Grandes novatos, de Gleyber Torres al Chico Carrasquel
El emergente
Ignacio Serrano
El premio al Jugador de la Semana que obtuvo Gleyber Torres nos hizo pensar de inmediato en los debutantes venezolanos más destacados en las Grandes Ligas, más allá de la habitual mención a Luis Aparicio y Oswaldo Guillén, los únicos que han ganado el Novato del Año.
La historia suele ser roñica en ese sentido con Chico Carrasquel. Quizás porque coincidió con Aparicio, resulta injusto que nunca sea mencionado al citar a los novicios más resaltantes en la expedición nacional.
El Chico fue el primer criollo que jugó a diario en las Mayores, en 1950, en su estreno, con los Medias Blancas. Su cosecha fue tan resaltante, con .282 de average, 72 anotadas y la primera de sus varias campañas relucientes como campocorto, que terminó tercero en la votación para escoger al mejor de los recién llegados.
Walt Droppo fue el Novato del Año esa vez. Fue merecido, al ligar para .322, con 34 jonrones, 144 empujadas y .961 de OPS. Pero los votantes fallaron al poner a Whitey Ford en la segunda posición, a pesar de que solamente lanzó 112 innings en aquella temporada, mucho menos del mínimo para calificar en el departamento de efectividad.
El público sería más justo con Carrasquel. Meses después de ver a los periodistas quitarle la merecida segunda casilla, los aficionados votaron para que abriera el Juego de Estrellas de 1951, a pesar de que otro shortstop, Phil Rizzuto, había sido el Jugador Más Valioso en la zafra anterior.
El Fantasma de la Calle 35 ya no era un prospecto en esa segunda justa, en la que desplazó a Rizzuto en el Clásico de Julio. De hecho, Ningún venezolano con esa condición asistiría al choque estelar hasta 1999, cuando se rompió el celofán. Ni siquiera pudieron hacerlo Aparicio en 1956 o Guillén en 1985, a pesar de la notoriedad que ganaron de inmediato.
Alex González fue el afortunado. Defendía las paradas cortas de los Marlins, en medio de una sólida cosecha que terminaría con .277 de average, 14 jonrones y 81 anotadas. Fue su único llamado al duelo de la mitad del torneo, pero le valió para ganarse un lugar en los anales del beisbol venezolano, al ser el único novato de la expedición vinotinto que, hasta ahora, ha sido seleccionado para la tradicional cita de los astros.
Esa sequía posiblemente terminará en menos de dos meses.
Es arriesgado vaticinar que Torres terminará acaparando las preferencias del público, pero hay suficientes condiciones para pensar que debería estar entre los llamados al Juego de Estrellas, en caso de mantener este ritmo y a pesar de perderse el primer mes de acción: su llegada ha sido clamorosa, juega para el equipo con más seguidores y mayor difusión mediática, está poniendo números brillantes y cada dos por tres es noticia, bien porque recuerda una hazaña de Mickey Mantle, bien porque logra una cadena jonronera que resulta récord o porque, como ahora, es elegido Jugador de la Semana.
El caraqueño tendrá muy pronto las suficientes apariciones legales como para aparecer, además, entre los líderes bateadores de la Liga Americana. Y si no lo hace la gente, porque es difícil ganarle la votación a José Altuve, le queda la posibilidad de entrar con el apoyo de los propios peloteros, como jugador de la banca.
No se sorprendan si lo ven el 17 de julio en el Nationals Park.
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