Por Andrés Pascual
Los beneficios en los canjes efectuados en las Grandes Ligas, por lo general, caen del lado de los más poderosos financieramente, si se producen con el elemento “club convertido en un Viet Nam” y la justificación de “vamos a comenzar la restructuración desde cero”, que quiere decir saca al que no rinde, al que protesta o al que simpatiza con “el rebelde”, entonces está ante el mega-canje (palabrita muy usada por los cronistas de ESPN en español aunque la traduzcan).
Sin embargo, muchas veces un equipo ha cedido novatos casi desconocidos (los Marlins o Minnesotta con Santana son referentes), con el resultado de que los bisoños se convirtieron en estrellas y los estelares declinaron a más velocidad que un volador de a peso, haciendo la operación pésima para el que se consideraba que ganaría, claro, después que “habló la realidad del terreno”.
Están culpando a Beckett (héroe de Serie Mundial dos veces, una para Boston) de cabecilla de la rebelión que produjo una de las más grandes catástrofes de la historia de las Grandes Ligas: el peor agosto-septiembre jamás jugado en los anales del pasatiempo el año pasado.
Sin embargo, Kevin Youkilis, (otro héroe de Serie Mundial para el club), fue culpado por Bobby Valentine como responsable de su fracaso personal como dirigente esta temporada, el jugador anda por Chicago y ya están jugando en California Josh Beckett y dos refuerzos costosísimos, considerados previamente como el puntillazo para establecerse en la foto de periódico con visos de eternidad, con el trofeo del ganador de la Serie Mundial en sus manos.
También mandaron a los Dodgers a Nick Punto, que lo mejor que ha hecho es colocar un comentario en internet sobre la forma considerada “por todo lo alto” como los recibieron en California. Lo que adquirió Boston no interesa mucho como no rindan faenas fabulosas, para lo que se debe esperar, aunque será el mismo compás para Los Ángeles.
Sin embargo, lo preocupante es que, en el papel, se le haya permitido a los Dodgers rearmarse de tal forma que, si juegan pelota, todo el mundo puede “apagar la luz e irse” y hablo del papel, que tiene que influir para aprobar transacciones así, aunque se sabe que no solo es contar con la estrella, sino hacerla que juegue como tal y al equipo mejor que el resto en sentido general.
Don Mattingly, del que nunca se habla como manager, por lo que muy pocos saben cuál es su calificación y yo creo que muy buena para conducir ese club, va a ser la verdadera diferencia con la inserción de los refuerzos en el roster o en el staff, al modo mío de ver el caso, está preparado para hacer jugar a todo el mundo como Dios, el público y los nuevos dueños del club exigen.
Sin embargo, en 1975, cuando Charles O´Finley desbandó a los Atléticos de Oakland y Steinbrenner le dio cinco millones por 3 años a Catfish Hunter en un paquete que incluía a Reggie Jackson, el Comisionado Bowie Khun desautorizó el canje con la justificación de la “ventaja apabullante”, el artillero pudo llegar a los Yankees en la primavera siguiente, luego de que Baltimore “se lo guardara” a la Organización del Bronx.
En 1976 los neoyorquinos ganaron la Liga Americana, pero Cincinnatti los barrió en la Serie Mundial, es decir, lo de trabuco fue relativo, tampoco se comportaron como un club considerable en el rango de los más fuertes de la historia a pesar de Jackson.
Pero llegan los Dodgers y facturan una lista de compras con la mitad de los productos que, supuestamente, sean lo mejor del mercado y el Comisionado, como ha hecho siempre que ha estado en juego el equilibrio, pero, sobre todo, la moral y la decencia del pasatiempo, permite el cambio y vuelve a colocarse en el lugar que… mejor ni decirlo por impublicable.
Sencillamente, el tipo volvió a colocar sus intereses y los de su grupo por encima de la salud del pasatiempo.
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