El conjunto escualo colocó en ocho su número mágico para regresar a la postemporada y se puso a un triunfo de alcanzar los 30 en la campaña.
Ellos no lo dicen. Pero los Tiburones de La Guaira se colocaron anoche a un triunfo de obtener 30 victorias en la eliminatoria, una cifra que los coloca a la puerta del clasificar al round robin cuando aún quedan tres semanas de ronda regular.
"Aquí nadie se va a relajar ni a bajar la guardia. Las posiciones en la tabla de clasificación están muy cerradas y no podemos menospreciar a ningún rival"; señaló el manager escualo Marco Davalillo, minutos después que su equipo despachara a los Bravos de Margarita con pizarra de 5 carreras por 1 en el estadio Universitario; un laurel que los atornilla a la cima de la tabla de posiciones y los separa a seis juegos y medio de los últimos tres peldaños.
Paolo Espino se recuperó de su mala salida de la semana pasada, limitando al bando insular a una carrera en cinco innings completos de actuación, en los que solo espació tres inatrapables. "Traté de mantener la pelota bajita y hubo un buen llamado en los pitcheos", confesó el abridor para darle crédito al careta Héctor Sánchez.
Pero el aporte de Sánchez no se limitó a la defensiva. Con el madero sacudió dos imparables para remolcar un par de rayitas (34), que lo pusieron a tan solo un flete del liderato en la campaña.
"Estoy contento con el trabajo que estoy haciendo, pero no he pensado en éxitos individuales. Solo busco dar lo mejor de mí para ayudar al equipo y así las cosas han salido muy bien", acotó el principal candidato para obtener el premio Novato del Año y quien también opta por la Triple Corona de Bateo y el galardón para el Jugador Más Valioso.
La victoria colocó el número mágico de los Tiburones para alcanzar la clasificación a la semifinal en ocho. Cada triunfo de La Guaira o derrota de los Cardenales restará la cifra, y al llegar a cero los salados tendrán su boleto sellado para volver a la postemporada.
"Aquí nadie se va a relajar ni a bajar la guardia. Las posiciones en la tabla de clasificación están muy cerradas y no podemos menospreciar a ningún rival"; señaló el manager escualo Marco Davalillo, minutos después que su equipo despachara a los Bravos de Margarita con pizarra de 5 carreras por 1 en el estadio Universitario; un laurel que los atornilla a la cima de la tabla de posiciones y los separa a seis juegos y medio de los últimos tres peldaños.
Paolo Espino se recuperó de su mala salida de la semana pasada, limitando al bando insular a una carrera en cinco innings completos de actuación, en los que solo espació tres inatrapables. "Traté de mantener la pelota bajita y hubo un buen llamado en los pitcheos", confesó el abridor para darle crédito al careta Héctor Sánchez.
Pero el aporte de Sánchez no se limitó a la defensiva. Con el madero sacudió dos imparables para remolcar un par de rayitas (34), que lo pusieron a tan solo un flete del liderato en la campaña.
"Estoy contento con el trabajo que estoy haciendo, pero no he pensado en éxitos individuales. Solo busco dar lo mejor de mí para ayudar al equipo y así las cosas han salido muy bien", acotó el principal candidato para obtener el premio Novato del Año y quien también opta por la Triple Corona de Bateo y el galardón para el Jugador Más Valioso.
La victoria colocó el número mágico de los Tiburones para alcanzar la clasificación a la semifinal en ocho. Cada triunfo de La Guaira o derrota de los Cardenales restará la cifra, y al llegar a cero los salados tendrán su boleto sellado para volver a la postemporada.
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