BEISBOL 007: Reyes

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martes, 12 de julio de 2011

José Reyes quiere sanarse, y luego hablar de un contrato

En medio de lo que se perfila como su mejor temporada en Grandes Ligas, a José Reyes sólo le toca esperar.
A corto plazo, el dominicano tiene que esperar para volver a la acción, ya que no juega desde el 2 de julio debido a una lesión en la corva izquierda.
Y claro, todo luce indicar que el futuro a largo plazo del torpedero de los Mets tendrá que esperar hasta el invierno, cuando el pelotero de 27 años podrá convertirse en agente libre por primera vez en su carrera.
Por el momento, la meta es reintegrarse a los Mets lo antes posible.
"Ahora mismo en lo que estoy enfocado es arreglarme las piernas y volver al terreno", dijo. "Ayer (domingo) corrí un poco, me sentí bien. Eso significa que vamos a ver cuando llegue a Nueva York cuándo vamos a empezar a correr otra vez."
Antes de lastimarse, Reyes estaba en medio de una campaña para el recuerdo. Aún encabeza las Grandes Ligas con promedio de .354 (empatado con el mexicano Adrián González) y 15 triples, y está segundo con 30 bases robadas. Además, lleva un OPS (porcentaje de embasarse más slugging) de .927, impresionante para un torpedero. En la Liga Nacional sólo cinco bateadores le llevan la ventaja en dicho departamento, y todos son jardineros o inicialistas.
El tema del próximo pacto de Reyes ha sido especulado hasta no poderse saciar. Con la combinación de talento, juventud, rendimiento y un mercado que podría beneficiarlo, el dominicano parece tenerlo todo para un mega-contrato. Pero el paracorto le puso un alto a cualquier negociación con los Mets durante la temporada, y hace unos días el gerente general del equipo, Sandy Alderson, afirmó que el equipo no lo cambiará este año.
¿Qué pensar ahora?
"Es muy temprano para hablar de ese tema", dijo Reyes. "Faltan dos meses y medio de pelota, tres meses. Eso es algo que uno va a determinar después de la temporada."
Si el problema en la corva-una lesión que a veces requiere de una recuperación lenta, sobre todo para alguien que depende tanto de las piernas-no se sana pronto, Reyes podría verse perjudicado en el mercado de los agentes libres, con números reducidos por el tiempo perdido.
"Eso no me preocupa", dijo. "Esas son lesiones que pasan. Se me jaló un hamstring (corva), eso es algo que no se puede controlar. Ahora mismo no estoy enfocado en lo que toda la gente va a pensar. Lo que quiero es volver al terreno de juego saludable y terminar la segunda mitad fuerte."
A pesar de que Alderson ha dicho que no canjeará a Reyes antes del 31 de julio, en el béisbol puede pasar cualquier cosa, y el quisqueyano está consciente de eso.
"En este negocio tú no te puedes sorprender de nada", expresó. "Todavía no me han cambiado. Yo sigo siendo de los Mets de Nueva York y quisiera seguir como parte de ellos durante toda mi carrera."



martes, 5 de julio de 2011

DISCIPLINA Y HOMBRES FUERTES EN EL BEISBOL


Por Andrés Pascual

       Al margen de que, para poder salir de una racha de juegos perdidos nunca se ha botado ni a uno ni a dos ni a veintidós jugadores, sino al manager, hay que analizar que, a veces, la blandenguería, el paisanismo o cualquier otro tipo de “ismo” tolerante, puede ser la causa del derrumbe de un club.
       Por ejemplo, sin esconderse, a puertas y ventanas abiertas, tal vez porque creyó lo que escribían sobre él algunos cronistas hispanos borrachos del peligroso protagonismo regionalista, Omar Minaya se constituyó en la más formidable 5ta columna de los Mets de Nueva York; su aparente única preocupación fue competir con aquel Pittsburg de principios de los 70’s que salieron al terreno, un solo día, con una alineación de jugadores negros.
      El horizonte del dominicano era más amplio: no un line-up, sino un club “latino” completo. Para tan “progresista” idea, daba lo mismo un jugador hispano, preferentemente boricua o dominicano cojo, que un manco, que otro anciano, que alguien a quien le quedaran 2 días de aceptable rendimiento y sobre todo, acostumbrar “al nuestro”, “al hermano latino”, porque, a fin de cuentas “somos uno”, a la vagancia, a la apatía, al desgano y a la más inaceptable falta de respeto posible al público…si el americano se molestaba, bueno, era su problema y David Wright cayó afectado por la irresponsabilidad y la inefectividad asfixió su desempeño considerablemente.
      Entonces botaron a Minaya y contrataron a Alderson, que tuvo que enfrentar una casi conspiración de algunos como Reyes y Beltrán, que no se resignaban a perder el beneficio de hacer lo que les diera la gana y aguantaron el juego y tuvo que intervenir el dueño y hablar duro, con amenazas… que todo esto fue verdad lo refleja el cambio de actitud en esos dos jugadores y en otros.
       En los Marlins ocurrió igual con Hanley Ramírez y Edwin Rodríguez: el shortstop tenía vía libre para jugar como quisiera y, como lo que le interesaba era el salario, con un manager consentidor, pues, a vivir la vida tipo resort, sin muchas complicaciones ni responsabilidades… ¿El promedio? Si tiene permiso, especie de patente de corso en la relación entre “buenos socios” manager-jugador, ¿A quién le importa? ¿Que el equipo no gana? no te preocupes, que la epidemia del bajo rendimiento se expandirá a otros jugadores que se van a afectar por lo que se le permite a alguien y la culpa será colectiva y de todos los departamentos.
      La llegada de Jack McKeon y el jarabito de “o te compones o vamos a ver” que le dio a Hanley Ramírez y la recuperación paulatina de su juego, que se supone que sea el de una estrella, que justifique su salario, no dejan margen a dudas.
      Ahora, todo es posible por el “desarrollo y las concesiones del entorno laboral de hoy”: la agencia libre, el Sindicato, el contrato a largo plazo, la obligada colocación de gente poco eficiente y de carácter ajustado a patrones inaceptables para el cargo por lo del “cupo de las minorías” y, sobre todo, porque las oficinas de las Mayores no aguantan más desmoralización. Así de sencillo.


Reyes y Beltrán, “más tranquilos que estate quieto”

jueves, 26 de mayo de 2011

DONDE HAY MAJA, HAY CRITICA


Por Andrés Pascual

       ¿Qué pasa si usted es un vendedor de Wal-Mart y no cumple con los planes de ventas? y, ¿Si es maestro y el alumnado no aprende? A ver, ¿Qué sucede con un médico que se le mueran dos pacientes y 5,000 quejas y 6 demandas descansen sobre los buróes de las comisiones encargadas de velar por el buen trabajo en el sector de la salud? Si un boxeador pierde más de 3 seguidas no puede boxear en televisión (aunque estos tiempos son de ampanga y cualquiera llega adonde sea sin clase profesional) y pasará a convertirse en un topetón de mala muerte…Son detalles de la vida misma, rutina diaria vivida por cualquier mortal; pero el fin del cuento es: LOS BOTAN, así de sencillo.
         Entre “logros laborales”, debilidades del mercado y leyes especiales para proteger a los peloteros, se hunde el beisbol de hoy, ¿La culpa? De todos los involucrados en el negocio, de la propia sociedad que se suicida y el pasatiempo es parte de esa inmolación: el juego de pelota en este país tiene más contemplaciones con sus obreros que un abuelo con un nieto, porque se le permite todo y hasta los mecanismos de “independencia” justifican legalmente el relajo que existe.
         Cuando uno dice que los jugadores de hoy no son como los de antes, no es porque no puedan emularlos en circunstancias decentes; sino porque, los que hacen diferente al juego y a los jugadores son los dueños de esta era peligrosa y decadente, capaces de ofender a atletas que se lo tienen merecido por irresponsables, pero solo eso, porque no pueden hacer algo más que resuelva el problema de la pobre contribución al club y que respalde su enorme salario, por la existencia del sindicato poderoso, especie de mafia laboral que protege a “pobres y explotados jornaleros” que, el que debuta, se lleva medio millón como salario inicial, una Asociación Laboral más poderosa que Teamster.
         Lo de los Mets de Nueva York es la marca registrada del asunto: Fred Wilpon, el propietario, dijo barbaridades en contra de dos de los peloteros que alguna vez el ineficiente Omar Minaya, artífice del desastre del club de la Gran Manzana, llamó “sus símbolos”: Carlos Beltrán y José Reyes.
        Entre lesiones y baja producción, el boricua y el dominicano tienen un evidente buen % de responsabilidad en el ridículo del club durante el tiempo que estuvo el ex General Manager quisqueyano en funciones, por sus contemplaciones, por sus concesiones y por sus “paños calientes” con todo el hispano a su alcance, siempre que no fuera cubano (remember Liván y el Duque); pero, además de gritar, de acusar a diestra y siniestra, ¿Qué más puede hacer el propietario para arreglar un potaje que ellos, por su apatía ante el compromiso con el respetable y por su ambición desmedida capaz de permitirlo todo, han ayudado a corromper? Esos peloteros, como decimos en Cuba, han tirado “un majá” autorizado por la oficina del administrador y quedan secuelas, para evitar que no se produjera desde que Minaya lo inició, ¿Dónde estaba el propietario del club? ¿A qué vienen ese berrinche ahora?





Pie de grabado: Wilpon tiene que callarse primero y ejecutar después…si puede

domingo, 20 de marzo de 2011

El 2011 es un año de prueba para el dominicano José Reyes


KISSIMMEE, Florida -- Si José Reyes es José Reyes, pues los Mets de Nueva York estarán bien.
Es una frase trillada, pero con sentido común al considerar que el infortunio reciente de los Mets ha ido correlacionado con los problemas físicos de su veloz torpedero dominicano. En su mejor versión, entre 2006-08, Nueva York fue el equipo con más victorias de la Liga Nacional con 274.
La coyuntura del vínculo se expondrá como nunca en 2011, ya que Reyes puede declararse agente libre al final de la Serie Mundial.
¿Tiene sus días contados en Citi Field? ¿No más clases de español en la pantalla gigante como el Profesor Reyes? Tal es la intuición que rodea al equipo. Un mal arranque y todo hace presumir que sería transferido antes de la fecha límite para hacer cambios.
Formado dentro de los Mets, Reyes y el tercera base David Wright han sido los rostros visibles y populares de la franquicia, los compañeros que posaron juntos en la revista GQ.
Ni el mismo Wright se imagina un futuro sin Reyes a su izquierda en el cuadro interior.
"Cualquier equipo quiere tener a un José Reyes ... José es la clase de jugador que contagia a todos, hace que todos los demás sean mejores", afirmó Wright.
Reyes se ha aprendido de memoria el libreto a seguir para alguien inmerso en la campaña previa a la agencia libre.
"Es una situación nueva para mí, es la primera vez que seré agente libre en mi carrera, pero es algo que yo no lo tengo en mi mente", afirmó Reyes en una entrevista con The Associated Press. "Tengo un año más con los Mets y me tengo que enfocar en jugar todos los días, mantenerme saludable y que pase lo que tenga que pasar después de la temporada".
Y es lo correcto. Está en sus manos el demostrarle a los ejecutivos de los Mets, con una campaña excepcional, que amerita una extensión.
También puede darse que se irá de todas formas, quizás porque el equipo está en un plan ahorrativo por la incertidumbre en sus finanzas tras la demanda que afrontan sus dueños al ser acusados de participación activa en el fraude de la pirámide Ponzi de Bernard Madoff.
Si confirma que puede jugar sin lesiones y aporta sus números habituales, Reyes puede ir al mercado y pedir bajo los parámetros del contrato de 142 millones de dólares y siete campañas que Carl Crawford firmó con los Medias Rojas de Boston durante el último receso.
Después de todo, Reyes tendrá 28 años al momento de la negociación, batea de ambos lados del plato y juega en el campocorto, una posición más exigente que el jardín izquierdo de Crawford.
Reyes va a estar en la lupa y el elemento de su juego que más será analizado corresponde a su promedio de embasado, vital para alguien que es primero en el orden al bate.
Se dice que los Mets quieren ver un repunte en ese aspecto para entonces considerar una extensión.
Dolencias musculares en las piernas y un problema de tiroides hiperactiva mermaron su desempeño en los últimos dos años.
Tal declive se atribuye en gran medida a la falta de disciplina en el plato: su promedio de embasado fue de .321 en 2010, el más bajo desde 2005.
El cibersitio Fangraphs fue más allá y analizó que, entre 2007-2009, Reyes le hizo swing al 24,8% de pitcheos fuera de la zona de strike, apenas por debajo de la media en las mayores, que es de 25%. En 2010, sin embargo, la cifra subió a 32,1%, al tiempo que decayó la cantidad de bases por bolas.
El nuevo gerente Sandy Alderson tiene una reputación de darle mucha prioridad al embasado por encima del promedio ofensivo o los robos. Incluso en sus mejores años, las cifras de embasado de Reyes no fueron notables (.358 fue la mejor).
"Para nadie es un secreto que José es muy agresivo", comentó el coach de bateo de los Mets, Dave Hudgens. "Por un lado tiene el talento de que puede batearle a todo, pero al mismo tiempo le hace contacto a lanzamientos que debería dejar pasar".
Reyes perjura que su enfoque para 2011 va a cambiar radicalmente: "Siempre he tratado de mejorar eso, lo de coger más bases por bolas", dijo.
"Era algo que estaba haciéndolo bien hasta que me pasó la lesión", se lamenta.
Y en eso le asiste la razón, los problemas musculares de 2009 le limitaron a sólo 36 juegos y se perdió buena de la pretemporada del año pasado cuando le diagnosticaron el problema de tiroides.
"Yo entiendo que el año pasado no tuve un buen porcentaje de embasamiento, pero yo no jugué en los entrenamientos, fue un año un poquito difícil ... Estoy buscando trabajar más en eso. Yo sé que si me embaso más, vamos a tener más chances de anotar carreras".
"Estoy al ciento por ciento, la primera vez que me siento de esta forma en dos años, en los entrenamientos sin ningún tipo de problema. Estoy súper motivado con esta temporada, sé que es un año grande para mí, para el equipo también".
Aquí es donde Reyes resalta el factor de su salud, la primera vez en dos años "sin ningún tipo de problema".
"Yo lo que tengo que hacer es demostrar a la gente que yo puedo mantenerme saludable en el terreno".