BEISBOL 007: MI TODOS ESTRELLAS

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miércoles, 3 de octubre de 2012

MI TODOS ESTRELLAS


Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga
En más de siglo y medio, millones de peloteros han pasado por los diamantes, y los Todos Estrellas han estado a la orden del día. Los aficionados corren detrás de las encuestas. Los reporteros se dan gusto con la última noticia. ¿Quién será el Novato del Año? ¿Quién el más Valioso? ¿Y el mejor pitcher? Nos convertimos en jueces: –A este no hay quien le quite el Guante de Oro. --Y van más lejos: –Es el mejor de la historia.
Para los cubanos la pelota es una filosofía que tiene de arte, ciencia, política y economía. Los jugadores son el contenido, lo subjetivo va por la prensa, los técnicos y los federativos. Es injusto seleccionar por la ofensiva, ya que algunos evitan las carreras. El cienfueguero Humberto Fernández fue inferior a Willie Miranda y resultaba en el All Stars; no estoy de acuerdo.
Después sucedió con Germán Mesa. Nadie ha fildeado como él en las Series Nacionales, pero no era elegido. ¿Por qué? No es un problema cubano. Usted no lo pensaría si tiene a un Ernie Banks, excelente short stop, quien a su vez conectó más de 500 cuadrangulares, o al eficiente Cal Ripken Jr.
Veamos el reducido Cuadro de Honor de la XI Serie Nacional con jugadores de tres antiguas provincias: La Habana, Las Villas y Oriente:
§  Campeón: Azucareros. (Terminó empatado con Mineros y ganó en serie extra) 52-14.
§  Líder en bateo: Elpidio Mancebo (Mineros) .327.
§  Líder anotador: Antonio Muñoz (Azucareros) 51.
§  Líder impulsador: Agustín Marquetti (Industriales) 53.
§  Líder jonronero: Agustín Marquetti (Industriales) 11.
§  Líder en bases robadas: Antonio Jiménez (Habana) 28.
§  Líder en carreras limpias: Ihosvanny Gallegos (Industriales) 0,37.
§  Líder en ganados y perdidos: Roberto Valdés (Mineros) 12-0.
§  Novato del año: Pedro Jova (Azucareros).
Cuando escribí El Señor Pelotero, hubo treinta personalidades que, entre técnicos, jugadores y la prensa especializada, conformaron su selección, hasta 1998. Solo discrepé en el jardín izquierdo. Lourdes Gourriel ha sido el mejor, lo respaldan los números. Pero prefiero a Armando Capiró, el slugger azul. Poco después, el 26 de marzo de 1999, se apareció Enrique Capetillo, eminente periodista ya desaparecido, con un artículo en la revista Bohemia titulado Galería de ases. Solo admite a once, un profundo estudio que me convenció. A fin de cuentas había sido subjetivo en mi análisis anterior. Así los eligió:
Juanito Castro detrás de home; Antonio Muñoz en primera; Antonio Pacheco en segunda; Omar Linares en tercera; Germán Mesa en el short; Lourdes Gourriel en el left; Víctor Mesa en el center y Luis Giraldo Casanova en el right. Pitcher derecho Braudilio Vinent, y zurdo Jorge Luis Valdés. Como bateador designado eligió a Orestes Kindelán. ¡Tremendo equipo! Solo no coincidió con Alfonso Urquiola en la selección de mi libro. Al principio me sentí ofendido como aferrado "urquiolista", y se lo dije. Después reflexioné, es innegable la huella de Pacheco. Lo que pocos advirtieron es que el propio redactor había elegido para mi libro al lanzador zurdo, Omar Ajete.
La objetividad debe anteponerse al corazón, pero no siempre coinciden la ciencia y los sentimientos. La verdad contra lo deseado. ¿Cómo conciliarlos?, dando rienda suelta a la imaginación. Ahí está la felicidad. ¿Quién duda del rigor científico en la selección de Capetillo? ¿Fuimos todos felices? No. He ahí el detalle, diría Cantinflas. En tiempos de cambio entre siglo y milenio, leí selecciones irreconciliables, hasta que apareció Eddy Martin con una solución salomónica: 100 Deportistas del Siglo.
Pudiera parecer que el margen a error sería mínimo. Pues bien, el matancero José Estrada tuvo más votos que su comprovinciano Orestes Miñoso, quizás el mejor pelotero antes de 1962, pero que a fuer de no mencionarse, anda por el baúl de los recuerdos. Hubo discrepancias, pero las habrá si eligen mil. Julio Romero, un inmarcesible, también fue relegado. Por eso, a la hora de la verdad, es preferible la ciencia.
Mis ojos han visto hacer maravillas a Willie, Zoilo Versalles, Tony González, Agustín Arias, Rodolfo Puente, Germán Mesa, Giraldo González, Eduardo Paret y a Erisbel Arruebarruena, quienes tiraron mal alguna que otra vez, y no lo tuvieron en cuenta los anotadores. Si otros se arriesgaran a buscar el out donde no lo hay, tendrían más errores. Entonces no se premia la genialidad, sino el conformismo.
Por eso, amigos míos, no siempre debemos ir a la exactitud, de vez en cuando hace falta reinventar cosas, descorrer cortinas o financiar un plato menos exquisito. Busque usted peloteros por toda Cuba, remóntese años atrás, ubíquese en épocas históricas y recójalos en su mente. Haga un ajiaco de buen béisbol y ubique en su equipo a quien desee, sin miedo a los reproches. Claro, debemos respetar la calidad. No se aparezca con peloteros de mala muerte por amigos o familiares.
Ahí les va un desliz nocturno, sueño que fortalece el espíritu, contrario a las pesadillas. Los he visto frente a mí, a estadio repleto. Un poco de nostalgia, otro de objetividad. Es complicado eso de comparar épocas y niveles. ¡Pero caramba!, ¿por qué no hacerlo? En mi team no determinarán las estadísticas, aunque las hay. Es subjetivo, basado en  hechos objetivos. Solo aparecen los que han pasado por mis ojos. Reconozco que Martín Dihigo es el más completo, Luque el mejor lanzador, Regino Otero el mejor inicialista, etcétera. Pero no los vi. Mi tiempo los elimina. Por eso tuve en cuenta las siguientes condiciones:
- Verlos jugar, desde la segunda mitad de la década del 50, hasta hoy.
- No acudir a las referencias.
- Las estadísticas influirán, no decidirán.
- El desarrollo de sus carreras, mayoritariamente en Cuba.
- Caben todos, sin excepción.
- Haber nacido en Cuba.
Muchos se destacaron en otros confines, incluyendo las Grandes Ligas, pero no en la Isla, como el gran Tony Oliva, o los dopados José Canseco y Rafael Palmeiro. Otros, nacidos fuera, no son cubanos a pesar de las raíces. Sería como decir que Martí es español porque sus padres eran de allá, y nadie más cubano que él. Son elegibles los que estuvieron en Series Nacionales y después se fueron a otros países. Así hice la elección. Y respondo por ella:
§  Receptor: Juan Castro.
§  Primera base: Antonio Muñoz.
§  Segunda: Tony Taylor.
§  Tercera: Omar Linares.
§  Short stop: Willie Miranda.
§  Left field: Orestes Miñoso.
§  Center field: Víctor Mesa.
§  Right field: Luis Giraldo Casanova.
§  Pitcher derecho: Camilo Pascual.
§  Pitcher zurdo: Miguel Cuéllar.
§  Bateador designado: Orestes Kindelán.
§  Manager: Jorge Fuentes Fleitas.
Ellos dejaron su huella en mí. Algunos en Cuba y después en Las Mayores. Busque usted para ver si encuentra un receptor con las cualidades de Juanito Castro, un superestrella. Antonio Muñoz no necesita epítetos, brilló como ninguno. Tony Taylor fue un almendarista de lujo, que se destacó en las Grandes Ligas, donde se robó siete veces el home. Es antológica su combinación con Willie a fines de la década del cincuenta. Concedo a la posición de camarero un carácter defensivo imprescindible. Cuando jugué con Alfonso Urquiola vacilé, pero sigo con Tony en la cúspide.
Omar Linares tiene asegurado su puesto en cualquier béisbol. Está entre los peloteros con más condiciones naturales que haya dado este país. En franca pelea interna con los torpederos, me decidí por Willie, aquel que paró miles de veces el Cerro y los fanáticos llenaban el estadio para verlo fildear. Fue débil al bate, pero los hits que evitó lo justifican, no he vuelto a ver outs con tanta facilidad cerca del lanzador.
Orestes Miñoso llenó una época con el Marianao y en las Grandes Ligas con los Chicago White Sox y su longevidad deportiva Sin dudas, antes de 1959, junto a otro matancero, Martín Dihigo, fue Miñoso la figura cumbre. Hemos tenido excelentes jardineros centrales, pero ninguno como Víctor Mesa, un pelotero de la gorra a los spikes que se caracterizó por levantar las tribunas con su juego alegre y espectacular. Ahora, búsquese con precisión de relojero un jugador que reúna las cualidades de Luis Giraldo Casanova; no lo encontrará. Se distinguió por su sentido universal del juego. No por gusto Bobby Salamanca le llamó El Señor Pelotero.
Para los lanzadores derechos cerré los ojos y ganó Camilo Pascual, en discusión con Pedro Luis Lazo. Fue un pitcher que no reconoció rivales. Se destacó tanto en la Liga Profesional Cubana, que pronto fue llamado a Las Mayores, donde ganó 174 desafíos, y fue el primer latino en llegar a los 2 000 ponches. Por si fuera poco, jugó con equipos débiles como los Elefantes de Cienfuegos y los Senadores de Washington. Rapidísimo, gran curveador, de excelente slider y otros lanzamientos. Fue, sencillamente, excepcional. Mike Cuéllar se eleva sobre los demás zurdos. Actuó con el Almendares y fue estupendo. En Grandes Ligas conquistó 185 triunfos. Su screwball no ha sido superada.
Para dirigir el equipo escogí a Jorge Fuentes, quien tiene la mejor hoja de servicios dentro y fuera de Cuba. Su capacidad lo mereció, tras una enconada disputa con Fermín Guerra, quien dirigió en el profesionalismo y en las primeras Series Nacionales.
Este ejercicio mental tomó fuerza cuando me llegó una selección de los mejores 100 latinos en Grandes Ligas. Y no pude menos que sonreír cuando leí a Ted Williams, hijo de una mexicana, y a Reggie Jackson en los jardines. Son los aires que soplan hoy, cuando España clasificó para el III Clásico Mundial, sin españoles. Las voces de muchos especialistas andan por los elementos. --¡Las cosas que hay que ver y oír!, –diría el abuelo Pancho.
Por mi selección, mucho más seria, vendrán discusiones y epítetos, pero me pongo el peto y la careta para responder, siempre que sean subjetivas.                              

Otoño de 2012.

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