Buscando en las Menores a otros futuros grandeligas
El emergente
Ignacio Serrano
¿Qué venezolanos pueden salir este año de las Menores y convertirse finalmente en grandeligas, sorprendiendo los pronósticos?
En anteriores columnas citamos a 14 jugadores. Ocho llegaron ya a las Mayores en estas seis semanas. Hoy iremos un poco más allá, buscando los nombres de otros candidatos a ser tomados en cuenta.
José Gregorio Castillo está en la Doble A de los Padres, pero tiene varios boletos en la lotería. En sus primeros 13 innings propinó 22 ponches, a una media de 15,2 por cada nueve entradas. Aunque ha entregado ocho bases por bolas, está mostrando habilidades que a la larga jugarán a su favor. Además de pasar por las armas a tantos rivales, no ha permitido jonrones en 10 relevos. Y es zurdo. Hay que tenerlo muy en cuenta.
A Samir Duéñez le tocaba dar el salto este año. Fue asignado a Doble A en 2017 por los Reales y, en teoría, debía empezar ahora en Triple A, para labrarse un cupo en la MLB en el segundo semestre. No ha bateado como se esperaba, con un average que ronda .250 desde que llegó a la Liga de Texas, donde se mantiene. Pero contando este año, suma 30 dobles, 22 jonrones y 91 empujadas en sus 160 encuentros en esa categoría. Aunque bajó el ritmo, sigue desarrollando fuerza, lo que pudiera darle una oportunidad.
José Flores tiene menos chance, en teoría, porque no está protegido en el roster de 40. Su brillante zafra pasada en la Doble A de los Gigantes, sin embargo, obliga a tenerle en cuenta, aunque haya empezado lento esta vez. A su favor tiene el hecho de que ya está en Triple A. Conviene seguirle los pasos, especialmente porque jugar en la Liga de la Costa del Pacífico suele afear los números de cualquier pitcher, por los estadios, sin que eso les reste chance.
Derián González tampoco empezó con buen impulso, tiene 5.91 de efectividad, pero ha ponchado a más de un contrincante por cada episodio de labor, reparte más de tres chocolates por cada base por bolas y los Cardenales le hicieron saltar una categoría, yendo de Clase A avanzada a Triple A. Es otro brazo a tomar en cuenta, aunque no parezca ser un aspirante en el corto plazo.
Franklin Pérez es un prospecto muy bien considerado por los Tigres. Asignado a la Liga Oriental, en Doble A, se lastimó antes de empezar la zafra y estará inactivo hasta junio, aproximadamente. ¿Le dará el tiempo para dar el salto en la segunda mitad? Siendo que milita en una organización en proceso de reconstrucción y que es, quizás, el talento más afilados entre los aquí citados, puede que sí.
¿Y qué tal Jeffry Báez? No tiene lugar en el roster de 40 de los Cachorros, pero está triturando la Liga Sureña, con .333 de average, 13 extrabases, 9 robos y .989 de OPS. Es verdad que aún le falta pasar por Triple A, pero de mantener ese rendimiento ¿podrá adelantar su hora con los oseznos?
Para el final, por hoy, dejamos a Jesús Luzardo. Es un muchacho. Apenas tiene 20 años de edad y empezó en Clase A avanzada. Pero es un caso especial. Mostró madurez y estupendos pitcheos en el Spring Training, ya fue subido a Doble A y tiene 2.12 de efectividad después de seis aperturas, con la bicoca de 44 ponches, apenas ocho boletos y sólo un jonrón en 29.2 tramos. Es el tipo de monticulista que adoran los Atléticos de Oakland. Ojo con él.
Columna publicada en El Nacional, el viernes 11 de mayo de 2018.
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