Los Indios de Cleveland no tenían realmente la necesidad de ir de compras en invierno.
Pero cuando apareció la posibilidad de adquirir al dominicano Edwin Encarnación --cuyos 193 jonrones en las últimas cinco temporadas son la segunda mayor cantidad en Grandes Ligas-- no pudieron resistir.
Hasta las circunstancias conspiraron a su favor, luego que el precio por el primera base y bateador designado se ajustó al presupuesto de Cleveland.
El pacto de 60 millones por dólares por tres años es el más rico en la historia de la franquicia. Su impacto fue inmediato, notándose en un impulso en la venta de los abonos de temporada del equipo.
Más sustancial es que añade a los Indios una ficha más en su objetivo de conquistar su primer campeonato de la Serie Mundial desde 1948.
Encarnación es la clase de toletero en la parte medular del orden ofensivo que el club no había tenido desde que Manny Ramírez, Jim Thome y Albert Belle encabezaron los potentes equipos de Cleveland en la década de 1990.
Espoleados por el destellante campocorto puertorriqueño Francisco Lindor, las aperturas de Corey Kluber y un bullpen infranqueable, los Indios superaron todas las expectativas el año pasado al avanzar al Clásico de Otoño.
Llegaron a ponerse arriba 3-1 en la Serie Mundial ante los Cachorros de Chicago pero no pudieron rematarles, incluso con los últimos dos juegos en casa. El dramático séptimo partido, definido en extra innings luego que Cleveland pudo empatar con un rally de tres carreras en el octavo episodio, quedará en el recuerdo como uno de lo más emocionantes en la historia de la Serie Mundial.
Ahora, Cleveland busca completar los deberes.
"Firmé con Cleveland por la oportunidad de ganar una Serie Mundial", expresó Encarnación. "Este es un equipo que luce tremendo, con mucho tremendo joven. Tenemos la oportunidad de volver a la Serie Mundial y ganarla".
Lo admirable de la marcha que tuvo a Cleveland tan cerca del cetro fue la serie de obstáculos que afrontaron en una campaña en que ganaron 94 juegos, despachando a Boston y Toronto en los playoffs.
Bajo la batuta del manager Terry Francona pudieron asimilar varias lesiones. El jardinero Michael Brantley sólo pudo actuar en 11 juegos por una dolencia en el hombro. Un problema similar marginó al receptor brasileño Yan Gomes en julio. Los abridores Carlos Carrasco y Danny Salazar quedaron fuera de la rotación de la postemporada.
El haber sorteado esas adversidades alimenta el convencimiento de los Indios de poder llegar a lo más alto.
"Ahora sabemos qué esperar. Sabemos lo que se necesita hacer", proclamó el segunda base Jason Kipnis, quien iniciará la temporada en la lista de lesionados.
LA CATEGORÍA DE LINDOR
En un abrir y cerrar de ojos, el boricua Lindor se transformó en el jugador más importante del club.
Luego de quedar segundo por el Novato del Año de la Liga Americana en 2015, una temporada en que debutó en junio, Lindor se destapó del todo en su primer curso completo. Bateó para .301 en la campaña regular y para .310 en la postemporada. También obtuvo su primer Guante de Oro.
Con apenas 23 años, lo mejor está por venir para el puertorriqueño , al borde del estrellato.
BRANTLEY
La dilatada recuperación de Brantley tras una cirugía del hombro derecho y una segunda intervención en el bíceps han frenado una carrera que apenas despuntaba. En 2014, quedó entre los tres más votados para el premio al Jugador Más Valioso.
Esta primavera, los Indios fueron cautelosos a fin de asegurar que el jardinero de 29 años esté en condiciones óptimas. Con ese extremo cuidado, Brantley pudo disputar juegos consecutivos, en los que lució sano y productivo (.385 de promedio al bate en 26 turnos).
BULLPEN
Tras adquirir a Andrew Miller a fines de julio, el bullpen de Cleveland alcanzó un nivel abusador cuando el zurdo se juntó con Bryan Shaw y el cerrador Cody Allen. Durante el invierno, el equipo sumó al zurdo Boone Logan.
El despliegue dominante de Miller en la postemporada fue alucinante: 1.40 de efectividad, 30 ponches en 19 innings y un tercio. En los playoffs, Francona no titubeó en usarle más temprano en los juegos, rompiendo los moldes. Eso no es factible durante los seis meses de una campaña regular, pero está claro que domar a Cleveland después del séptimo inning se antoja casi que imposible.
EL FUTURO
Con la lesión de Kipnis, el versátil infielder dominicano José Ramírez pasa de la tercera base a la intermedia. Para cubrir la antesala, Francona se inclinó por Yandy Díaz, quien se ganó el puesto a pulso de una excelente actuación en la primavera. El cubano de 25 años se había establecido como uno de los mejores prospectos de la organización, luego de batear para .325 en 95 juegos con la sucursal de Triple-A en Columbus.
LO QUE PUEDE SALIR MAL
No tienen puntos débiles, pero están pendientes a la evolución del venezolano Carrasco y el dominicano Salazar tras las lesiones que sufrieron al final de la pasada campaña. También deberán tener cuidado con los innings de Miller. Incluyendo la postemporada, acumuló 83 entradas en 2016, la mayor cantidad en su carrera como relevista. En las dos previas, tiró 63 y 69 innings respectivamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario querido fanatico :