De buenas a primeras, todo el mundo quiere comprar a los Marlins de Miami, una de esas franquicias generalmente olvidadas por los grandes medios.
Ahora el ex lanzador y miembro del Salón de la Fama Tom Glavine surge como nuevo contendiente en la puja por los peces, como parte de un grupo inversionista que integra además Tagg Romney, hijo del ex candidato presidencial republicano Mitt Romney.
Por cierto, fue Miami el único equipo con récord positivo ante Glavine, quien en 49 juegos ganó 17 y perdió 19 y tuvo efectividad de 4.03.
Anteriormente, el ex camporto de los Yankees de Nueva York y futuro inquilino de Cooperstown Derek Jeter y el ex gobernador de la Florida Jeb Bush encabezaban sendos grupos interesados en el equipo, pero hace unos días decidieron unir fuerzas en el intento de adquirir la franquicia.
Y también está el financista neoyorquino Wayne Rothbaum, presidente de la firma Quogue Capital, como otro aspirante a comprar la organización miamense.
Vamos, ¿a quién no le gustaría tener un equipo de Grandes Ligas?
Por eso, desde que hace unos meses comenzaron a rodar los rumores de que Jeffrey Loria estaría pensando en vender al equipo, los Marlins se convirtieron en la fruta anhelada.
¿Por qué? Bueno, en primer lugar, porque es la franquicia que está disponible en el mercado. Pongan a la venta a los Yankees, los Medias Rojas de Boston o los Cachorros de Chicago al mismo tiempo y ya verán como la demanda por los peces si se amplía la demanda.
Pero aunque es la única a punto de ponerse en venta, Miami no deja de ser un mercado atractivo.
La Capital del Sol es un área en constante crecimiento y uno de los puntos de mayor atracción para el turismo, con un clima envidiable los 12 meses del año, cuando a principios y finales de cada temporada el resto del país está congelándose.
Tienen los Marlins además el segundo estadio más moderno de los Estados Unidos, honor que les quitaron hace apenas dos semanas los Bravos de Atlanta, tras inaugurar su flamante SunTrust Park.
A eso súmenle el precio. Aunque Loria pida entre 1,600 y 1,700 millones, probablemente tenga que transar por una cifra menor, con todo y que las 30 franquicias de Grandes Ligas han elevado su valor en los últimos años.
Según la reconocida publicación financiera Forbes, el precio promedio de una franquicia de MLB es de 1,540 millones, con los Yankees a la cabeza, valorados en 3,700 millones.
Los Marlins aparecen en el lugar 25 entre los 30 equipos, con un valor de 940 millones. Y aunque la cifra todavía está lejos de lo que quisiera Loria, sería un negocio redondo para alguien que pagó apenas 158 millones para adquirir el equipo en el 2002.
Y sea quien sea el comprador, lo mismo Jeter y Bush, muy populares en el sur de la Florida, que Glavine o el menos conocido Rothbaum, serán recibidos con los brazos abiertos por una comunidad que hace mucho declaró a Loria persona non grata.
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