Juan A. Martínez de Osaba y
Goenaga
En
más de siglo y medio, millones de peloteros han pasado por los diamantes, y los
Todos Estrellas han estado a la orden del día. Los aficionados corren detrás de
las encuestas. Los reporteros se dan gusto con la última noticia. ¿Quién será
el Novato del Año? ¿Quién el más Valioso? ¿Y el mejor pitcher? Nos convertimos en jueces: –A este no hay quien le quite
el Guante de Oro. --Y van más lejos: –Es el mejor de la historia.
Para
los cubanos la pelota es una filosofía que tiene de arte, ciencia, política y economía.
Los jugadores son el contenido, lo subjetivo va por la prensa, los técnicos y
los federativos. Es injusto seleccionar por la ofensiva, ya que algunos evitan
las carreras. El cienfueguero Humberto Fernández fue inferior a Willie Miranda y resultaba en el All Stars; no estoy de acuerdo.
Después
sucedió con Germán Mesa. Nadie ha fildeado como él en las Series Nacionales,
pero no era elegido. ¿Por qué? No es un problema cubano. Usted no lo pensaría si
tiene a un Ernie Banks, excelente short
stop, quien a su vez conectó más de 500 cuadrangulares, o al eficiente Cal
Ripken Jr.
Veamos el reducido
Cuadro de Honor de la XI
Serie Nacional con jugadores de tres antiguas provincias:
La Habana , Las
Villas y Oriente:
§ Campeón:
Azucareros. (Terminó
empatado con Mineros y ganó en
serie extra) 52-14.
§ Líder
en bateo: Elpidio Mancebo (Mineros)
.327.
§ Líder
anotador: Antonio Muñoz (Azucareros)
51.
§ Líder
impulsador: Agustín Marquetti (Industriales)
53.
§ Líder
jonronero: Agustín Marquetti (Industriales)
11.
§ Líder
en bases robadas: Antonio Jiménez (Habana)
28.
§ Líder
en carreras limpias: Ihosvanny Gallegos (Industriales)
0,37.
§ Líder
en ganados y perdidos: Roberto Valdés (Mineros)
12-0.
§ Novato
del año: Pedro Jova (Azucareros).
Cuando escribí El Señor Pelotero, hubo treinta
personalidades que, entre técnicos, jugadores y la prensa especializada,
conformaron su selección, hasta 1998. Solo discrepé
en el jardín izquierdo. Lourdes Gourriel ha sido el mejor, lo respaldan los números.
Pero prefiero a Armando Capiró, el slugger
azul. Poco después, el 26 de marzo de 1999, se apareció Enrique Capetillo, eminente
periodista ya desaparecido, con un artículo en la revista Bohemia titulado Galería de
ases. Solo admite a once, un
profundo estudio que me convenció. A fin de cuentas había sido subjetivo en mi
análisis anterior. Así los eligió:
Juanito Castro detrás de home; Antonio Muñoz en primera; Antonio
Pacheco en segunda; Omar Linares en tercera; Germán Mesa en el short; Lourdes Gourriel en el left; Víctor Mesa en el center y Luis Giraldo Casanova en el right. Pitcher derecho Braudilio Vinent, y zurdo Jorge Luis Valdés. Como
bateador designado eligió a Orestes Kindelán. ¡Tremendo equipo! Solo no
coincidió con Alfonso Urquiola en la selección de mi libro. Al principio me
sentí ofendido como aferrado "urquiolista", y se lo dije. Después
reflexioné, es innegable la huella de Pacheco. Lo que pocos advirtieron es que
el propio redactor había elegido para mi libro al
lanzador zurdo, Omar Ajete.
La
objetividad debe anteponerse al corazón, pero no siempre coinciden la ciencia y
los sentimientos. La verdad contra lo deseado. ¿Cómo conciliarlos?, dando
rienda suelta a la imaginación. Ahí está la felicidad. ¿Quién duda del rigor científico
en la selección de Capetillo? ¿Fuimos todos felices? No. He ahí el detalle,
diría Cantinflas. En tiempos de
cambio entre siglo y milenio, leí selecciones irreconciliables, hasta que
apareció Eddy Martin con una solución salomónica: 100 Deportistas del Siglo.
Pudiera
parecer que el margen a error sería mínimo. Pues bien, el matancero José
Estrada tuvo más votos que su comprovinciano Orestes Miñoso, quizás el mejor
pelotero antes de 1962, pero que a fuer de no mencionarse, anda por el baúl de
los recuerdos. Hubo discrepancias, pero las habrá si eligen mil. Julio Romero,
un inmarcesible, también fue relegado. Por eso, a la hora de la verdad, es
preferible la ciencia.
Mis
ojos han visto hacer maravillas a Willie,
Zoilo Versalles, Tony González, Agustín
Arias, Rodolfo Puente, Germán Mesa, Giraldo González, Eduardo Paret y a Erisbel
Arruebarruena, quienes tiraron mal alguna que otra vez, y no lo tuvieron en
cuenta los anotadores. Si otros se arriesgaran a buscar el out donde no lo hay, tendrían más errores. Entonces no se premia la
genialidad, sino el conformismo.
Por
eso, amigos míos, no siempre debemos ir a la exactitud, de vez en cuando hace
falta reinventar cosas, descorrer cortinas o financiar un plato menos
exquisito. Busque usted peloteros por toda Cuba, remóntese años atrás, ubíquese
en épocas históricas y recójalos en su mente. Haga un ajiaco de buen béisbol y ubique
en su equipo a quien desee, sin miedo a los reproches. Claro, debemos respetar
la calidad. No se aparezca con peloteros de mala muerte por amigos o familiares.
Ahí
les va un desliz nocturno, sueño que fortalece el espíritu, contrario a las
pesadillas. Los he visto frente a mí, a estadio repleto. Un poco de nostalgia,
otro de objetividad. Es complicado eso de comparar épocas y niveles. ¡Pero
caramba!, ¿por qué no hacerlo? En mi team
no determinarán las estadísticas, aunque las hay. Es subjetivo, basado en hechos objetivos. Solo aparecen los que han
pasado por mis ojos. Reconozco que Martín Dihigo es el más completo, Luque el
mejor lanzador, Regino Otero el mejor inicialista, etcétera. Pero no los vi. Mi
tiempo los elimina. Por eso tuve en cuenta las siguientes condiciones:
-
Verlos jugar, desde la segunda mitad de la década del 50, hasta hoy.
-
No acudir a las referencias.
-
Las estadísticas influirán, no decidirán.
-
El desarrollo de sus carreras, mayoritariamente en Cuba.
-
Caben todos, sin excepción.
-
Haber nacido en Cuba.
Muchos
se destacaron en otros confines, incluyendo las Grandes Ligas, pero no en la Isla , como el gran Tony Oliva, o los dopados José Canseco y
Rafael Palmeiro. Otros, nacidos fuera, no son cubanos a pesar de las raíces.
Sería como decir que Martí es español porque sus padres eran de allá, y nadie
más cubano que él. Son elegibles los que estuvieron en Series Nacionales y
después se fueron a otros países. Así hice la elección. Y respondo por ella:
§ Receptor:
Juan Castro.
§ Primera
base: Antonio Muñoz.
§ Segunda:
Tony Taylor.
§ Tercera:
Omar Linares.
§
Short stop: Willie
Miranda.
§
Left field: Orestes Miñoso.
§ Center field:
Víctor Mesa.
§
Right field: Luis Giraldo Casanova.
§ Pitcher
derecho: Camilo Pascual.
§ Pitcher
zurdo: Miguel Cuéllar.
§ Bateador
designado: Orestes Kindelán.
§ Manager:
Jorge Fuentes Fleitas.
Ellos
dejaron su huella en mí. Algunos en Cuba y después en Las Mayores. Busque usted
para ver si encuentra un receptor con las cualidades de Juanito Castro, un superestrella. Antonio Muñoz no necesita
epítetos, brilló como ninguno. Tony
Taylor fue un almendarista de lujo, que se destacó en las Grandes Ligas, donde se
robó siete veces el home. Es antológica
su combinación con Willie a fines de la década del cincuenta. Concedo a la
posición de camarero un carácter defensivo imprescindible. Cuando jugué con
Alfonso Urquiola vacilé, pero sigo con Tony
en la cúspide.
Omar
Linares tiene asegurado su puesto en cualquier béisbol. Está entre los peloteros
con más condiciones naturales que haya dado este país. En franca pelea interna
con los torpederos, me decidí por Willie,
aquel que paró miles de veces el Cerro
y los fanáticos llenaban el estadio para verlo fildear. Fue débil al bate, pero
los hits que evitó lo justifican, no
he vuelto a ver outs con tanta facilidad cerca del lanzador.
Orestes
Miñoso llenó una época con el Marianao
y en las Grandes Ligas con los Chicago
White Sox y su longevidad deportiva Sin dudas, antes de 1959, junto a
otro matancero, Martín Dihigo, fue Miñoso la figura cumbre. Hemos tenido excelentes
jardineros centrales, pero ninguno como Víctor Mesa, un pelotero de la gorra a
los spikes que se caracterizó por
levantar las tribunas con su juego alegre y espectacular. Ahora, búsquese con
precisión de relojero un jugador que reúna las cualidades de Luis Giraldo
Casanova; no lo encontrará. Se distinguió por su sentido universal del juego.
No por gusto Bobby Salamanca le llamó
El Señor Pelotero.
Para
los lanzadores derechos cerré los ojos y ganó Camilo Pascual, en discusión con
Pedro Luis Lazo. Fue un pitcher que
no reconoció rivales. Se destacó tanto en la Liga Profesional
Cubana, que pronto fue llamado a Las Mayores, donde ganó 174 desafíos, y fue el
primer latino en llegar a los 2 000 ponches. Por si fuera poco, jugó con
equipos débiles como los Elefantes de
Cienfuegos y los Senadores de
Washington. Rapidísimo, gran curveador, de excelente slider y otros lanzamientos. Fue,
sencillamente, excepcional. Mike
Cuéllar se eleva sobre los demás zurdos. Actuó con el Almendares y fue estupendo. En Grandes Ligas conquistó 185
triunfos. Su screwball no ha sido
superada.
Para dirigir el
equipo escogí a Jorge Fuentes, quien tiene la mejor hoja de servicios dentro y
fuera de Cuba. Su capacidad lo mereció, tras una enconada disputa con Fermín
Guerra, quien dirigió en el profesionalismo y en las primeras Series Nacionales.
Este ejercicio mental
tomó fuerza cuando me llegó una selección de los mejores 100 latinos en Grandes
Ligas. Y no pude menos que sonreír cuando leí a Ted Williams, hijo de una mexicana, y a Reggie Jackson en los
jardines. Son los aires que soplan hoy, cuando España
clasificó para el III Clásico Mundial, sin españoles. Las voces de muchos especialistas
andan por los elementos. --¡Las cosas que hay que ver y oír!, –diría el abuelo Pancho.
Por mi selección,
mucho más seria, vendrán discusiones y epítetos, pero me pongo el peto y la
careta para responder, siempre que sean subjetivas.
Otoño de 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario querido fanatico :