Marly Rivera, ESPN Digital
LA HABANA – El ajetreado segundo día de la visita de la delegación de Grandes Ligas a Cuba inició en la catedral del béisbol de La Habana, el legendario Estadio Latinoamericano, que sirvió como anfitrión de un histórico encuentro entre las estrellas del pasado del béisbol cubano y el presente del béisbol de Grandes Ligas.
La yuxtaposición se veía por todas partes del venerado parque sede del club capitalino Industriales, en el inmaculado uniforme blanco y azul del tres veces ganador del Cy Young, Clayton Kershaw, y la simple camiseta roja del máximo ganador de la pelota cubana, el corpulento lanzador Pedro Luis Lazo.
También se podía percibir en el “Abreu” plasmado en la espalda del primera base de los Medias Blancas de Chicago, José Dariel, quien se fundió en un enorme abrazo con aquel que alguna vez soñó podría sobrepasar, el mejor cuarto bate histórico de las Series Nacionales, Orestes Kindelán.
“No puedo hablarles de lo contentos y emocionados que estamos de estar aquí con ustedes, ¡gracias!”, dijo un emotivo Abreu al abordar a uno de los cinco grupos con los cuales trabajó en fildeo y defensa.
Los cubanos Yasiel Puig, Alexei Ramirez y Brayan Peña también tuvieron un recibimiento de héroes, a pesar que la promoción reducida del evento, donde no se publicaron los nombres de algunos de los peloteros desertores en ciertos periódicos, limitó la asistencia al Estadio Latinoamericano, que cuenta con una capacidad de más de 30 mil personas.
El cubanoamericano Jon Jay, el dominicano Nelson Cruz y el venezolanoMiguel Cabrera también formaron parte de la primera clínica infantil de la gira de buena voluntad de Major League Baseball, cada uno acompañado por una ex estrella cubana para ayudarles a trabajar con los niños en diversas disciplinas.
Cerca de 200 emocionados niños recibieron una cátedra de pelota, con cada estudiante seleccionado siendo miembro de uno de los equipos en primer lugar en cinco diversas categorías de ligas infantiles del béisbol.
Al final del evento, cada niño tuvo la oportunidad de saludar y recibir autógrafos de cada una de las estrellas de béisbol, siendo observados por el vicepresidente de operaciones de Grandes Ligas, Joe Torre, el Salón de la Fama Dave Winfield, el director ejecutivo del sindicato de peloteros, Tony Clark, además del hijo menor de Fidel Castro, Antonio “Tony” Castro.
“Es una bonita experiencia tener la posibilidad de venir a Cuba y experimentar la pasión, no sólo mía, pero de muchos países latinoamericanos que es el béisbol”, dijo el toletero dominicano Nelson Cruz. “Estoy feliz de estar aquí y poder contribuir en lo que sea para que las naciones se unan para una sola causa, que es el béisbol”.
Tras culminar la primera de las dos clínicas deportivas a ser celebradas durante la gira, con la segunda programada el jueves en el estadio Victoria de Girón de Matanzas, la comitiva se dirigió al restaurante “La Floridita”, donde los peloteros fueron recibidos por cientos de aficionados coreando sus nombres a las afueras del restaurante hecho mundialmente famoso por el escritor Ernest Hemingway.
El día concluyó con una visita al Centro Fray Bartolomé de las Casas, donde se reunió un grupo selecto de niños que reciben servicios de la institución benéfica católica “Cáritas Cubana”, que recibió un donativo conjunto de 200 mil dólares de MLB y el sindicato de peloteros.
Allí los Grandes Ligas fueron amenizados por un popurrí de canciones típicas cubanas, además de villancicos navideños, todos interpretados por los niños, que recibieron una enorme sorpresa al verse rodeados de los peloteros, que los acompañaron en el escenario bailando y cantando.
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