GOODYEAR, Arizona -- Tan solo esta semana, Francisco Lindor dio una lección de bateo en televisión nacional, hizo modelaje para unas pautas publicitarias y la portada de una revista, e incluso le equiparon su uniforme con sensores eléctricos como sujeto de un experimento de ciencia deportiva.
No hay un jugador con más demanda en el campamento de pretemporada de Cleveland.
Nada de qué sorprenderse.
Con tan solo 23 años de edad, el puertorriqueño se ha convertido en una estrella entre las estrellas, el rostro sonriente y el alma joven de los campeones de la Liga Americana. Aun cuando los aficionados del béisbol han quedado enganchados con él y pese a que el perfil del joven torpedero de los Indios se dispara con cada sensacional lance a guante volteado en lo profundo de su territorio, Lindor ha logrado mantener los pies en la tierra.
"Soy yo", dijo el jueves tras la práctica y durante un pequeño descanso en su apretada agenda.
Lindor ha sido tan solicitado durante el entrenamiento primaveral que el director de relaciones con la prensa de los Indios le envió un itinerario en el que se detallan sus múltiples obligaciones. El título del correo electrónico decía: "Próxima semana (¡¡OCUPADA!!)"
Actualmente, la vida de Lindor se convirtió en un remolino desde el otoño pasado, cuando ayudó a los Indios a avanzar a la Serie Mundial por primera vez desde 1997. Perdieron en siete juegos ante los Cachorros de Chicago, y esta temporada son uno de los favoritos para volver al Clásico de Otoño.
Después de batear para .301, encabezar la liga con 15 elevados de sacrificio y ganar su primer Guante de Oro en su primera campaña completa, Lindor bateó para .310 en la postemporada, que también sirvió como su primera vitrina para que mucha gente conociera al joven al que sus compañeros llaman "Frankie".
"Es un jugador absolutamente dinámico", dijo el manager de los Cachorros, Joe Maddon. "Quiero decir que actualmente es muy bueno, pero apenas se muestra en la superficie. Conforme siga ganando en confianza y entendiendo la liga y lo que los rivales intentan hacerle, wow, va a seguir mejorando".
Mientras los jugadores de Cleveland cumplían con una rutina de fildeo en una mañana despejada, Lindor tomó la iniciativa para atrapar un elevado.
"¡Es mía! ¡Es mía!".
Y s?? que es suya.
Lindor es súper talentoso, carismático y humilde. Primera selección del draft de 2011, el boricua subió como un rayo por las filiales de ligas menores de Cleveland y en menos de dos años se estableció con uno de los mejores de su posición. Ya es el jugador más popular del club, por encima de los estelares Jason Kipnis, Michael Brantley, Corey Kluber y el recién adquirido dominicano Edwin Encarnación.
Pero por nada del mundo crea que la fama se le ha ido a la cabeza a Lindor, quien estos días luce el pelo rizado y teñido con un color dorado. Ante el estrellato, Lindor no ha cambiado en lo absoluto, entregado al béisbol con el mismo entusiasmo de siempre.
Pese a todos los requerimientos, Lindor se concentra en su profesión.
"Al fin de cuentas, tengo un trabajo por cumplir y debo diferenciar las obligaciones de mi trabajo de las otras cosas", afirmó. "Mi tarea en el terreno va primero porque es mi trabajo. De eso me enorgullezco. No me tomarán en cuenta para las otras cosas si no rindo. Así que me enfoco todos los días en mi trabajo y me esfuerzo al máximo. Cumplido eso, puedo hacer lo demás, ya con los zapatos, autógrafos o lo que sea".
La fama encandila, y el manager de los Indios Terry Francona ha visto a muchos jugadores dejarse seducir demasiado.
Pero no se preocupa en el caso de Lindor.
"Es un chico muy inteligente", indicó Francona. "Entiende cuáles son las prioridades y cuando cumples con tus deberes en el terreno, de la manera cómo lo hace Frankie, pues le llegarán oportunidades debido a ello. Pero no se dan a menos a que cumplas con tu trabajo en el terreno. Inclusive a una edad tan joven, es consciente de ello. Nunca he tenido la necesidad de decirle algo sobre ello. Y si fuera necesario, lo haría".
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