WEST PALM BEACH, Florida -- José Altuve, el campeón de bateo de la Liga Americana en la temporada anterior, tiene un arma secreta para la nueva campaña. Se llama Melanie, es pequeña, adorable y sonríe cada vez que mira a su padre, el intermedista venezolano.
"Pienso que ella me ayudará a ser un mejor pelotero", dijo el astro de los Astros de Houston. "Y es que uno necesita un tiempo para olvidarse del béisbol, como cuando tienes un mal juego o incluso cuando juegas bien. Vas a casa y necesitas relajarte. Dices 'no quiero saber nada de la pelota hasta el día siguiente'".
Altuve se ha ganado fama de obsesivo con el béisbol. Sus entrenadores y compañeros relatan que, cuando el pelotero no está jugando o preparándose para hacerlo, está pensando en este deporte. Incluso dormido, probablemente sueña con las Grandes Ligas, a donde tanto trabajo le ha costado llegar.
Pero ello cambió en noviembre, cuando Altuve y su esposa Giannina recibieron a su primera hija. La llegada de la pequeña Melanie dio algo más de equilibrio a la vida de Altuve.
"Ahora, cuando estoy en el terreno, sólo pienso en jugar, pero luego voy a casa, pienso en ella, en hablarle y en lo que puedo hacer para ayudarla. Todo tiene que ver con ella", explicó Altuve. "El béisbol es a lo que me dedico, y ella es lo que más me ocupa después. Así que ella le ha venido a la perfección a mi vida".
Melanie no habla todavía, pero a Altuve le encanta su sonrisa, y está agradecido por el hecho de que la bebé prefiera a su madre.
"Sonríe mucho", comentó el pelotero. "Sé que ella no entiende lo que digo, pero le hablo mucho, me sonríe, y es lo mejor que podría pasar. Me encanta eso".
Es difícil imaginar que Altuve pueda mejorar mucho. La temporada anterior, bateó para .338 para ganar su segundo título de bateo en tres temporadas. Sin embargo, insiste en que puede lograr más.
El segunda base de Maracay ha sido elegido cuatro veces al Juego de Estrellas y ha ganado en tres ocasiones el Bate de Plata. Pero no olvida las numerosas veces que lo rechazaron antes de recibir una oportunidad en las mayores.
"No sé si ahora piensen que puedo jugar", ironizó. "Siento que debo seguir y demostrar algo a la gente. No quiero ser sólo un tipo que tenga un par de años buenos y nada más. Quiero seguir mejorando y pienso siempre en eso. Creo que este equipo se merece que uno mejore y trabaje duro para ganar".
Altuve finalizó tercero en la votación para el Jugador Más Valioso, en una campaña en que lideró la Americana por tercer año consecutivo, al pegar 216 hits. Sus 42 dobletes fueron la tercera mayor cifra del Nuevo Circuito, y sus 30 robos representaron el segundo número más destacado.
El jugador de 26 años comenzó a batear con más poder. Finalizó con 24 jonrones y 96 impulsadas. Ambas estadísticas fueron las mejores de su carrera.
Antes de la temporada anterior, nunca había sumado más de 15 vuelacercas ni más de 66 remolcadas.
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