Más de una persona se ha pronunciado respecto a la posible participación de Cuba en la Serie del Caribe, algunos a favor, otros en contra. Sin embargo, lo que más llama la atención es el escrito que apareció en el sitio digital www.jit.cu en el que Antonio Díaz se refiere a la factibilidad (o a la no factibilidad) de interrumpir la Serie Nacional para tomar parte en un torneo del que nos ausentamos hace casi 50 años.
No quiero entrar en contradicciones, pero sí me parece que en estos momentos todos los que tienen interés en que la pelota cubana mejore, y que tope, deben estar a favor de cambiar las cosas, y no luchando por mantener el status quo. La Serie Nacional es insuficiente, y aunque probablemente en la próxima campaña se desarrolle un torneo selectivo, o de más nivel, no basta, pues nuestros bateadores y lanzadores continuarán enfrentando a los mismos rivales, aunque la calidad se concentre.
¿Vale la pena interrumpir la Serie Nacional? Absolutamente sí. El hecho de que se rompa el récord de jonrones de manera tan seguida es alarmante, toda vez que a la vista salta el hecho de que internacionalmente el desempeño general del equipo Cuba no mejora.
¿No vale la pena acaso interrumpir la Serie Nacional para participar en el Clásico Mundial de Béisbol? Hacerlo para tomar parte en la Serie del Caribe, un evento en el que se va a topar con peloteros profesionales, es una decisión que al convertirse en cotidiana no alteraría la campaña nacional, excepto la primera vez… pero por una vez se empieza. Sería una forma de contrarrestar la falta de posibilidades de topar a nivel internacional, debido a la eliminación de torneos internacionales como la Copa Mundial de Béisbol y la Copa Intercontinental. Solamente nos queda el Torneo de Ciudades Portuarias de Rotterdam y la Semana Beisbolera de Haarlem, celebrados en Holanda en años alternos, y cuyas últimas respectivas ediciones hemos perdido.
No creo que el panorama socio-político pueda influir negativamente en esta aspiración, pues en los tiempos actuales se trata de unir, no de dividir. Siempre y cuando las condiciones habituales se cumplan, la situación política no debe ser un obstáculo para insertarse en un evento en el que Cuba tuvo una participación gloriosa, que algunos que peinan canas aún recuerdan, y que otros más jóvenes quisieran tener la oportunidad de ver.
A esto se le puede sumar el hecho de que sería la mayor oportunidad de que Cuba sirva de sede a un torneo con jugadores profesionales, pues el panorama económico – éste si debe tenerse en cuenta – no nos permite recibir una sede para el Clásico Mundial de Béisbol, pues nadie pondría el precio de las entradas al Estadio Latinoamericano en 20 dólares. La Serie del Caribe es un torneo que se desarrolla en nuestra área geográfica, y al que es posible asistir año tras año sin que esto lleve una inversión tan grande. Tener o no una sede… bueno, ¿hemos sido acaso anfitriones de Juegos Olímpicos? Eso nunca nos ha impedido participar.
Si Corea del Sur, un país con mayor desarrollo que Cuba, y con mayores posibilidades de topar – véase la Serie de Asia, evento similar a la Serie del Caribe y del que son los actuales campeones –, decide "aventurarse" es porque lo consideran positivo. ¿Acaso no lo es para Cuba, un país cuyas posibilidades de enfrentarse al béisbol profesional son menores cada año?
Son muchos los seguidores que tiene la idea de insertar a Cuba nuevamente en el torneo caribeño. Sería también una forma – si pensamos de una forma menos egoísta – de ayudar a salvar el evento, que recibió numerosas críticas de diferentes medios de prensa internacionales este año debido a la coronación del equipo Leones del Escogido, perteneciente a República Dominicana, a pesar de haber perdido en las dos últimas jornadas.
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