SAN LUIS -- Desde hace tiempo, la discusión principal sobre Yadier Molina durante el receso previo a una campaña gira en torno a si el receptor de San Luis debe recibir más descanso.
Pero el año pasado, el puertorriqueño participó en 147 juegos, la mayor cifra en su vida. Y la conversación sobre el descanso ha vuelto a surgir alrededor de un cátcher de 34 años, galardonado ocho veces con el Guante de Oro.
Los años no pasan en vano y es un hecho que a Molina no le queda tanto tiempo para seguir siendo uno de los mejores receptores a la defensiva en las mayores.
Así que el tema no sólo está en la charla de los fanáticos. El gerente general de los Cardenales, John Mozeliak, opinó recientemente que Molina "estaría mejor" con algo más de reposo.
La declaración surgió tras una temporada en que el boricua no ganó el Guante de Oro, algo que no había ocurrido desde 2007.
Pero el manager de San Luis, Mike Matheny, no comparte necesariamente la opinión.
"En mi trabajo, lo importante es ganar juegos", dijo. "Y si tengo a un pelotero, y considero que él responderá para ayudarnos a ganar, va a estar en la alineación".
Matheny sabe más que muchos sobre las exigencias de la posición de cátcher durante la desgastante campaña de 162 encuentros. Ganó cuatro veces el Guante de Oro por su trabajo detrás del plato.
Ha dirigido a Molina desde 2012. En este periodo, el boricua ha jugado un promedio de 133 compromisos por temporada.
Desde su debut en 2004, el receptor de Bayamón ha aparecido nueve veces en los playoffs y ha conquistado dos títulos de la Serie Mundial.
Matheny entiende las preocupaciones a largo plazo sobre la capacidad de "Yadi" para seguir jugando al máximo nivel, Está también al tanto de que la campaña anterior fue la primera en que San Luis se perdió los playoffs en seis años.
Buena parte del éxito reciente de los Cardenales es atribuible a Molina.
"Para mí es frustrante, porque recuerdo los años en los que yo era capaz de jugar mucho", señaló el piloto. "Había momentos en que me sentía bien, y no tenía sentido. Y por alguna razón, había veces en las que sentía mucha presión, por la influencia externa de todos los que decían que yo no debería jugar".
Los comentarios de Mozeliak surgen en momentos en que está por vencer la extensión contractual por cinco años que Molina firmó en 2012.
El cátcher tiene contrato por 14 millones de dólares en 2017, y hay una alternativa mutua de renovación por 15 millones para 2018. La cláusula de rescisión es de 2 millones de dólares.
Molina ha dicho que preferiría seguir en San Luis por el resto de su carrera. La idea de verlo con otro club inquieta a muchos fanáticos.
Para Mozeliak, lo importante es lograr el equilibrio entre la situación actual de Molina y el nivel que podrá mostrar en los próximos años.
"Me siento bien, desde la perspectiva de un gerente general, si podemos equilibrar eso y protegerlo más que antes", destacó Mozeliak. "Pero a él le encanta jugar. Entrena extremadamente duro... y no es fácil hablar con él para plantearle que no aparezca en la alineación".
Durante la última parte de la temporada, Molina mostró su mejor bateo. Ostentó un promedio de .365 tras la pausa por el Juego de Estrellas. En toda la campaña, bateó para .307, la tercera mayor cifra de su carrera.
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