me convenza…Solo una.
Pie de grabado: A la pelota profesional venezolana le queda menos que al célebre merengue a la puerta de un colegio
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