¿A dónde fue el país de los shortstops?
El Emergente
No hay shortstops venezolanos entre los peloteros más votados para el Juego de Estrellas, ni en la Liga Nacional ni en la Liga Americana.
Columna publicada en El Nacional, el miércoles 27 de junio de 2018.
Ignacio Serrano
Eduardo Escobar Zimbio.com |
No es cosa pequeña. El país del Chico Carrasquel, primer latinoamericano en el Clásico de Julio; de Luis Aparicio, primer latino en ganar el Novato del Año; de David Concepción, primer pelotero de la región en obtener el Jugador Más Valioso del choque estelar; de Omar Vizquel, dueño de 11 guantes de oro, carece de un torpedero con suficiente peso como para disputar las preferencias del público hoy.
Varios de los principales exponentes criollos en la posición cumplen distintos roles. Asdrúbal Cabrera, por ejemplo, es camarero desde este año, y de hecho llegó a ser uno de los intermedistas más populares en el primer boletín, antes de resbalar hacia abajo. Alcides Escobar, más recientemente, ha dejado de ser usado por los Reales como su campocorto regular, convirtiéndolo aparentemente en utility, para dar paso al prospecto dominicano Adalberto Mondesí.
Quizás sea coincidencia. Algunos formados en ese lugar del diamante han sido acomodados por sus novenas en distinto sitio, como Cabrera, y sus nombres han aparecido en centenares de miles de papeletas. Son los casos de Gleyber Torres, que debió aprender las artes de la segunda base, ante la presencia del holandés Didi Gregorius con los Yanquis, así como de Eugenio Suárez o Marwin González.
Suárez es uno de los antesalistas de más sólido desempeño en el viejo circuito, gran remolcador en su liga, y González pasea por el cuadro y el outfield, aunque es en el papel de jardinero donde le visualizan en el norte, hasta ser uno de los patrulleros con más apoyos en las primeras tres semanas de votación.
Ocurre con las nuevas generaciones. Además de Torres, también Franklin Barreto ha debido cambiar de sitio, últimamente enrachado camarero de los Atléticos.
¿País de shortstops? Fue así, sin duda, entre los años 50, con el debut de Carrasquel y Aparicio, y hasta los 90, cuando Vizquel, Oswaldo Guillén y Álvaro Espinoza jugaban a diario en las paradas cortas de sus novenas.
Vino luego la diversificación, con el surgimiento de las academias de la MLB en Venezuela y el incremento de la búsqueda de los scouts, con Andrés Reiner a la cabeza; bateadores de fuste, receptores a granel y lanzadores de poderosa recta asaltaron las Mayores en las siguientes dos décadas, aunque sin que faltara el protagonismo de un parador en corto.
En 2018 han alineado hasta 18 criollos en el short. Algunos lo hacen con excelsa defensiva, como Freddy Galvis con los Padres o Miguel Rojas con los Marlins. Otros despliegan gran ofensiva, como Eduardo Escobar y Yangervis Solarte, aunque es justo recordar que los Mellizos y los Azulejos, respectivamente, han terminado usándolos en lugares diferentes. José Peraza con los Rojos, Orlando Arcia con los Cerveceros y recientemente Ehire Adrianza con Minnesota saltan al terreno cada jornada en la posición seis, con discretos maderos.
Ninguno tiene el lugar protagónico que otrora tuvieran Concepción, Vizquel, Alex González o Carlos Guillén, aunque Galvis ha mostrado suficiente para creerlo nuevamente finalista del Guante de Oro.
Los tiempos cambian. Y los primeros en notarlo han sido los votantes del Juego de Estrellas.
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