¿Será verdad que los milagros existen? La casi segura contratación de Ozzie Guillén como manager de los Marlins de Miami es un muy buen primer paso para la reconstrucción de un equipo que el año próximo estrena estadio nuevo.Díganle polémico, peleón, pesado, malcriado o como quieran, pero Guillén es la persona más indicada para dirigir a los Marlins porque tiene, sobre todo, espíritu ganador.
De antemano esperemos chispas. El venezolano es de los managers a la antigua. Hay que jugarle duro o jugarle duro. No hay de otra. Y me imagino que si acepta venir, pondrá condiciones para que nadie se inmiscuya en sus decisiones dentro del terreno.
También le tocará a Hanley Ramírez poner todo sobre la grama. Ozzie no tolera malacrianzas, ni apatías. Le llegó la hora al dominicano de demostrar el liderazgo que de él se espera, porque talento le sobra, pero actitud ganadora le falta bastante.
No importa si el dueño Jeffrey Loria apadrina personalmente a Hanley. Guillén no es ni Joe Girardi, ni Fredi González. Hay fuego en la sangre del venezolano y hará lo que tenga que hacer para sacarle lo mejor a cada uno de sus discípulos.
Ahora bien, con lo que tiene ahora mismo, ni el mismísimo Casey Stengel, si resucita, podrá aspirar a mucho.
Loria tendrá que abrir su billetera para llenar huecos fundamentales, como la antesala, los jardines y el cuerpo de pitcheo.
A Matt Domínguez se le compara defensivamente con el legendario Brooks Robinson, pero su bateo es pobre, pobrísimo, para una posición eminentemente ofensiva.
Y Greg Dobbs, bastante bueno con el madero, tiene un hoyo en el guante demasiado grande.
En las praderas, sólo el poderoso Mike Stanton, con mucho camino por recorrer aún, parece garantizado en su posición, mientras que Logan Morrison no acaba de madurar y el Novato del Año del 2009, Chris Coghlan, se ha visto eclipsado por lesiones y su futuro es incierto.
En cuanto al pitcheo, si Josh Johnson se recupera, será el número uno indiscutible de la rotación, mientras que el venezolano Aníbal Sánchez y Ricky Nolasco necesitan estabilizar su rendimiento.
De ahí en lo adelante hay que inventar. No sería descabellado aprovechar al veteranísimoLiván Hernández, quien muere por retirarse con los Marlins.
Liván es un caballo de batalla que aportaría muchos innings de trabajo y haría la suerte de un coach extra, dada su experiencia vastísima en el arte de lanzar, aparte del impacto de taquilla que tendría en una comunidad mayoritariamente cubana.
También se necesitan relevistas confiables y sobre todo, un cerrador certero, mucho más seguro que Leo Núñez o Juan Carlos Oviedo o como se llame.
Además, hará falta ofensiva. Hombres que empujen carreras, departamento en que los Marlins ocupan el undécimo lugar de la Liga Nacional.
Algunos rumores sitúan a Miami como el próximo destino nada menos que de Albert Pujols.
Pero cuando lo vea, lo creo. Pujols va a pedir demasiado dinero y ya rechazó el año pasado una oferta de los Cardenales por ocho años y 240 millones.
¿Va abrir Loria su billetera a ese extremo? ¿Será verdad que los milagros existen?
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