Por Andrés Pascual
Gene Mauch fue uno de varios hombres de beisbol americanos que se les relaciona con Cuba en diferentes formas: jugó en el champion invernal; dirigió al Minneapolis en 1959 contra los Cubans y perdió; puso en la lista negra injustamente a Panchón Herrera y el artillero cubano, big-leaguer de arriba abajo, nunca pudo regresar a las Mayores; durante los sesentas, tuvo bajo su mando en los Phillies, además de a Herrera, a los criollos Tony Taylor, Cuqui Rojas y el Haitiano González.
En 1967, año en que el outfielder camagüeyano le discutió el champion bate del Viejo Circuito a Roberto Clemente, Mauch era el manager de los Cuáqueros. Para concluir la “conexión cubana” del tipo, una jugada estúpida que le costó, según él, el banderín del circuito en 1964, desarrollada por el utility de cuadro Hiraldo Sablón, conocido fuera de Cuba como “Chico” Ruiz.
El villareño Hiraldo Sablón Ruiz fue un joven jugador de cuadro para el Cienfuegos de la Liga Cubana en los últimos 3 años del circuito, se le proyectaba como a un pelotero de condiciones capaz de alcanzar las Grandes Ligas, si lograba arreglar un problema físico que le zafaba el brazo derecho de la articulación con el hombro. Lo logró.
Al beisbol profesional entró por la vía del Cincinnatti como un producto firmado por Corito Varona, entonces scout principal de los Cubans.
Realmente nunca desarrolló como estrella, sin embargo, actuó lo suficiente como para haber recibido su pensión por 8 años de servicio, que nunca cobró por su muerte prematura en accidente de autos en San Diego en 1973.
Sablón consta como el único jugador que haya bateado de emergente por Johnny Bench, fue 1967.
Cuando en 1969 el shortstop de los Rojos se lesionó, pues la encomienda de ocuparse de la posición recayó en Sablón, sin embargo, en contra de la supuesta alegría que debe producir jugar regularmente, a los pocos días, el cubano irrumpió en la oficina del gerente del club con el ultimátum “o me sientan o me cambian”, rigurosamente cierto y constancia argumental como una de las más estúpidas frases dichas en el beisbol. Por supuesto, fue cambiado al San Diego de Preston Gómez.
Al 21 de Septiembre de 1964 lo llaman “El Día Negro del Deporte Philly”, según magos, adivinos, fanáticos presentes en el estadio y ausentes, jugadores, prensa y todo el mundo esa tarde se inició el más monumental colapso de club alguno en los anales de las Grandes Ligas.
El día funesto los Phillies de Filadelfia tenían en venta los tickets de entrada a la Serie Mundial, en pocas hora habían vendido más de 90,000; aunque el club no tenía un superestrella como Mays, Frank Robinson o Hank Aaron, estaba bien equilibrado y con buen pitcheo.
Esa tarde Gene Mauch colocó en el balk a Art Mahaffey que, a decir verdad, hizo su mejor trabajo del año, pero llegaron empatados al 6to inning y…
Con un out, Sablón metió rolling de hit al center, acto seguido, Vada Pinson encendió un cohete al right que quiso extender a doble, pero Johnny Callison se lo impidió con disparo perfecto a segunda y el cubano avanzó a tercera.
Acto seguido llegó al home Frank Robinson, no solo el mejor bateador que tenía el Cinci, sino uno de los mejores del beisbol, por lo que el pitcher se concentró en el artillero, al que colocó en un strike y dos bolas, mientras desatendia al corredor, un pelotero que podía cometer una “cayucada” en cualquier situación, porque nunca estaba al tanto del juego, por lo que el concepto “juego inteligente” no le era familiar, acaso ni medianamente.
Al 4to lanzamiento de Mahaffey, todo el mundo vio asombrado cómo el villareño se lanzó al home en intento suicida de robo por cuenta propia y cómo el lanzamiento, un wild afuera, le resultó imposible de retener al cátcher Clay Dalrymple.
Esa carrera fue suficiente para que el Cincinnatti ganara el juego, que terminó 1-0
¿A quién se le puede ocurrir intentar estafar el home con dos outs y con un bateador derecho en una y dos? Por su historial de cosas “raras”, a Hiraldo Sablón.
Todavía Frank Robinson abandona cualquier lugar en que se encuentre cada vez que le mencionan la jugada.
Pete Rose declaró “no puedo creer que una jugada, más que estúpida anormal, haya salido tan bien”.
Entre gritos y maldiciones, Mauch bautizó a Sablón como Chico “Fucking” Ruiz.
Después de esta derrota, se iniciaron una serie de acontecimientos que hicieron que Filadelfia perdiera la ventaja y el campeonato contra los Cardenales de San Luis.
Sin embargo, Gene Mauch nunca habló de la razón por la que, a partir del 21 de Septiembre, utilizó cada dos días a Jim Bunning y a Cris Short, a pesar de tener a Ray Culp en la rotación de abridores, lo que, casi seguro, tuvo que ver más que el home que le robó Sablón a Mahaffey por descuidarse, después de todo.
En 1972, mientras militaba en el California Angels, Sablón le sacó una pistola a Alex Johnson y lo hizo correr más que un maratonista olímpico. Por el hecho lo bajaron a Triple A.
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