Por Horacio Ibarra.
Sólo ellos han destacado como lanzadores en la Liga Mexicana de verano conquistando además un título de bateo y son parte fundamental en la historia del Salón de la Fama del Beisbol Profesional de México.
Sólo ellos han destacado como lanzadores en la Liga Mexicana de verano conquistando además un título de bateo y son parte fundamental en la historia del Salón de la Fama del Beisbol Profesional de México.
En la historia del beisbol se han dado casos bastante interesantes que son dignos de recordarse. Entre ellos encontramos el de un par de lanzadores que destacaron en la década de los cuarentas y que actualmente son recordados por su enorme habilidad sobre el campo de juego en diferentes facetas.
Naturalmente, estamos hablando de los cubanos Martín Dihigo y Lázaro Salazar, par de estrellas rutilantes de nuestra pelota.
Ellos fueron parte del segundo grupo de jugadores que ingresaron al Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, cuando todavía no existía un recinto acondicionado para tal efecto. Sus nombres fueron seleccionados por los cronistas capitalinos en 1964, junto a los inolvidables Epitacio “La Mala” Torres, Angel Castro, Ramón Bragaña y Genaro Casas, sexteta de luminarias reconocidas.
En la actualidad, los dos cubanos han sido catalogados de la siguiente forma: Martín Dihigo es el pelotero más completo de todos los tiempos y Lázaro Salazar es reconocido como el mejor manager de todas las épocas.
Historias paralelasLa trayectoria de ambos jugadores deslumbró de una manera notable. Ambos se iniciaron como lanzadores, pero eran tan buenos para jugar beisbol que incluso lograron agenciarse un título de bateo en los primeros años de la Liga Mexicana. Un caso bastante raro que sólo puede ser logrado por los privilegiados del diamante.
Indudablemente, Dihigo y Salazar pertenecían a esa clase selecta. Martín Dihigo lo hizo en 1938 y Lázaro Salazar al año siguiente.
El gran “Maestro”Para darnos cuenta de su enorme categoría como peloteros, basta echar una ojeada a sus conquistas en el terreno
Dihigo fue el primer pitcher en lanzar sin hit ni carrera. Esto aconteció el 16 de septiembre de 1937 en contra de Nogales. “El Maestro” lanzó nueve innings y ganó 4-0 en partido efectuado en tierras veracruzanas. Un año más tarde obtuvo la triple corona de pitcheo al agenciarse los lideratos de ganados y perdidos, efectividad y ponches. Tuvo una marca de ganados y perdidos de 18-2 (.900), con 0.90 de carreras limpias y 184 ponches jugando para el Aguila. Además fue el máximo ganador de la temporada con sus 18 triunfos.
Como si eso fuera poco, el inmortal cubano dio una razón contundente del porque está considerado el pelotero más completo de todos los tiempos al agenciarse el título de bateo esa misma campaña, obteniendo un alto porcentaje de .387 milésimas. Dihigo jugó 42 partidos con 142 veces al bat, disparó 55 imparables, de ellos seis jonrones, con 27 carreras impulsadas. Simplemente, era un portento de la pelota.
Todavía se dio el lujo de encabezar en tres ocasiones al circuito en ponches. En 1939 abanicó a 202, en el 42 a 211 y un año más tarde despachó a 134. La endemoniada velocidad que le imprimía a la esférica nulificaba a los bateadores.
No era príncipe, era un rey
Un caso similar acontecía con Lázaro Salazar. El llamado “Príncipe de Belem” era un excelente serpentinero. En 1939 fue el máximo ganador de la Liga Mexicana con 16 victorias, además, en su calidad de manager le dio el título a los Cafeteros de Córdoba.
Un caso similar acontecía con Lázaro Salazar. El llamado “Príncipe de Belem” era un excelente serpentinero. En 1939 fue el máximo ganador de la Liga Mexicana con 16 victorias, además, en su calidad de manager le dio el título a los Cafeteros de Córdoba.
Ese fue el primer gallardete para el manager cubano que más tarde iba a convertirse en el máximo ganador de todos los tiempos con siete conquistas. Pero en la campaña del 39 obtuvo uno de los lauros más importantes de su carrera, conquistando el título de bateo con la novena de Córdoba. Salazar le dio a la bola para .374 de porcentaje con 58 hits en 155 veces al bat, participando en 45 encuentros. Además conectó cuatro jonrones y produjo 33 carreras.
En 1945 tuvo oportunidad de conseguir una hazaña desde la lomita de lanzadores. El 10 de junio enfrentó a los Tecolotes de Nuevo Laredo y les lanzó juego sin hit pero con carrera, en partido de nueve innings realizado en Monterrey, con pizarra de 5-2.
Como manager, Lázaro llevaría al título al Veracruz en 1941 y luego le daría cuatro campeonatos al Monterrey, con tres de ellos consecutivos para hacer historia. El primero fue en 1943 y el tricampeonato de 1947 al 49, desde entonces a la fecha ningún otro manejador ha conseguido igualar su hazaña. Todavía en 1956 logró otro banderín comandando a los Diablos Rojos del México.
A 50 años de distancia de su último título obtenido, Lázaro sigue siendo considerado el mejor manager y Martín Dihigo el pelotero más completo de todos los tiempos. Los cubanos plasmaron una incomparable historia de calidad y triunfos en su brillante paso por el circuito veraniego. ¡Sólo ellos podían hacerlo!.
Fuente: http://www.salondelafama.com.mx
Foto 1: Martín Dihigo, el pelotero más completo de todos los tiempos.
Foto 2: Lázaro Salazar, el mejor manager en el beisbol mexicano.
Foto 2: Lázaro Salazar, el mejor manager en el beisbol mexicano.
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