BEISBOL 007: Atlanta

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lunes, 18 de julio de 2011

Martín Prado satisfecho con su progreso en el plato

ATLANTA - Los números pudieran no reflejarlo, pero el jardinero venezolano de los Bravos, Martín Prado, le sacó más provecho a su actuación en blanco el sábado que a la noche de dos imparables que tuvo el juego previo.
Si bien conectó un sencillo y se voló la barda en su primer partido después de abandonar la lista de lesionados el viernes, Prado dijo que haber enfrentado a pitchers con rectas potentes un día después le benefició más a su ritmo en la caja de bateo que haber enfrentado los lanzamientos del cubano Liván Hernández, cuyo fuerte no es la velocidad.
"Me va a tomar un par de juegos", dijo le venezolano. "En contra de Liván, tuve más oportunidades porque no lanza nada duro. Mi ritmo ahora mismo está descompuesto en la caja de bateo".
La velocidad del bate del infielder mermó después de un mes de estar en la lista de incapacitados recuperándose de una infección en su pantorrilla derecha. Pero el venezolano dice que ha mejorado progresivamente desde que comenzó su programa de rehabilitación con Triple-A Gwinnett el 6 de julio.
"Mi bate no es lo suficientemente rápido ahora mismo", confesó. "Estoy tratando de recuperar el ritmo en la caja de bateo, y la coordinación con el pie izquierdo. Veremos que sucede". Prado dijo el domingo que no está satisfecho con su nivel ofensivo actual, pero siente que ha mejorado en sus más recientes turnos al bate.
"Me conozco muy bien", expresó. "Sé cuando estoy listo y sé lo que puedo hacer. Ahora mismo no estoy en mi mejor nivel".

"Mi bate no es lo suficientemente rápido ahora mismo"

sábado, 16 de abril de 2011

Luis Salazar volvió a dirigir en Clase A

Lynchburg, Virginia, EE.UU (AP).- Tras perder un ojo por un pelotazo en un partido de pretemporada, el mánager venezolano Luis Salazar volvió el viernes a la cueva de su equipo de ligas menores, los Hillcats de Lynchburg, de la organización de los Bravos de Atlanta.

Salazar, de 54 años, sufrió el accidente el 9 de marzo en un partido de primavera de Grandes Ligas entre los Bravos y los Cardenales de San Luis. Un batazo del catcher Brian McCann lo noqueó y, además del daño en el rostro, se fracturó un hueso del antebrazo al caer al suelo de la banca.

El venezolano dice que no recuerda nada más que ver la pelota que venía hacia él.

Salazar volvía a su puesto a tiempo para el partido inaugural de los Hillcats, filial de Clase A de los Bravos en la Liga de Carolina. Su esposa estuvo en las gradas y Salazar atestiguó una recepción emotiva de los simpatizantes.

``Lo que pasó fue un accidente y, al mismo tiempo, le agradezco a Dios estar vivo’’, dijo Salazar. ``Estoy muy agradecido por estar vivo y ésa es la manera en que lo veo, en una manera muy positiva’’.

También es positiva la manera en que ha tratado a McCann, que le pidió disculpas muchas veces.

martes, 5 de abril de 2011

Martín Prado pegó jonrón decisivo en triunfo de Atlanta


El jardinero izquierdo venezolano Martin Prado y el segunda base Dan Uggla pegaron sendos jonrones solitarios contra el relevista japonés Takashi Saito en la parte baja de la octava entrada para guiar a los Bravos de Atlanta al triunfo de 2-1 ante los Cerveceros de Milwaukee.
El partido había sido un gran duelo en el montículo entre los abridores Brandon Beachy, por los Bravos, y Chris Narveson, de los Cerveceros, que lanzó seis entradas sin permitir anotación.
Beachy también hizo una gran labor al ceder sólo cuatro imparables, incluido un jonrón solitario del segunda base Rickie Weeks, con una base por bolas y siete ponches en los seis episodios que se mantuvo en el montículo.
Luego iba a llegar el bateo oportuno de Prado (1), que se fue de 4-2 con anotación e impulsada para ser el líder junto a Uggla (2) los que decidieron el triunfo de los Bravos, que también tuvieron el apoyo del "bullpen" ganador.
El manejador cubano de los Bravos, Fredi González, utilizó a cuatro relevista para asegurar la victoria, incluido el australiano Peter Nolan (1-0), que iba a quedarse con el triunfo después de sacar tres "outs", los dos últimos del séptimo y el primero del octavo con un hit, sin carreras, y un ponche.
El cerrador Craig Kimbrel se quedó con su segundo rescate de la temporada al retirar por la vía del ponche a los tres últimos bateadores de los Cerveceros que enfrentó.
La derrota se la quedó Saito (0-1), que en una entrada cedió tres imparables, dos fueron jonrones solitarios, no dio base por bolas y abanicó a un rival.
La derrota dejó a los Cerveros frustrados en su primer partido de la temporada ante sus seguidores, a pesar de ver como Weeks mostró el gran momento de forma que llega con su bate al pegar el tercer jonrón desde que comenzaron las acciones en las Grandes Ligas la pasada semana.
Sin embargo, los Cerveceros tienen marca de 0-4 después de haber sido barridos por 3-0 en la serie inicial que disputaron ante los Rojos de Cincinnati.
Mientras que los Bravos, que juegan su segunda serie consecutiva fuera de su campo, tienen marca ganadora de 3-1 después de conseguir 2-1 en la de apertura de temporada que disputaron contra los Nacionales de Washington

martes, 8 de febrero de 2011

RETIRARON EL NUMERO DEL ULTIMO PROFESOR


La semana pasada se produjo la ceremonia de retiro del # 31 de los Bravos en una solemne ceremonia en el Omni CNN Center de Atlanta, lo de “solemne” , porque, cuando se trata de los virtuosos de cualquier deporte, de esos que demostraron con su faena y su conducta que la superestelaridad sí existe, por decadentes que sean los tiempos, el hálito de respeto, místico casi, cubre la fiesta, con esa rara combinación de la alegría con la tristeza porque, sin dudas, no se volvera a ver en acción a un inmortal de factura clásica y genuina.
       Gregg Madduxx lucía gafas fuera del terreno, se vestía con respeto y elegancia, como hace un catedrático de cualquier universidad, hablaba como los profesores y era un verdadero maestro desde el box en Grandes Ligas…Nadie podría pedir más gloria que la que acumuló este hombre; ni más inteligencia; ni más astucia. No solo es el último de los grandes; sino el mejor en los últimos 20 años, que llegó al béisbol de hoy como un regalo de la Providencia, para recordarle a todo el mundo que, en medio de la apatía, el desgano, la vagancia, la poca clase profesional y moral de que hacen galas los peloteros de hoy, siempre habrá un titán para recordarle al decepcionado que, aún, puede encender el televisor y disfrutar de una faena memorable en el deporte de las bolas y los strikes. Ya no estará más el tremendísimo pitcher en el béisbol activo y, lo peor, independientemente de que todavía hay buenos pitchers, como ese, lamentablemente, ninguno.
       Cada actuación de Gregg Madduxx era una clase maestra, un banquete para el fanático conocedor que, por lo mismo, aprecia como ningún otro departamento del juego el de la serpentina, si cabe, lo más próximo a “científico” que hay en el pasatiempo.
       El sello del pitcher, al que acaban de retirarle el número de su jersey los Bravos de Atlanta, era el de un lanzador de indudable factura de la “vieja escuela”, con el concepto de que el control es el arma fundamental de un pitcher y la localización de los envíos de Madduxx era impecable, pero control no es buscar y producir strikes por el centro; sino en el lugar en el cual el bate no alcance la esféride y, todavía, le quede la sospecha al umpire de que era tan buena como para colocarle una banderilla al bateador. En el caso dE Madduxx el centro era sorpresivo, para retratar sin esperarlo el artillero.
      Lanzador de recursos, que agarraba la pelota hasta con tres y cuatro dedos, si bien no poseÍa esa velocidad espantosa de que hacÍan gala Clemens y Randy Jonson, su recta, en el orden de las 89-93 millas, se movía “como rabo de lagartija”, tanto que, al tirarle, le conectaban mal; además, tiraba un buen slider, buena curva y un sinker efectivo. Pero eran su increíble control y su cambio de velocidad lo que contribuyeron, en mayor medida, a construir la leyenda.
      Competitivo de la gorra a los spikes, lo demostró en cada salida al montículo cerrandole espacio a a los bateadores contrarios continuamente y defendiendo su territorio con los dientes, de tal forma bueno fildeando que era, ni más ni menos, que un quinto jugador de cuadro que se hizo merecedor de 18 guantes de oro.
      En los discursos dedicados al gran pitcher, se habló de que pertenecía a una “escuela” de los Bravos de Atlanta en el departamento del pitcheo, al lado de Tom Glavine y John Smoltz; todavía yo no sé la razón por la que se empeñan en usar términos ni confiables ni ortodoxos con respecto al caso, sencillamente, ese club tuvo la suerte de contar con tres pitchers de factura inmortal a la vez, que les caracterizó la seriedad, la moral, la clase profesional y que hicieron, en la relación con su público, un contrato de inviolable importancia, condiciones todas olvidadas por el representante del pitcheo de una era que no puede competir con la clasificacion Triple A del ayer de gloria, maestría y vergüenza profesional salvo 4 ó 5 buenos pitchers que quedan; entonces, a la manera de los grandes del ayer, se dieron a la tarea de lucir su grandeza cada juego de cada temporada en que actuaron para el Atlanta, haciendo el 75 % de la brillante y grandiosa historia del club durante 13 campañas.
      En esto de hacer coincidir grandes pitchers en una etapa, los Bravos, con la rotación Madduxx-Glavine-Smoltz, repitieron los momentos de grandeza que gozaron los fanáticos que asistían al County Estadio durante los cincuentas, cuando estuvieron asentados en Milwakee y encabezaba el staff el increíble Warren Spahn, el tremendísimo zurdo que decía que nunca le importaba la zona de strikes del árbitro de turno detrás del home, porque se conformaba con doce pulgadas.
      A Spahn le acompañó en aquella rotación, inolvidable para los fanáticos que tuvieron la dicha de verlos, Lew Burdette, un pitcher derecho que descartaron los Yanquis de Nueva York  que les ganó tres veces en la Serie Mundial de 1957 a los Mulos de Mickey Mantle, Yogi Berra y Whitey Ford.
      Si algo distinguió a Greeg Madduxx como pitcher, fue que no se le podía adivinar, jamás los bateadores lo hicieron “avisados” contra este fenómeno y, uno de los pocos, acaso el único que le bateó como quiso, fue su equivalente de grandeza y clase en el departamento del bateo: Tony Gwynn.
       Madduxx debutó con los Cubs de Chicago el 3 de septiembre de 1986 y apareció en su último juego de Grandes Ligas el 27 de septiembre de 2008. Cuatro clubes le tuvieron como parte oficial de sus staffs: los Cachorros, los Bravos de Atlanta, los Dodgers de Los Angeles y los Padres de San Diego, pero fue en sus siete años en el Chicago y en sus 13 con Atlanta, que se insertó, por derecho propio, entre los mejores pitchers de la historia.
       Con los Bravos, desde 1993 hasta el 2003, gano 194 juegos y 3 premios Cy Young. En toda su carrera acumulo 355-227 con 3.16 de promedio de limpias por juego; apareció en 5008.1 innings y ponchó a 3371 bateadores con solo 999 basas por bolas y 35 blanqueadas; de 740 juegos que abrió, completó 109.
       La descripción mas justa de Gregg Madduxx la hizo en la ceremonia de retiro de su glorioso número 31 su “viejo manager de mil batallas” con los Bravos, Bobby Cox, cuando dijo: “…Si lo que me preguntan es quién es Gregg Madduxx, para mí, el más inteligente, el más astuto, el competidor por excelencia y, como Mickey Mantle, el compañero inigualable…”
       Definitivamente, el mejor pitcher de su era, al que ni los delincuentes del esteroide pudieron imponérsele…mucho mejor que cualquiera, como quiera que se llame.


Autor:    Andrés Pascual     /Cronista Cubano del diario de Las Americas de Miami


     Exclusivo para Beisbol 007




  

martes, 1 de febrero de 2011

Chipper Jones espera estar listo para el Día Inaugural


ATLANTA - El veterano Chipper Jones comenzó con tratamientos diarios de cortisona para aliviar su rodilla recientemente operada. Esta semana, el tercera base de los Bravos comenzará con ejercicios de agilidad.
Con los entrenamientos primaverales a la vuelta de la esquina, Jones siente que estará listo para el Día Inaugural. Pero todavía existen obstáculos e interrogantes en cuanto a su regreso.
"Me estoy preparando para comenzar mi regreso a la acción", dijo Jones el lunes en el Turner Field. "Ahí es cuando veré en dónde realmente me encuentro".
Jones, quien sufrió un desgarre de ligamento anterior en agosto, se reportará al Entrenamiento Primaveral junto con los pitchers y catchers el 14 de febrero. El veterano todavía no ha atrapado roletazos, pero ha estado bateando desde diciembre.
La tendinitis, problema que no se esperaba, ha limitado al bateador ambidiestro en la caja de bateo, mayormente desde el lado de los derechos. Pero espera que eso haya quedado en el pasado.
"Me he sentido bien desde que comencé los tratamientos y no he tenido limitaciones desde entonces", dijo Jones.
El frío invierno de Atlanta ha evitado que Jones se ejercite al aire libre, algo que pudiera resultar beneficioso.
"Para los que me conocen saben que trataré de hacer mucho muy rápido", manifestó Jones. "[El clima] de alguna manera me ha mantenido poco activo físicamente. Me he resignado a no hacer nada físicamente hasta que llegué a los entrenamientos primaverales.
"Mi rodilla todavía no está al 100 por ciento. Puedo correr, pero todavía se siente como si mi pierna izquierda pesara tres kilos más que la derecha. Eso es simplemente una sensación que derivada de la operación".
Jones, de 38 años, habló sobre un posible retiro del béisbol luego de batallar en el plato la temporada pasada, pero pareció recuperar su ritmo en la caja de bateo antes de lesionarse en Houston el 12 de agosto. El veterano prometió volver, diciendo, "No quiero que los fanáticos tengan una última imagen mía lesionado en el campo de juego".
Jones, quien promedia .300 de bateo en su carrera y ha conectado 436 jonrones, siente que su regreso va por buen camino.