"Si yo fuese el mentor de Maikel ahora mismo, le diría, 'Hijo, vamos a ganar el premio al Jugador Más Valioso. Y nada, salvo una lesión, nos podrá detener'", dijo Schmidt en el Spectrum Field, donde pasará el fin de semana como instructor especial invitado.
Así de talentoso considera el mejor pelotero en la historia de la franquicia a Franco. Y por eso mismo es que cree que el dominicano ha podido tener -ha debido tener- una temporada mejor que la que tuvo el año pasado, cuando bateó para .255 con 25 jonrones, 88 empujadas y OPS (porcentaje de embasarse más slugging) de .733.
"Me quedé decepcionado", dijo Schmidt. "Tenía unas expectativas mucho más altas con Maikel".
No fue el único. A Franco le pusieron la barra bien alta en el 2016. Tan alta, que es fácil olvidar lo joven que sigue siendo y que el 2016 fue su primera temporada completa en las Grandes Ligas. Schmidt reconoció que pasó por alto ese par de detalles y soltó una risa mientras recordaba que en 1973, cuando tenía 23 años, disputó su primer año completo y bateó .196 con 18 jonrones, 52 empujadas y .697 de OPS.
Al año siguiente, sin embargo, Schmidt bateó 36 cuadrangulares, remolcó 116 anotaciones, fue convocado al Juego de Estrellas por la Liga Nacional y recibió votos para el Jugador Más Valioso.
Schmitd cree que Franco, quien fue retirado de la alineación el viernes después de someterse a un tratamiento de canal raíz en un diente, tiene el talento para dar un salto similar. Todo dependerá de su enfoque y su disciplina en el plato.
"El área en el que tiene que mejorar más es su plan de ataque en el home. Eso y entender que hay alguien detrás suyo en el círculo de espera, y que recibir un boleto con hombres en segunda y tercera también es una posibilidad", dijo Schmidt. "Ese deseo suyo por traer esas dos carreras, o tres de una vez con un swing de jonrón, es lo que desemboca en un turno desperdiciado porque no tenías el plan de juego adecuado".
"No es algo mecánico, ni de habilidad. Se trata de no desperdiciar un turno empezando a hacer swing antes de que el pitcher suelte la bola, porque estás demasiado ansioso. Eso es algo que tiene que mejorar. En mi caso, fue un problema con el que lidié al principio; por eso me identifico tanto con él".
Al trabajar como analista en las transmisiones de los Filis durante los fines de semana, Schmidt ha tenido la oportunidad de seguirles el paso a los muchachos del equipo.
"Algunas veces con Maikel, te preguntas dónde tiene la cabeza. No estoy diciendo esto de forma irrespetuosa. Es normal. No todo el mundo es como Pete Rose, quien sabía qué había pasado con cada turno de cada jugador durante un juego y estaba sentado en el tope del dogout gritándole al otro equipo todo el partido. No todos son así. Uno a veces se pone a pensar en otras cosas, y creo que eso es algo que le sucede un poco a (Franco)".
Hablando de Rose, este año será elegible para entrar al Muro de la Fama de los Filis, y se cree que sus posibilidades son buenas una vez se terminen de contar los votos.
"Pienso que es algo fantástico", dijo Schmidt. "Con mucho respeto por los demás (en consideración), Pete ya pasa de 70 años de edad. Creo que sería algo muy bonito para él poder recibir ese honor. Creo que jugó un papel muy grande en la Serie Mundial que ganamos (1980).
"Ayudó a mejorar a todos, especialmente a mí. Creo que su estadía en Filadelfia ayudó al equipo y a la ciudad. Pienso que, definitivamente, debería estar en el Muro de la Fama de los Filis".
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