El nuevo jugador de los Medias Blancas tiene unas condiciones físicas envidiables, pese a estar próximo a cumplir 43 años, y buscará su primer anillo de Serie Mundial.
Glendale (Arizona).- Omar Vizquel tiene la experiencia de un jugador de 42 años, pero sus condiciones físicas desafían al tiempo, e incluso, a la gravedad.
El nuevo utility de los Medias Blancas de Chicago dio una muestra de ello en Camelback Ranch, sede primaveral de los patiblancos. Antes de la práctica de bateo, el veterano tomó un impulso y dio un salto felino sobre una cerca de ciclón, de metro y medio de altura, para ingresar al terreno. Todos quedaron sorprendidos.
“Uno siempre tiene que estar haciendo esa clase de ejercicios para tú mismo estar ágil”, explicó. “Ese brinco fue parte de un doble play”.
Y aunque reconoce que está entrando en su etapa de decadencia, el caraqueño se esfuerza diariamente en extender una carrera que muy posiblemente termine en el Salón de la Fama.
“La preparación creo que ha sido la misma”, indicó. “En estas dos primeras semanas de Spring Training me he estado preparando, como siempre se ha hecho, esperando que el cuerpo resista una temporada más, ya que me estoy poniendo un poquito más viejo de edad y ahorita hay que trabajar más fuerte para estar en condiciones”.
Vizquel cumplirá 43 años el próximo 24 de abril, por lo que en las últimas cinco zafras ha cambiado su rutina de preparación, especialmente en las últimas dos, en las que empezó a realizar ejercicios pliométricos.
“Usas mucho los saltos hacia arriba, saltos a los lados, que te ayudan en tu agilidad física, y como campocorto, como infield alrededor de la segunda, es muy importante hacerlo”, aseveró. “Antes uno se esmeraba más como por sacar músculo. Uno no conocía los ejercicios que podían ayudarte, uno simplemente levantaba pesas por levantar”.
“Uno no tiene la conciencia de lo que significa el hecho de girar el tronco de un lado hacia otro, de estrechar los músculos más pequeños de tu cuerpo, que a lo mejor no signifiquen mucho para muchas personas, pero que a la hora de correr, a la hora de brincar, esos pequeños musculitos son los que te van a ayudar a reaccionar”, agregó.
Y por esas condiciones y su experiencia es que su piloto, Oswaldo Guillén, nunca dudó en adquirirlo para el club de Chicago, donde tendrá la oportunidad de coronar una carrera, que se extenderá a su 22ª temporada, con el anillo de Serie Mundial que le fue esquivo en sus mejores años con Indios de Cleveland.
“Tenemos mucho chance de hacerlo”, dijo sobre las posibilidades de ganar el anillo del Clásico de Otoño de los patiblancos. “Creo que el equipo ha hecho las adquisiciones necesarias para estar en la pelea. Tenemos muy buen staff de pitcheo, el bullpen está muy bien y si podemos anotar cuatro o cinco carreritas por juego, creo que eso va a ser suficiente para ganar juegos”.
El capitalino sabe que esa tarea no será nada fácil y que primero deben capturar el banderín de la División Central de la Liga Americana para después pensar en el Clásico de Octubre.
“Estamos en una división que es difícil, pero el equipo de los Tigres de Detroit creo que es el único que se aproxima. Minnesota, ahora con pérdida de su cerrador (Joe) Nathan, no sé si va a estar en los papeles, pero el equipo de los Medias Blancas está muy bueno y creo tenemos chance de ir para allá”.
“Es una meta de cada pelotero estar en una Serie Mundial, lástima que no pudimos ganar una de las dos (que tuvo en Cleveland)”, continuó. “Pero el hecho de estar allí, de saber que tú puedes controlar ese nerviosismo a la hora que te den un rolling con las bases llenas, con dos outs, que sientes que dominas el juego de esa manera, es cuando en realidad dices, ‘estoy en el tope de mi carrera’”.
Aunque su rol ya no es el del estelar campocorto que 11 veces ganó el Guante de Oro, Vizquel no desmayará en su intento de sumar más logros a su extraordinaria carrera, a la que aún no le ve un punto final.
“Hay que pararse en las mañanas y ver si uno en realidad tiene el deseo de ir a un terreno de juego y estar tres horas parado, después entrar a un juego y estar tres horas más”, subrayó. “Por los momentos no me ha pegado ese tiempo en el terreno de juego, los viajes, la manera de uno estar practicando, los dolores en la espalda, una serie de cosas. Me he sentido bien físicamente y eso es muy importante cuando uno entra en esta edad”.
El peso del “11”
“Para mí es un honor bastante placentero llevar el número de (Luis) Aparicio”, resaltó sobre la camiseta que lleva a partir de este año. “Para mí es una responsabilidad bastante grande. Es pesado, porque siento que tengo que llevarlo muy en alto. Siento que es un ejemplo para muchas personas y que tengo que ser responsable por eso”.
Publicado en el Diario Panorama el lunes 22 de marzo de 2010
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