KISSIMMEE, Florida -- Miguel Cabrera se perderá los próximos partidos de exhibición de los Tigres de Detroit con una pequeña fractura debajo del ojo derecho, pero los médicos dijeron que no tendrá inconvenientes para estar en la alineación en el partido inaugural de la temporada el 5 de abril en Comerica Park.
Pero esas son apenas las buenas noticias alrededor del invento de los Tigres de sacar a Cabrera de la primera base para ponerlo en la otra esquina del cuadro interior. Las malas podrían venir en camino.
Cabrera abandonó el partido de exhibición del lunes contra los Filis de Filadelfia en Clearwater, Florida, tras ser golpeado en el rostro, cerca del ojo derecho, por un batazo de Hunter Pence. La bola bateada por Pence tuvo un rebote violento que cortó a Cabrera y lo hizo sangrar copiosamente.
Los Tigres informaron que el pelotero recibió ocho puntos de sutura y otros exámenes mostraron que tiene una pequeña fractura, aunque sin daños importantes en el ojo. Cabrera se prepara para jugar en la tercera base después que Detroit firmara al inicialista agente libre Prince Fielder por nueve temporadas y $214 millones de dólares.
No se sabe exactamente quién la dijo, pero la frase es tan simple y clara como real e irrebatible: "No se arregla lo que no está dañado". De tanto escucharla, la hemos asumido como un axioma del béisbol y de la vida.
Lo sucedido el lunes fue una mera casualidad y le podía pasar a cualquiera -- incluso a un Guante de Oro, dijo el manager Jim Leyland -- pero no debió ocurrir a Cabrera. Al menos no en la esquina caliente. Punto.
En Cabrera, uno de los mejores bateadores de esta generación con una defensa regular, los Tigres tenían un inicialista por encima del promedio. Al adquirir a Fielder, más por su bate zurdo de poder que por su defensa, Detroit se vio obligado a sacrificar a alguien y en este caso, ese alguien fue Cabrera, nada más y nada menos que el mejor jugador del equipo.
"Nunca sacrificarás a tu mejor pelotero hasta el punto de colocarlo en una situación incómoda" es la nueva frase que deberían aprenderse de memoria los ejecutivos del béisbol.
Cabrera, quien batea .317 con 277 jonrones y 984 carreras empujadas en sus primeras nueve temporadas en Grandes Ligas, viene de ganar el título de bateo (.344) y pelear por el premio Jugador Más Valioso de la Liga Americana. Cambiar de posición no es exactamente lo que necesitaba para defender su cetro de bateo y buscar su primer JMV.
La tercera base no es extraña para Cabrera, quien ha jugado en 387 partidos en la esquina caliente, pero ninguno desde el 2008, cuando Detroit lo usó en 14 encuentros allí. Hasta el año anterior se había desempeñado como antesalista regular de los Marlins de Miami.
Cuando Florida lo firmó en 1999, Cabrera era torpedero. Cuando alcanzó las Grandes Ligas cuatro años más tarde tenía la flexibilidad para desempeñarse en las esquinas de los jardines y el infield. Pero desde entonces ha pasado mucho tiempo, varias libras se agregaron y algunos reflejos se perdieron.
En la tercera base, Cabrera se sentirá que es sometido a una prueba en cada oportunidad de fildeo, en cada lance a primera base, en cada cobertura de un toque del equipo opositor. Una presión extra que si es llevada al plato podría afectar su gran capacidad de hacerle daño a los lanzadores rivales.
Pero incluso si el proyecto saliera a flote en el 2012, cada año siguiente será más difícil de ejecutarlo y por razones económicas y de otras índoles, los Tigres se han colocado en una posición en donde el margen de resolver la situación es bastante limitado, al menos por los próximos tres años. Veamos:
Fielder está firmado hasta el 2020, Cabrera hasta el 2015 y el venezolano Víctor Martínez, el bateador designado oficial del conjunto, hasta el 2014. Para pasar a Cabrera o Fielder al puesto de designado hay que esperar que expire el contrato de V-Mart, ya que Alex Ávila se ha establecido como el catcher titular.
Pero incluso intentar convertir a Cabrera o Fielder en designados no será una tarea fácil. Cabrera apenas tiene 28 años de edad. Fielder es un año más joven. Ambos tienen agentes y pertenecen a la poderosa Asociación de Peloteros de Grandes Ligas. Mejor descartemos esa posibilidad en el futuro cercano.
Si les interesa, les informo que mientras Cabrera y Martínez no poseen cláusulas para impedir ser cambiados, Fielder tiene poder para vetar ser movido a 20 equipos hasta el 2016 y luego adquirirá los derechos 10-5 (10 años en Grandes Ligas y cinco con el mismo equipo). Cabrera será un 10-5 después del 2012. V-Mart no tendrá ese privilegio.
En resumen, cuando fichó a Fielder, Detroit consiguió un gran bate zurdo, pero se metió en un problema del gordo de su inicialista y la única salida momentánea al asunto es que Cabrera juegue al menos adecuadamente la tercera base hasta el final de su contrato, algo que en febrero lucía difícil y se complicó aún más después del episodio del lunes.
AUTOR : Enrique Rojas ESPN
Pero esas son apenas las buenas noticias alrededor del invento de los Tigres de sacar a Cabrera de la primera base para ponerlo en la otra esquina del cuadro interior. Las malas podrían venir en camino.
Cabrera abandonó el partido de exhibición del lunes contra los Filis de Filadelfia en Clearwater, Florida, tras ser golpeado en el rostro, cerca del ojo derecho, por un batazo de Hunter Pence. La bola bateada por Pence tuvo un rebote violento que cortó a Cabrera y lo hizo sangrar copiosamente.
Los Tigres informaron que el pelotero recibió ocho puntos de sutura y otros exámenes mostraron que tiene una pequeña fractura, aunque sin daños importantes en el ojo. Cabrera se prepara para jugar en la tercera base después que Detroit firmara al inicialista agente libre Prince Fielder por nueve temporadas y $214 millones de dólares.
No se sabe exactamente quién la dijo, pero la frase es tan simple y clara como real e irrebatible: "No se arregla lo que no está dañado". De tanto escucharla, la hemos asumido como un axioma del béisbol y de la vida.
Lo sucedido el lunes fue una mera casualidad y le podía pasar a cualquiera -- incluso a un Guante de Oro, dijo el manager Jim Leyland -- pero no debió ocurrir a Cabrera. Al menos no en la esquina caliente. Punto.
En Cabrera, uno de los mejores bateadores de esta generación con una defensa regular, los Tigres tenían un inicialista por encima del promedio. Al adquirir a Fielder, más por su bate zurdo de poder que por su defensa, Detroit se vio obligado a sacrificar a alguien y en este caso, ese alguien fue Cabrera, nada más y nada menos que el mejor jugador del equipo.
"Nunca sacrificarás a tu mejor pelotero hasta el punto de colocarlo en una situación incómoda" es la nueva frase que deberían aprenderse de memoria los ejecutivos del béisbol.
Cabrera, quien batea .317 con 277 jonrones y 984 carreras empujadas en sus primeras nueve temporadas en Grandes Ligas, viene de ganar el título de bateo (.344) y pelear por el premio Jugador Más Valioso de la Liga Americana. Cambiar de posición no es exactamente lo que necesitaba para defender su cetro de bateo y buscar su primer JMV.
La tercera base no es extraña para Cabrera, quien ha jugado en 387 partidos en la esquina caliente, pero ninguno desde el 2008, cuando Detroit lo usó en 14 encuentros allí. Hasta el año anterior se había desempeñado como antesalista regular de los Marlins de Miami.
Cuando Florida lo firmó en 1999, Cabrera era torpedero. Cuando alcanzó las Grandes Ligas cuatro años más tarde tenía la flexibilidad para desempeñarse en las esquinas de los jardines y el infield. Pero desde entonces ha pasado mucho tiempo, varias libras se agregaron y algunos reflejos se perdieron.
En la tercera base, Cabrera se sentirá que es sometido a una prueba en cada oportunidad de fildeo, en cada lance a primera base, en cada cobertura de un toque del equipo opositor. Una presión extra que si es llevada al plato podría afectar su gran capacidad de hacerle daño a los lanzadores rivales.
Pero incluso si el proyecto saliera a flote en el 2012, cada año siguiente será más difícil de ejecutarlo y por razones económicas y de otras índoles, los Tigres se han colocado en una posición en donde el margen de resolver la situación es bastante limitado, al menos por los próximos tres años. Veamos:
Fielder está firmado hasta el 2020, Cabrera hasta el 2015 y el venezolano Víctor Martínez, el bateador designado oficial del conjunto, hasta el 2014. Para pasar a Cabrera o Fielder al puesto de designado hay que esperar que expire el contrato de V-Mart, ya que Alex Ávila se ha establecido como el catcher titular.
Pero incluso intentar convertir a Cabrera o Fielder en designados no será una tarea fácil. Cabrera apenas tiene 28 años de edad. Fielder es un año más joven. Ambos tienen agentes y pertenecen a la poderosa Asociación de Peloteros de Grandes Ligas. Mejor descartemos esa posibilidad en el futuro cercano.
Si les interesa, les informo que mientras Cabrera y Martínez no poseen cláusulas para impedir ser cambiados, Fielder tiene poder para vetar ser movido a 20 equipos hasta el 2016 y luego adquirirá los derechos 10-5 (10 años en Grandes Ligas y cinco con el mismo equipo). Cabrera será un 10-5 después del 2012. V-Mart no tendrá ese privilegio.
En resumen, cuando fichó a Fielder, Detroit consiguió un gran bate zurdo, pero se metió en un problema del gordo de su inicialista y la única salida momentánea al asunto es que Cabrera juegue al menos adecuadamente la tercera base hasta el final de su contrato, algo que en febrero lucía difícil y se complicó aún más después del episodio del lunes.
AUTOR : Enrique Rojas ESPN
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