Después de tres anillos de campeón y más de 500 jonrones, es difícil imaginar que los Medias Rojas una vez agonizaron sobre la decisión de poner a jugar a David Ortiz o a Shea Hillenbrand.
Ese fue el debate en la gerencia de Boston durante la temporada del 2003. El dominicano Ortiz había sido firmado en enero de ese año, luego de que los Mellizos no le ofrecieran contrato tras una línea ofensiva de .266/.348/.461 y 58 cuadrangulares en 1,693 visitas al plato. Hillenbrand venía de un 2002 en que fue convocado al Juego de Estrellas. Y con Kevin Millar y Bill Mueller encargándose de la primera y la tercera, respectivamente, el gerente general Theo Epstein tenía que tomar una decisión bien difícil.
Lo explicó de la siguiente manera el ahora presidente de operaciones de béisbol de los Cachorros:
"David Ortiz dio apenas dos jonrones en los primeros (dos meses) de la temporada del 2003 y a mediados de mayo, mandó a su representante a pedirme un cambio a otro equipo donde pudiera jugar de manera más regular", contó Epstein en el programa Executive Access de MLB.com. "Fernando Cuza vino a hablar conmigog y le dije en ese momento a Cuza que David era alguien que queríamos que agotara turnos a diario, pero que necesitábamos hacerle algunos ajustes al roster. Terminamos cambiando a Hiillenbrand en vez de David Ortiz, así que ya podemos ver que fue una buena decisión. David empezó a jugar de manera regular y terminó dando casi 30 jonrones en la segunda mitad de la campaña. De ahí comenzó a convertirse en Big Papi".
Hillenbrand fue enviado a Arizona a mediados de mayo por Byung-Hyun Kim a finales de mayo, Ortiz terminó la temporada con 31 vuelacercas y al año siguiente los Medias Rojas ganarían su primera Serie Mundial desde 1918.