Por Andrés Pascual
La pelota de la década de los 60’s no era lo mejor que el público cubano podía disfrutar; porque los grandes peloteros criollos de la época estaban fuera de Cuba jugando como profesionales en diferentes circuitos del Béisbol Organizado; se incluyen en el grupo de peloteros de Grandes Ligas y Triple-A a varios que no se les conoció nacionalmente, de La Habana o del interior, porque nunca jugaron en el champion, como José Cardenal, Tito Fuentes, Tani Pérez, Tony Oliva… o como el catcher Paulino Casanova, que quedó en el círculo de espera del Almendares para batear como emergente, cuando Enrique Izquierdo se convirtió en el ultimo out de la gloriosa Liga Cubana.
En el medio, muchos jugadores que tuvieron poco tiempo como miembros del róster de los 4 equipos el último ano de la Liga Invernal, por lo que el fanático no los vio desarrollar y, debido a eso, son poco conocidos: Luis Tiant, Novato del Ano pitcheando para los Leones del Habana; el pitcher zurdo Marcelino López, que tenía 17 años cuando lanzó para el Almendares en la última temporada 1960-61; Martin Rossell, infielder del Marianao; Ramón Villar, jardinero del Almendares; Ivan Davis, pitcher también de los Azules; Lorencito Fernández, Marianao; Oscarito Flores, Marianao; Maximo García, Lorenzo “Habichuelas” Gómez, José Arcia, Jacinto “Jackie” Hernández, Dagoberto Blanco “Campy” Campaneris, Aurelio Monteagudo…En La Habana fueron conocidos aquellos novatos por la pelota juvenil y en el interior en ligas populares, municipales; o en Pedro Betancourt.
Estos, además de los consagrados como profesionales, en Liga Grande o no, eran la cantera del béisbol nacional más lo que apareciera con el paso de los años, desde 1961 hasta el presente.
Sin embargo, cuando Castro obligó a las Series Nacionales, a las que se les pretendió imponer como “el mejor béisbol del mundo”, los jugadores que conformaron los iniciales cuatro equipos, eran muy pocos que no quisieron firmar como Mario González, Jorge Triguora y Mariano Alvarez, dentro de la mayoría que no se profesionalizaron, porque los scouts y entrenadores de la Liga Cubana y de los Cubans Sugar Kings, no les vieron las condiciones que la categoría exigía, entre estos, Miguel Cuevas, Daniel Hernández, J.J. Alvarez o Rolando “El Gallego” Valdés, que se probaron con los Cubans en Morón más de una vez y no recibieron ofertas de contrato; o como Raul “Guaguita” López, Antonio “Ñico” Jiménez, Urbano González, Pedro y Diwaldo Antón, Antonio “Chucho” Rubio, Isidro Borrego, Aquino Abreu y muchos otros, que se presentaron a las pruebas en el Cerro de los clubes del Champion más de 2 veces cada uno, amén de al Ferroviario a probar con los Azucareros de Bobby Maduro.
En 1961, Cuba perdió la Serie Mundial Juvenil en el Cerro contra Méjico, después que Manolo Hurtado y Manuel “Amorós” Hernández rindieron faenas increíbles como pitchers.
La Serie Mundial Juvenil que debió jugarse en Méjico en 1962, no se efectuó por lo de la Crisis de Octubre; pero de la Nacional de la categoría, que se jugó en Las Villas, salieron peloteros como Justino Gavilán, Felix Smith y, sobre todo, Félix Isasi. A aquella nacional juvenil asistió, con solo 15 años, el pitcher pinareño Emilio Salgado, quien estaría en el equipo nacional en 1964 y 1965 que efectuó encuentros con una representación canadiense en Cuba y en Canadá, al lado de Armando y José Capiró, Fermín Laffita, Agustín Marquetti, Oscar Romero…
A partir de la entrada de Félix Isasi y Rigoberto Rosique (Cuba juvenil 1961), con la adición posterior de los juveniles del 64 y 65 que jugaron la Serie Nacional de Segunda Categoría en Camaguey, es que comienza a fortalecerse el béisbol de Castro, al que también habría que añadirle a Julián Villar, a Silvio Montejo (Cuba juvenil 1961 como pitcher) y a los juveniles de 1966 que tampoco viajaron al exterior y que colocó en Series Nacionales a Wilfredo Sánchez, a José A. Huelga y a Rodolfo Puente, entre otros.
Cuando se entró a 1969-70, con muy pocos descartes del profesionalismo activos, se pudo decir que se estaba en presencia del inicio de la cantera abortada por el castro-comunismo que, con clase y en cantidad relativamente interesante, alcanzó hasta finales de los 80’s.
En las manos de Changa Mederos, de Capiró, de Legón, de Isasi, de Marquetti, de Roberto Valdés, de Puente, de Owen Blandino, de Oscar Romero, de Wilfredo, de Rosique, de Huelga, de Rolando Macías, de Lazaro Santana…estuvo la etapa de juego que continuó hasta 1989 que, acaso, pueda considerarse la única de real fuerza jugada en Cuba en todos los 47 años de beisbol castrocomunista.
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