Daniel de Malas
El 16 de abril de 1957 Humberto debutaba con los Filis y se convertía en el primer latino en jugar con dicho equipo. En esa temporada bateó para .262. Lamentablemente su bateo se redujo por debajo de los .250 en las siguientes dos temporadas, por lo que fue canjeado a los Tigres en diciembre de 1959. Al debutar como torpedero regular del equipo de Detroit en 1960, Humberto nuevamente se convirtió en el primer latino en jugar una posición regular de este equipo. Si con los Filis se caracterizó por ser un hombre de tacto y un efectivo robador de bases, con los Tigres logró desplegar un poder desconocido cuando disparó 20 jonrones en la temporada de 1962. Igualmente mejoró su fildeo, el cual había decrecido, fue el torpedero con más errores en la Liga Americana, 34, en la temporada de 1960. Humberto tuvo la osadía de robar home en un partido de los Tigres contra los Yankees en el mismo estadio del Bronx.
“Lo más importante no es ganar,
es dar lo mejor de ti mismo en todo momento”.
Anon., frase motivadora
El pasado 11 de junio (2016) murió uno de los grandes torpederos cubanos que haya pasado por las Grandes Ligas, se trata del habanero Humberto “Chico” Fernández Pérez. La noticia fue reportada por varios medios de prensa norteamericanos, pero no los cubanos, como si no hubiera existido. ¿Qué le vamos a hacer?
Para suerte del que suscribe, lo vio jugar muchas veces y de niño le conoció de cerca allá por 1953 en el Gran Estadio del Cerro. No era Willy Miranda defensivamente, aunque los expertos hablan de Sharp defense de Chico, pero al bate no era un out vestido de pelotero y sabía robar bases sin ser ese asiduo robador. Recuerdo que tenía muy buen brazo. En síntesis, sabía hacerlo todo bastante bien, caso contrario, no habría jugado donde jugó y es la MLB, que cuando aquello tenía ocho conjuntos solamente en cada Liga, así que la competencia por un puesto en un equipo era indudablemente mayor que la que pueda existir hoy en día.
El 16 de abril de 1957 Humberto debutaba con los Filis y se convertía en el primer latino en jugar con dicho equipo. En esa temporada bateó para .262. Lamentablemente su bateo se redujo por debajo de los .250 en las siguientes dos temporadas, por lo que fue canjeado a los Tigres en diciembre de 1959. Al debutar como torpedero regular del equipo de Detroit en 1960, Humberto nuevamente se convirtió en el primer latino en jugar una posición regular de este equipo. Si con los Filis se caracterizó por ser un hombre de tacto y un efectivo robador de bases, con los Tigres logró desplegar un poder desconocido cuando disparó 20 jonrones en la temporada de 1962. Igualmente mejoró su fildeo, el cual había decrecido, fue el torpedero con más errores en la Liga Americana, 34, en la temporada de 1960. Humberto tuvo la osadía de robar home en un partido de los Tigres contra los Yankees en el mismo estadio del Bronx.
En las Menores y Mayores
Humberto, no le llamo Chico, ya que medía 6 pies, nació el 2 de marzo de 1932 en la Habana, y con tan solo 20 años cumplidos, jugaba como torpedero regular en el Billing Mustangs de la Liga Pionero (clase C), donde participó en 134 partidos y bateó para .284. Al año siguiente jugó con el Miami Sun Sox de la Liga Internacional de la Florida (clase B), aquí bateó para .261 en 156 juegos, y a continuación jugó por tres temporadas (1953-55) como regular del campo corto de los Reales de Montreal sucursal de los Dodgers de Brooklyn, franquicia que tenía el plan de utilizar a Humberto como relevo del veterano Pee Wee Reese, palabra mayor en el béisbol de la MLB. Con los Reales, Humberto bateó para.247 en 1953, para .282 en 1954 y para .301 en 1955. Ya en 1956 sólo jugó 89 partidos con los Reales, ya que los Dodgers le subieron por un rato a las Mayores, donde jugó en unos 34 desafíos. Pee Wee Reese seguía brillando a pesar de los años, y los Dodgers recibieron una oferta de parte de los Filis por cuatro peloteros, el lanzador derecho Ron Negray, el inicialista quebecois Tim Harkness, el torpedero Melvin Geho y el jardinero Elmer Valo más 75 mil dólares, todo eso para adquirir a Humberto.
Su juego con los Tigres concluyó en 1963 al ser canjeado a los Mets, con los cuales jugó hasta el final de la temporada. En abril de 1964 los Mets le canjearon a los Medias Blancas, los que enviaron a Humberto a jugar con los Indios de Indianápolis de la Liga de la Costa del Pacífico (AAA), donde participó en 54 partidos, ya que nuevamente fue canjeado a los Tigres, que le enviaron al Syracuse de la Liga Internacional (AAA). Su promedio en ambas ligas estuvo alrededor de los .250.
A manera de conclusión de su trabajo en la MLB, se puede decir que su ofensiva en parte compensaba su juego que defensivamente no era siempre el mejor. Ya se dijo que cometió 34 errores en 1960, pero en 1957 cometió 26 (tercero en la Liga Nacional), y 24 en 1962 (quinto en la Liga Americana). Es cierto que el cubano llegaba a algunas pelotas difíciles, tenía buena movilidad, buen brazo, pero realmente erraba y sus promedios defensivos no fueron los mejores en cuatro de las cinco temporadas que jugó como regular.
En ocho temporadas en las Mayores, Humberto bateó para promedio de .240 producto de 666 hits en 2778 veces al bate, incluido 91 dobles, 19 triples y 40 cuadrangulares, 68 bases robadas en 96 intentos, 270 anotadas y 258 empujadas. Defensivamente cometió 146 errores, participó en 394 dobles matanzas y su promedio defensivo fue de .960. Si se le compara con otros torpederos cubanos,. solo le superan en ese departmento Rey Ordóñez (.976) y Leo Cárdenas (.971).
En 1965 decidió marcharse a Japón para jugar en la liga mayor de ese país con los Tigres de Hanshin, de hecho se convertía en el segundo cubano en jugar en ese circuito, el primero fue Roberto “Chico” Barbón, así que dos cubanos y dos “Chicos”.
A Humberto no le fue nada bien en Japón, su promedio ofensivo dejó mucho que desear, .144, logrado en 52 juegos. Por eso decidió regresar al nuevo hemisferio, para jugar en México, donde lo hizo para los Broncos de Reynosa en 1966. Sus dos últimas temporadas fueron con los Cachorros de Tacoma de la Liga de la Costa del Pacífico (AAA) en 1967 y 1968.
En la profesional cubana
Humberto también tuvo historia y no poca en la liga profesional cubana, donde debutó como reserva del cuadro en el equipo Cienfuegos en la temporada de 1951-52. En ese año el regular de los Elefantes era el experimentado Gene Mauch. Esa temporada le sirvió para aprender mucho, el cuadro de ese equipo era también integrado por excelentes defensores como Regino Otero en la inicial, Jack Cassini en la intermedia y Silvio García defendiendo la antesala. En la siguiente temporada jugó de regular del campo corto, hizo combinación con Cassini alrededor de la segunda, y bateó para .264 con 8 dobles y 2 triples. En 1953-54, temporada en la que Willy Miranda realizó la proeza personal de batear sobre los .300, Humberto no se quedó atrás al promediar .290, con 11 dobles, 1 triple y 2 jonrones. Pero su ofensiva no se detuvo en 1954-55 cuando bateó para .302 con 21 dobles, superado por Julio Bécquer con 22, además de dos triples y 3 jonrones. En esa temporada fue líder en veces al bate, con 288 junto con su compañero de equipo, el inicialista-jardinero Bob Boyd.
Llegó 1955-56, año de la consagración del lanzador Camilo Pascual, del debut de Pedro Ramos y de la victoria del Cienfuegos en la profesional cubana, y luego en la Serie del Caribe en Panamá. Humberto nuevamente bateó para .301, de hecho fue uno de los ejes ofensivos del Cienfuegos, unas veces de segundo, otros como tercero en el orden al bate, siempre alternando en esos roles con Bob Boyd. En esa temporada Humberto fue líder en dobles con 17, disparó 88 hits, incluido 3 triples y 3 jonrones.
Recuerdo cómo se paraba en el home Humberto a la hora de batear, él hacía como una especie de calentamiento haciendo círculo con su bate de arriba abajo y luego se llevaba el bate a lo alto de sus hombros en la espera del lanzamiento del pitcher.
A partir de esa última temporada de 1955-56 los resultados ofensivos de Humberto experimentaron un descenso. Es cierto que ya en aquel momento jugaba como regular en las Mayores, lo que probablemente se tradujera en algún cansancio para el habanero. Su descenso fue tal que ya a mitad de la temporada de 1958-59 los Elefantes decidieron canjearlo al Habana. Cienfuegos cedió a Humberto, al inicialista Panchón Herrera y al jardinero Pedro Cardenal (hermano de José Cardenal) a cambio de Román Mejías y del torpedero novato Leonardo Cárdenas. Con los Leones jugó la mitad de la siguiente temporada al ser canjeado por el idolatrado Willy Miranda al Almendares. Los fanáticos de los azules no lo podían creer, su Dios del campo corto cambiado al Habana. No es que Humberto haya bateado mucho en esa temporada. Sin embargo, el Almendares salió ganando en el canje, ya que en la temporada de 1960-61, última de la profesional, Willy no vino a jugar a Cuba, y el Habana se vio obligado a pasar a Héctor Rodríguez a jugar el SS, situando a Patricio Quintana en tercera. Los azules por su parte contaron con los servicios completos de Humberto, el que bateó para modesto .235.
En la profesional cubana, en 10 temporadas, llegó a batear para promedio de .259 producto de 509 hits en 1966 veces al bate, incluido 81 dobles, 15 triples y 12 jonrones, 55 bases robadas, 216 anotadas y 123 empujadas.
En síntesis, Humberto Fernández fue uno de los grandes torpederos que ha dado Cuba, de eso da aval el hecho de haber jugado cinco temporadas completas como regular en ambas ligas de las Mayores, además de haber sido siempre torpedero regular en la profesional cubana a partir de 1952-53 hasta 1960-61. Basta con decir que está entre los mejores torpederos que ha dado Cuba, y son varios, por cierto, y se le puede ubicar dentro de un sexteto de excelencia y de juego regular en la MLB, donde se sitúan Willy Miranda, Zoilo Versalles, Leo Cárdenas, Bert Campanerís y Rey Ordóñez. Humberto fue exaltado al Salón de la Fama cubano, radicado en Miami, en 1997.
Que descanse en paz el gran pelotero que fue Humberto Fernández.
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