El hecho de que el venezolano Alex Cabrera apenas recibió 10 votos en su primer año de elegibilidad al Salón de la Fama del béisbol japonés, y de que además esa cifra lo eliminó de la boleta por ser inferior al 3% del total, ha sorprendido a muchos de nuestros seguidores.
Si sus números fueron buenos y fue una gran estrella mientras jugó en Japón, ¿por qué entonces no desean elegirlo al panteón de los inmortales de la pelota local? La respuesta es sencilla: su candidatura no alcanzó el nivel necesario para justificar su elección.
Sus totales fueron buenos, sin duda, pero no tan sólidos como los de los otros candidatos que sí han sido exaltados. Además, ese no es el único parámetro a tener en cuenta. Tal como ocurre con el Salón de la Fama de las Grandes Ligas, su comportamiento tanto dentro como fuera del terreno, su caballerosidad, deportividad, popularidad y el respeto que se ganó en ese circuito también influyen mucho en la votación.
Compilación de jonrones de Alex Cabrera de la temporada 2002
Analicemos primero sus números. Conectó 357 jonrones, remolcó 949 carreras y bateó para .303 en las 12 campañas que disputó en el circuito y además ganó un título de jonrones, uno de empujadas, un JMV, un Guante de Oro, fue electo 5 veces al Equipo Ideal de la temporada y participó en 5 ocasiones en la Serie de las Estrellas.
A simple vista, esos totales lucen muy bien, pero no ocurre lo mismo cuando los ponemos en perspectiva. En lo que a cuadrangulares se refiere, ocupa el puesto número 28 de todos los tiempos y este año caerá el 29. En cuanto a las remolcadas, ni siquiera está entre los primeros 40, y si bien su promedio de .303 es el décimo sexto mejor de la historia muchos argumentarán que es más fácil mantener esa cifra en apenas 12 campañas que en 20.
Por citar un ejemplo, comparemos sus números a los de Tomoaki Kanemoto, el actual manager de los Tigres de Hanshin, quien fue exaltado al Salón de la Fama nipón a principios de este mes.
Compilación de jonrones de Tomoaki Kanemoto de la temporada 2005
El popular toletero sonó 476 cuadrangulares en su carrera en la NPB, remolcó a 1,521 compañeros, anotó en 1.430 ocasiones y sumó 2.539 hits, además de ganar un título de empujadas, uno de anotadas, un premio al JMV, ser electo 7 veces al equipo ideal de la campaña y participar en 11 oportunidades en la Serie de las Estrellas.
Las cifras totales de Kanemoto son claramente mejores, pero eso era de esperarse porque su carrera en el circuito nipón se extendió por 21 campañas, mientras que la del criollo sólo duró 12. Si Cabrera hubiese disputado 21 temporadas en la liga es probable que lo hubiese podido superar, pero como no lo hizo, quedó en desventaja.
La longevidad es, sin duda, una de las cosas que más afectan a los jugadores extranjeros que se convierten en candidatos a ingresar al Salón de la Fama japonés. De los más de 1.100 importados que han pasado por la NPB desde 1951, apenas unos 20 han podido mantenerse activos en la liga por 10 o más campañas y eso limita mucho las posibilidades de que cualquiera de ellos sea exaltado.
Utilicemos ahora un ejemplo más cercano al de Cabrera: el del norteamericano Karl “Tuffy” Rhodes, quien disparó 464 vuelacercas en las 13 temporadas en las que vio acción en la NPB. Adicionalmente, empujó 1.269 carreras y sumó 1.792 hits, además de ganar 4 títulos de jonrones, 3 de remolcadas, un JMV, ser electo 7 veces al Equipo Ideal de la temporada y participar 10 veces en la Serie de las Estrellas.
Compilación de jonrones de Karl "Tuffy" Rhodes de la temporada 2001
Rhodes logró mucho más que Cabrera en un período de tiempo muy similar. Sin embargo, ya lleva 3 años en la boleta del Salón de la Fama nipón y no ha estado ni cerca de ser electo. Este año recibió 84 votos (22,8%) y necesitaba 276 (75%) para ser exaltado.
En lo que se refiere a su comportamiento tanto dentro como fuera del terreno, su caballerosidad y deportividad, el curriculum de Cabrera es muy débil. No sólo fue expulsado varias veces del terreno por atacar al lanzador rival o disputar una decisión arbitral, sino que también causó problemas durante las prácticas de los equipos para los que jugó.
Cabrera es expulsado del juego por disputarle un strike al umpire principal
En agosto de 2010, por ejemplo, se molestó cuando le cambiaron su turno al bate durante una práctica de los Búfalos de Orix y como protesta sacó una pistola de juguete, de esas que usan pólvora y hacen ruido pero no disparan nada, y empezó a dispararle a sus compañeros.
Demás está decir que causó un gran pánico en la práctica y que sus compañeros de equipo no quedaron demasiado contentos con su actitud. Peor aún, todos los medios deportivos japoneses reseñaron el incidente al día siguiente, dañando tanto su imagen como la del club.
Rhodes tuvo promeblas muy similares durante toda su carrera en el circuito japonés y lo más probable es que los mismos terminen evitando su entrada al Salón de la Fama local. No sólo fue expulsado del terreno en más ocasiones que Cabrera, sino que también sus controversiales declaraciones a la prensa afectaron mucho su imagen y la de los equipos para los que jugó.
Rhodes inicia una pelea luego de golpear al receptor en la cara
El incidente más famoso que protagonizó ocurrió en 2005, cuando jugaba para los Gigantes de Yomiuri. El coach de tercera base lo culpó de la derrota en una ocasión por no esforzarse para tratar de atrapar un elevado en el jardín izquierdo y eso lo enfureció tanto que al final del partido criticó duramente a su propio equipo.
Hablando en japonés, le explicó a los reporteros que la derrota no había sido su culpa, sino de sus compañeros, que no se esforzaron por jugar mejor, y también de los lanzadores, que se cansaron de lanzar rectas por el medio a los rivales.
Como si eso no hubiese sido suficiente, culminó diciendo que detestaba a su equipo. Obviamente, cuando uno insulta en público al club más famoso, laureado y respetado de todo Japón, uno se cierra todas las puertas posibles dentro del mundo del béisbol japonés.
Si a este tipo de problemas sumamos el hecho de que Cabrera nunca aprendió a hablar japonés fluido, ni se ganó del todo el respeto de sus compañeros, coaches y managers, y que además existe la sospecha de que utilizó esteroides en algún momento de su carrera, pues no debería sorprendernos que no haya sido electo al Salón de la Fama nipón.
En comparación, Kanemoto no sólo registró números excelentes, sino que además fue uno de los ídolos más grandes de uno de los equipos más populares del país: Hanshin. Además, siempre ha sido un caballero dentro y fuera del terreno y representa una de las personalidades más respetadas del béisbol japonés, por lo que su elección al panteón de los inmortales en su primer año en la boleta no fue una sorpresa.
Ahora, esto no quiere decir que sea imposible que un extranjero se gane ese honor. El hawaiano Wally Yonamine ya lo hizo y el candidato más claro a repetir esa hazaña debutará en la boleta a finales de este mismo año: el venezolano Alex Ramírez.
El actual manager de las Estrellas de DeNA no sólo compiló números indiscutibles durante su carrera en la liga, sino que además ha sido un modelo de comportamiento desde su llegada a Japón en la temporada 2001.
Si a eso le sumamos el hecho de que habla japonés fluido, se ha adaptado muy bien a la cultura, filosofía y ritmo de trabajo de la NPB y su amena personalidad le ha ganado el corazón y la admiración de todos los fanáticos, entonces no cabe duda de que tarde o temprano se convertirá en el primer latino en ser exaltado.
Ramírez conecta un jonrón y luego lo celebra con una de sus populares rutinas
Ramírez disputó 1.744 partidos en la NPB a lo largo de 13 campañas y en ellos bateó para .301, con 380 jonrones, 1.272 empujadas, 866 anotadas y 2.017 hits, además de ganar 4 títulos de remolques, 2 de cuadrangulares, uno de bateo, 2 premios al JMV, ser electo 4 veces al Equipo Ideal de la temporada y participar 8 veces en la Serie de las Estrellas.
Por si eso fuera poco, es el único pelotero en la historia de la liga en sumar 8 campañas consecutivas con 100 o más empujadas, es el segundo bateador que más rápido ha llegado a los 2.000 hits de por vida en el circuito y además posee la octava racha más larga de partidos disputados de manera consecutiva (985) de su historia.
Adicionalmente, es el único extranjero que ha sido admitido hasta ahora al prestigioso Meikyukai (Club de los Jugadores Extraordinarios), una especie de Salón de la Fama paralelo que reúne a todos los peloteros que han sumado al menos 2.000 hits, 200 victorias o 250 juegos salvados en sus carreras en la NPB.
Si a eso le sumamos el increíble éxito que está teniendo en su carrera como manager y el hecho de que representa una de las más grandes celebridades del béisbol japonés, entonces no cabe duda de que será inmortalizado en el futuro en el Salón de la Fama local. Quizás no ocurra en su primer año en la boleta, pero ocurrirá con toda seguridad.
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