Lo normal en la pretemporada es que un jonrón de Bryce Harper en su primer turno al bate pasaría inadvertido. De igual forma la más de media docena de batazos que ha desparecido en los partidos de exhibición esta primavera con los Nacionales de Washington.
Después de todo, Harper ha mostrado su gran capacidad para ser un bateador sobresaliente, e incluso se convirtió en el Jugador Más Valioso más joven en la historia en 2015. Sin embargo, el año pasado su desempeño fue muy distinto.
Se haya debido a una lesión u otras razones --algo que no está claro al ciento por ciento-- Harper tuvo un declive al pasar de 42 jonrones a 24, de un promedio de bateo de .330 a .143 y de un OPS (slugging y embasamiento) de 1.109 a .814.
"Lo más importante de Bryce la campaña pasada es que no jugó una 'temporada típica de Bryce Harper' y aun así ganamos 95 partidos. Cuando él regrese a su desempeño típico --que lo logrará--, mejoraremos", afirmó el gerente general de los Nacionales, Mike Rizzo.
"El secreto: hacer lo de siempre... Harper será Harper", declaró Rizzo.
Bueno, de hecho, no preocupa a Rizzo ni a nadie más el menor desempeño del jugador.
"Creo que todos saben que siempre tengo confianza", afirmó Harper.
El mermar en el desempeño es algo cotidiano en el béisbol, ante el esfuerzo que representa jugar 162 partidos.
"No conozco a nadie que nunca en su carrera haya caído en un bache", declaró el piloto de los Nacionales, Dusty Baker.
La clave, por supuesto, es la recuperación. Pero no existe fórmula mágica ni criterio fijo que explique por qué un jugador puede tener una baja de desempeño una temporada y volver a ser el mismo en la siguiente.
Claro que todos son distintos, así que podría ser tan simple como recuperar la salud o encontrar la falla mecánica que puede ser corregida.
A veces es cuestión de apegarse a lo que ha funcionado bien antes y contar con la idea de que una campaña personal mediocre es una anomalía.
En el caso de Jason Heyward, la esperanza es que un ajuste mínimo a los movimientos que hace cuando prepara el swing --apretar el bate durante el proceso de lanzamiento-- podría hacer que fuera de nuevo el jugador que conectó 27 vuelacercas en 2012, en lugar del jugador que terminó con siete la campaña anterior e incluso estuvo en la banca durante el Clásico de Otoño.
"Es algo que he hecho antes", afirmó en referencia a su estilo habitual de batear. "Hay muchos videos que ver, muchos juegos que ver, en los que he estado".
Los pilotos, gerentes generales, entrenadores de bateo y de lanzamiento o los compañeros de equipo de los jugadores que intentan corregir fallos también necesitan saber qué tanto, mucho o poco, deben ayudar a alguien.
"Yo intento no enturbiar las aguas", dijo el piloto de los Cachorros de Chicago, Joe Maddon. "Si veo algo, se lo indico (a un entrenador de bateo) y le pido que lo comunique", apuntó.
Otros que buscan mejorar son:
El abridor Dallas Keuchel, el Cy Young de la Americana en 2015, que terminó 9-12 con un promedio de carreras limpias admitidas de 4.55 antes de quedar marginado por la inflamación de un hombro.
Andrew McCutchen, que empató su promedio de bateo más bajo de .256 y fue ponchado143 ocasiones, la cifra más alta de su carrera.
Buster Posey, cuyo promedio de bateo descendió 30 puntos a .288 y conectó 14 bambinazos, así como el jardinero Giancarlo Stanton, de los Marlins de Miami, que tuvo un bateo de .240 y fue ponchado 140 ocasiones en 413 turnos al bate
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