Las listas activas en las ligas mayores se han establecido en 25 jugadores desde el final de la administración Wilson (Woodrow, no Willie). Pero con el acuerdo de negociación colectiva que expira el 1 de diciembre, se ha hablado sobre la posibilidad de añadir un jugador número 26 a la lista activa.
¿Es esta una buena idea? ¿Cuál sería una buena manera de usar el nuevo espacio? ¿Habría algún inconveniente?
¿Es esta una buena idea? ¿Cuál sería una buena manera de usar el nuevo espacio? ¿Habría algún inconveniente?
Hemos lanzado a tres de nuestros escritores estas interrogantes sobre la adición de un jugador número 26, y ellos así respondieron.
1. ¿Piensan que ampliar el roster a 26 es una buena idea?
Bradford Doolittle: Me encanta, aunque tengo que admitir que la fuente de esa sensación es la idea de que el cambio estará atado a límites más estrictos del roster de septiembre en las conversaciones del convenio colectivo. Pero incluso si elimina ese factor, el puesto 26 debe ayudar a mejorar las opciones estratégicas y la ofensiva desde el banquillo. Claro, algunos equipos simplemente añadirán otro relevista situacional. Algunos equipos no son muy imaginativos.
Sam Miller: En abril de 2003, unos meses después de que David Ortiz fuera liberado por los Mellizos de Minnesota y recogido por los Medias Rojas de Boston, se fue de 6-0 en su primer juego de la temporada. Jugando sólo a tiempo parcial, no tuvo éxito en cuatro de sus primeras cinco aperturas; y durante seis semanas de la campaña estuvo bateando .208/.310/.347. Ortiz, de 27 años, luchaba por hacerse de un espacio en la alineación titular, como designado, en un parque favorable para los bateadores y en un equipo de gran mercado. Tal vez la oficina de Boston estaba absolutamente enamorada de él y lo habría dejado caer en un slump durante meses hasta que saliera, pero sabiendo esos detalles -un designado no muy joven que no estaba bateando y acababa de ser liberado por otro equipo- es fácil especular que estuvimos bien cerca de ver como David Ortiz pudo no haber tenido ningún tipo de carrera con los Medias Rojas, o con cualquier otro equipo. El béisbol estaría de lejos mucho peor si eso hubiera sucedido.
Hay 750 jugadores cada día en las listas activas de Grandes Ligas y cerca de 6.000 jugando en entidades afiliadas, y sin embargo, todavía hay una lista permanente procesándose en todo el deporte. Jugadores que son lo suficientemente buenos para jugar en Grandes Ligas pero que se pasan por alto, son enterrados, no reclutados, y no les queda otra opción que terminar sus días en ligas independientes. Por regla general conocemos a los que casi se pierden, porque en última instancia no se perdieron y llegaron a las mayores. David Ortiz fue casi uno de esos que se pierden. Pero seguramente hay jugadores que nunca hemos oído hablar que se perdieron completamente, y no porque fueran capaces de hacer menos de lo que Ortiz fue.
Lo que sabemos es que un hombre 26 definitivamente añadirá 30 oportunidades para jugar en las mayores. Las reglas de las ligas menores tienden a seguir el liderazgo de las Grandes Ligas, por lo que parece probable -al menos posible- que inmediatamente, o con el tiempo, los menores agreguen 26 puestos también, lo que añadiría cientos de otras oportunidades. Considero que el béisbol es casi una utilidad pública, un vehículo para que todo niño sueñe y aspire, y agregar más oportunidades es un bien público como el acceso de banda ancha a nivel nacional. Y en lo que a mí respecta, estoy encantado con la idea.
David Schoenfield: Definitivamente me encanta más que esa salsa de arándanos enlatados que casi todo el mundo sirve en el Día de Acción de Gracias, aunque tal vez no tanto como los sandwiches con los restos del pavo el viernes. Con la forma en que los equipos constantemente barajan la parte final de sus rosters -chequeé el archivo de transacciones de la temporada pasada para los Dodgers o Marineros- tiene sentido añadir otro jugador ya que los conjuntos están jugando esencialmente con 26 peloteros de todos modos. En realidad he abogado por una escuadra de 28 hombres, que es un sistema usado en Japón, donde se activan 25 jugadores cada juego. Me gusta la idea de difundir la riqueza alrededor del juego de béisbol y ver más bateadores y corredores emergentes.
2. ¿Cómo deseas ver utilizado ese puesto 26º?
Doolittle: Me sorprendería si hay alguna tendencia general de cómo llenar el lugar. Depende totalmente del resto de tu lista. Los equipos de la Liga Americana deben ser capaces de conectar sus rotaciones en sus alineaciones cotidianas, y debemos tener bateadores designados más viables a través de la liga. Los gerentes de la Liga Nacional también pueden esconder mejores opciones ofensivas en el banquillo, jugadores que también pueden jugar papeles de alternos. Y en un momento en que los roles de pitcheo parecen estar evolucionando de nuevo, un manager inteligente podría identificar los tipos capaces de lanzar de dos a tres entradas en un partido, y que de vez en cuando asuman un puesto en la rotación para dar a los cinco abridores titulares un día extra de descanso. Y los managers de la Liga Americana también podrían buscar a especialistas en el corrido de bases como Terrence Gore de los Reales. Realmente depende de cómo el resto del roster está configurada.
Miller: Dudo que esto sea lo que cualquiera de las partes interesadas daría prioridad, pero me gustaría verlo usado para dar cabida a un tercer receptor. Es agridulce ver a la mayoría de nuestros favoritos receptores lesionarse por el uso excesivo. Verlos regularmente lesionados o desgastados para septiembre, ver como sus carreras se desvanecen rápidamente después de los 30. Si un manager tuviera tres en la lista, podría ser mucho menor el riesgo, además podría quitar al titular cuando haya ventaja cómoda en el marcador y entonces un reemplazo defensivo tendría sentido. Menos repeticiones significarían más años de Buster Posey en su pico de rendimiento, y de otra manera tendría poco efecto en el estilo o ritmo de juego que vemos.
Schoenfield: No lo usaría en otro relevista, pero sospecho que a algunos equipos les encantaría agregar un octavo o noveno lanzador de relevo. No creo que otro relevista agregue mucho valor estratégico -es bastante difícil darle a todos tus relevistas un trabajo consistente- pero añadir profundidad a la banca ayudaría a contrarrestar todos esos movimientos de relevistas o a proporcionar un corredor veloz en el banquillo, o permitir a un equipo llevar un tercer receptor si lo desea, o agregar otro jugador para alternar titularidad. Los bancos delgados en el juego de hoy en día sirven para limitar las opciones de gestión, especialmente en la Liga Nacional, donde hay que mantener a los chicos a disposición de los lanzadores. ¡Traigamos el banco de nuevo!
3. ¿Cuál sería el beneficio inmediato de agregar el puesto 26º?
Doolittle: Sospecho que vamos a ver diferentes opciones hechas al final del entrenamiento de primavera cuando se decidan los últimos uno o dos puestos del equipo. Ahora puedes ver a más jugadores calificados casi únicamente para batear retenidos en lugar de ir con un tipo que produce poco con el bate pero que juega un montón de posiciones. Una vez que entremos a la temporada, espero que el pelotero extra permitirá a los managers ser proactivos con el descanso de sus activos y, tal vez, vamos a ver un descenso en los movimientos a la lista de lesionados.
Miller: Cada equipo llevaría 13 lanzadores, unos 14, y veríamos una aceleración de la tendencia a sacar más rápido a los abridores. Esto probablemente sería más notable pues permitiría a los managers sacar temprano a los pitchers de los juegos en los que están siendo castigados. Estoy seguro de que algunos equipos optarían por llevar un bate extra para alternar, pero a juzgar por la gestión parece que la mayoría de los dugouts ve más valor en un brazo extra que un bate extra, casi sin límite. Y si algunos equipos llevaran un bate de suplente extra en el banquillo, sólo aumentaría los incentivos para que sus oponentes fueran profundos con su bullpen para seguir jugando a los enfrentamientos, lo que necesitarían, en última instancia, serían más relevistas.
Schoenfield: Un efecto secundario es que podría eliminar algunos de los cambios de relevistas que vemos ahora. Debido a que los equipos llevan tan pocos jugadores de banquillo, los abridores son pocas veces sustituidos por un emergente. Pero si tienes un bate extra en el banquillo, tal vez el manager no traiga ese relevista de zurdos. Y menos cambios de pitcheo es algo que todos podemos estar de acuerdo que sería una buena cosa.
4. ¿Cuáles serían las consecuencias inesperadas del espacio adicional: Un tipo haciendo el mínimo, un lanzador 14, esconder una selección de la Regla 5, etc...?
Doolittle: Podría haber un par de problemas de competencia que entran en juego. Uno se relaciona con la Regla 5: ¿Estarían los equipos de la Liga Americana, que tienen una alineación cotidiana establecida, más aptos para identificar y retener a las selecciones de la Regla 5? Esa es una preocupación menor. El mayor vuelve a ser la nómina. Supongo que por lo menos la mitad de los equipos darían el último lugar a un jugador bajo el control del equipo, probablemente ganando el mínimo de la liga o cercano. Pero los Yankees y Red Sox podrían estar dispuestos a lanzar un par de millones por un designado a tiempo parcial sólo porque la utilidad de ese puesto supera su inversión financiera.
Miller: Los juegos tendrían más tiempo. Los juegos de septiembre del año pasado duraron cerca de cuatro minutos más que los juegos de agosto, y aunque algo de eso podría deberse a que las decisiones de septiembre no estuviesen bien, supongo que una buena parte es el aumento en el número de cambios en las estrategias de pitcheo. Si los managers llevan más relevistas o más bateadores emergentes, el resultado será más cambios de lanzadores a mitad de inning en el séptimo y el octavo.
Schoenfield: La peor consecuencia involuntaria sería más lanzadores de relevo y más cambios de pitcheo. Eso apesta.
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