Claudio Rodríguez Otero
Visita al Estadio Mazda de Hiroshima
El miércoles 23 de mayo tuvimos la fortuna de llegar a Japón para nuestra visita anual no sólo a este maravilloso país, sino también a su fantástica liga de béisbol, que cada año nos regala más alegrías a todos los latinoamericanos.
Ya son 12 años seguidos que hemos tenido la fortuna de cruzar el Océano Pacífico para venir al archipiélago nipón y no podríamos estar más satisfechos y sorprendidos con las increíbles experiencias que hemos tenido la oportunidad de vivir aquí.
Este año no ha sido la excepción, por lo que de inmediato compartimos con ustedes las primeras notas de la edición 2018 de nuestro viaje.
Hecho en Japón, para toda la vida
El teléfono SoftBank que compramos es similar al blanco que se ve en este video
Ha sido increíble comprobar, una vez más, la calidad de las cosas que se producen aquí en Japón. Cuando visitamos el país en el año 2010, decidimos comprar un teléfono celular prepagado de la compañía SoftBank para facilitar la comunicación con nuestros contactos cada vez que venimos de visita. Desde entonces, cada vez que llegamos a estas tierras lo primero que hacemos es comprar una tarjeta de prepago para agregarle dinero a nuestra cuenta y poder hacer llamadas y enviar mensajes de texto. ¿Qué existe de sorprendente en todo esto? Pues que la batería de ese teléfono que compramos en 2010 (es decir, hace 8 largos años) todavía funciona y todavía es capaz de durar varios días sin necesidad de ser recargada. Cuando llegamos a Japón el miércoles en la tarde la recargamos. Hoy es lunes y todavía está llena. Es cierto que no hemos realizado muchas llamadas ni enviado muchos mensajes de texto en ese período, pero no por eso deja de ser sorprendente el asunto. En otras partes del mundo una batería de un teléfono celular, se utilice mucho o no, muere después de cierto tiempo, literalmente. Llega un punto en que por más que uno la recarge ya no es capaz de conservar su energía. En Canadá, por ejemplo, lo más largo que nos ha durado una batería de un celular ha sido 4 años, hasta el momento en que la misma ya no es capaz de recibir una llamada porque se apaga. Aquí en Japón, como ven, ese no es el caso. Ya van 8 años de vida y todavía sigue funcionando igual de bien que la primera vez. ¡Fantástico!
Japón es más barato de lo que muchos se imaginan
El vehículo que se ve en este comercial, nuevo, cueta unos 10.800 dólares americanos
Mucha gente tiene la impresión de que Japón es un país extremadamente caro, pero nos atrevemos a decir aquí que ese no es el caso. Los bienes inmobiliaros, sin duda, son costosos debido a la falta de espacio en donde construirlos. Ciertos restaurantes y artículos de lujo, como la ternera de Kobe, la mejor carne del mundo, también son muy costosos, pero ese no es el caso de los artículos que compra la mayor parte de la población. El año pasado, por ejemplo, mencionamos en esta misma columna la increíble calidad de las tiendas de 100 yenes (el equivalente a las tiendas de un dólar en Norteamérica, donde casi todos los productos cuestan un dólar). Los artículos electrónicos, por mencionar otro ejemplo, suelen ser entre un 10 y un 15 por ciento más baratos que en Norteamérica y algo similar ocurre con los vehículos nuevos, que también suelen ser más baratos aquí. El Toyota Corrolla más económico que se consigue en Canadá supera los 16 mil dólares y eso ni siquiera toma en cuenta los númerosos impuestos que hay que pagar. En Japón, el Toyota Corolla más barato está por debajo de los 15 mil dólares y casi todas las compañías automotrices ofrecen vehículos compactos que cuestan menos de 10 mil dólares (y no estamos hablando de carros usados, sino de carros nuevos recién salidos de la ensambladora). Esta economía de precios también aplica a la comida. La mayoría de los restaurantes sencillos, que uno consigue en la calle o en las estaciones de trenes, ofrecen combos de algún tipo de carne o pescado, con arroz, ensalada, sopa miso y té, por menos de 10 dólares, incluyendo el impuesto y sin necesidad de dar propina. En Canadá, una hamburguesa en un restaurante puede costar hasta 17 dólares, sin incluir la bebida, el impuesto ni la propina. ¡Qué diferencia! Un hotel japonés sencillo, para una sola persona, puede costar 50 o 60 dólares por noche, con el impuesto incluido y con todas las comodidades necesarias. En Canadá, el más barato cuesta 80 dólares la noche, sin el impuesto, y además sus habitaciones no muy agradables ni limpias. Ciertas cosas en Japón, sin duda, son muy caras, pero insistimos que los precios generales aquí son más baratos que en Norteamérica y Europa.
La increíble eficiencia del Shinkansen (tren bala)
Documental que describe todo lo que hace un Shinkansen (tren bala)
Como ya son 12 años consecutivos que hemos estado viniendo en Japón y siempre nos montamos en el Shinkansen (tren bala) para movernos de un lado a otro, por lo general terminamos dando por sentado la increíble eficiencia de ese tren. Al día siguiente de nuestra llegada, lo tomamos para ir de Osaka a Fukuoka para visitar el Yafuoku Dome y hacer varias entrevistas. La distancia entre esas dos ciudades es de nada menos que 611 kilómetros, es decir, una manejada que fácilmente podría tomar 7 u 8 horas sin tráfico. El Shinkansen la recorrió en apenas 2 horas y media, con toda la comodidad del mundo. En Canadá, un tren normal se toma un poco menos de 5 horas, en su versión más rápida, en recorrer los 541 kilómetros que separan a Toronto de Montreal. ¡Qué diferencia! Un Shinkansen recorrería esa distancia en sólo 2 horas. En Venezuela, por ejemplo, completaría el trayecto entre Caracas y Maracaibo (696 kilómetros) en 3 horas y el de Caracas a Valencia (167 kilómetros) en apenas 40 minutos. En México, llevaría a los pasajeros de Ciudad de México a Acapulco (379 kilómetros) en una hora y 40 minutos y en la República Dominicana… bueno, lo más probable es que se salga de la isla antes de poder frenar. De verdad que el mundo necesita más trenes de alta velocidad. Se trata del medio de transporte terrestre más rápido, seguro y eficiente que existe, ¡y también el que más se disfruta!
La asistencia de fanáticos a los estadios de la NPB sigue aumentando
Visita al Estadio Kobo de Sendai
Otra cosa que hemos podido comprobar es nuestra presente visita a Japón es que la asistencia de fanáticos a los estadios de la NPB sigue en aumento. Cuando comenzamos a visitar los parques japoneses para entrevistar a los jugadores latinos en el año 2007, ese no era el caso. El primer juego que vimos fue en el Estadio Skymark de Kobe (hoy se llama Hotto Motto Field) y la asistencia ese día, a pesar de ser un domingo en la tarde, fue modesta. Luego fuimos al Estadio de Yokohama, que estaba tan vacío que nos pudimos mover libremente de un asiento a otro y caminar por todas sus secciones. Algo similar nos ocurrió desupés en nuestras primeras visitas al Estadio Mazda de Hiroshima (2011), el Estadio Meiji Jingu de Tokio (2012) y el Estadio ZOZO Marine de Chiba (2013). No obstante, las cosas han mejorado mucho desde entonces. El Estadio de Yokohama, sede de las Estrellas de DeNA, alcanza ahora el 90 por ciento de su capacidad en todos sus juegos, al igual que el Estadio Mazda, sede de los Carpas de Hiroshima. El Estadio Meiji Jingu, sede de las Golondrinas de Yakult, no llega a ese nivel, pero sí se llena con frecuencia. El Estadio ZOZO Marine, sede de los Marinos de Lotte, también ha logrado subir sus niveles de asistencia, si bien se mantiene como el menos visitado de Japón. El éxito deportivo de esos equipos ha contribuido mucho a atraer más fanáticos a sus parques, pero la clave también está en cómo los clubes han desarrollado sus estrategias de promoción. Tal como ocurre en las Granes Ligas, el secreto está en la experiencia que se le ofrece a los fanáticos cuando visitan el estadio. Los parques japoneses ofrecen algo para cada miembro de la familia: comidas y bebidas de excelente calidad, hermosas porristas bailando y asistiendo a los fanáticos, espacios y atracciones para los niños pequeños, visitas guiadas al terreno de juego, regalos promocionales en la mayoría de los juegos, servicios al fanático como estaciones para recargar los teléfonos celulares, asientos y cuartos especiales para ver los juegos en grupo, tiendas de artículos del equipo y demás. Como ya lo hemos mencionado en distintas ocasiones, la NPB se tutea con la MLB con términos de asistencia y hemos tenido la fortuna de comprobarlo de primera mano.
La gran paridad de las ciudades japonesas
Mejores lugares para visitar en Japón
Un aspecto más que hemos notado en este viaje es la increíble paridad de las ciudades japonesas alrededor del país. Tokio, por ejemplo, es una ciudad mucho más grande, poblada, económicamente poderosa y con muchas mejores opciones de entretenimiento que Fukuoka, pero en términos de arquitectura, calidad de vida, tecnología, transporte público y calidad de sus establecimientos de comida ambas están a la par. En Norteamérica, por ejemplo, la diferencia entre las grandes ciudades y los suburbios adyacentes, sin mencionar las ciudades más pequeñas, es notable. Toronto tiene 3 líneas de metro y tranvías, pero Mississauga, la ciudad que está justo al oeste, no tiene ni metro ni tranvía, sólo autobuses. Lo mismo se puede decir de los otros suburbios que rodean a la ciudad. En Japón, por el contrario, las ciudades son mucho más parejas. El Shinkansen atraviesa prácticamente todo el país y todas las ciudades que están conectadas por el mismo ofrecen prácticamente los mismos servicios: trenes de alta velocidad, trenes regulares, hoteles de calidad, restaurantes de calidad, centros comerciales de calidad, autos de todo tipo, excelente vialidad, etc. La diferencia está en el tamaño de las ciudades y en la cantidad de servicios disponibles, pero no en la calidad de los mismos. Una autopista en Kobe o Hiroshima es similar a una autopista en Osaka o Tokio. Un restaurante de lujo en Sapporo no tiene nada que envidiarle a un restaurante de lujo en Tokio. Los trenes de pasajeros de Nagoya lucen igual y poseen la misma calidad que los que se ven en Tokio o Hiroshima. La mayoría de las ciudades del país están conectadas por trenes, al punto de que uno puede vivir en una de ellas y trabajar en otra sin ningún tipo de inconvenientes. La presencia de los trenes y la calidad de su servicio lo hace posible. Para que la diferencia se haga realmente notable, uno debe trasladarse a las poblaciones más aisladas del país. Sin duda, es admirable observar el progreso y el desarrollo que ha alcanzado Japón como país, y no lo decimos en comparación a Latinoamérica, que todavía tiene mucho camino por recorrer en términos de desarrollo, sino también en comparación al resto de los países del primer mundo. Insistimos, Japón es un país del que se pueden aprender muchas cosas buenas y que todos deberíamos tomarnos el tiempo de estudiar.