NUEVA YORK - El puertorriqueño Jorge Posada catalogó como "uno de los días más felices de mi vida" el momento en que fue develada una placa con su foto y nombre que colgará por siempre en el Parque de Monumentos del Yankee Stadium, acompañada por el retiro de su uniforme No. 20.
Si existe algo que podría causarle más felicidad al nativo de Santurce que aquella ceremonia de agosto del 2015 en el Bronx sería la posible exaltación de Posada al Salón de la Fama del Béisbol, y los votantes de la Asociación de Cronistas Béisbol de Norteamérica (BBWAA,por sus siglas en inglés) considerarán de manera oficial el caso del boricua por primera vez este año.
El nombre de un jugador debe aparecer en al menos el 75% de las boletas para ser exaltado al Salón, y los votantes pueden incluir hasta 10 nombres en sus boletas. El anuncio de los resultados del grupo del 2017 se realizará el 18 de enero a las 6 p.m. ET. La ceremonia será el 30 de julio en Cooperstown, Nueva York.
Tras jugar toda su carrera de 17 años en Grandes Ligas con los Yankees, el bateador ambidiestro Posada fue un orgulloso miembro del Core Four o "Núcleo de los Cuatro" junto a sus compañeros Derek Jeter, Andy Pettitte y el panameño Mariano Rivera, guiando a Nueva York a cinco anillos de Serie Mundial y ganando el banderín de la Liga Americana en siete ocasiones.
"No podría haber vestido un uniforme diferente", exclamó Posada. "Haber sido parte de siete Series Mundiales y haber ganado cinco de ellas fue algo que jamás imaginé, y el simple hecho de haber sido parte de ellas es invaluable. Seré un Yankee por siempre".
Cinco veces convocado al Juego de Estrellas y cinco veces ganador del Bate de Plata en la Liga Americana, Posada finalizó su carrera con promedio de .273, con un porcentaje de embasarse de.374 y .474 de slugging. El toletero zurdo conectó 275 cuadrangulares y produjo 1,065 carreras en 1,829 juegos, 1,574 de ellos como receptor.
Posada posee el récord de más juegos de postemporada detrás del plato (119) y compiló 103 imparables en octubre, siendo el batazo más importante aquel doblete de dos carreras para empatar el juego en contra del dominicano Pedro Martínez en el Juego 7 de la Serie de Campeonato de la Liga Americana en 2003.
En la historia de la franquicia, Posada luce como un digno candidato a ser incluido en el grupo de receptores de élite de los Yankees, el cual incluye a Yogi Berra, Bill Dickey, Elston Howard y Thurman Munson. Ese es un grupo del que Posada nunca se ha considerado parte, pero muchos expertos opinan lo contrario.
"Los aficionados lo apreciaban tanto porque siempre se preocupó por ganar; siempre se empeñó en hacer bien su trabajo", destacó Jeter.
Los votantes al Salón ponderarán varios argumentos convincentes en torno a los números en la carrera de Posada. De los receptores que ya están en el Salón de la Fama, sólo Berra y Mike Piazza tuvieron mejores números en las tres categorías de la Triple Corona de Bateo, que incluye promedio de bateo, cuadrangulares y carreras producidas.
"Creo que es digno del Salón de la Fama", dijo el timonel de los Yankees Joe Girardi, quien ayudó a Posada en su desarrollo como receptor a mediados de la década de los 90. "Cuando miras sus estadísticas y las comparas con las de los catchers que han llegado al Salón, cuando observas lo que ha significado para su club y los campeonatos que ganó con éste, sus números son increíbles".
Brian Kenny de MLB Network expuso un caso que beneficia a Posada utilizando la estadística OPS+, la cual ajusta el porcentaje de embasarse más slugging de cada bateador a los factores de cada estadio y era en los que jugó. De 1998 a 2009, el OPS+ de 125 de Posada ocupó el segundo lugar sólo detrás del 132 de Piazza, y por encima del venezolano Víctor Martínez (OPS+ de 121) y su compatriota Iván Rodríguez (OPS+ de 113).
Además, en los 10 años cúspide en la carrera de Posada del 2000 al 2009, su OPS+ de 129 se puede comparar con el de los receptores actualmente miembros del Salón de la Fama Johnny Bench (OPS+ de 132, de 1970 a 1979) y Berra (OPS+ de 130, de 1950 a 1959), mientras que superó en esa estadística a Gary Carter (OPS+ de 128, de 1977 a 1986) y Carlton Fisk (OPS+ de 125, de 1972 a 1981).
Aunque Posada nunca fue un receptor con calibre de Guante de Oro, su valor para los Yankees fue inmenso después de hacer la transición de su posición original, la segunda base, a la receptoría y convertirse en una amenaza de poder desde ambos lados del plato. Rivera dijo que el impacto de Posada durante esos cinco campeonatos pudo haber sido subestimado.
"Cuando escucho el nombre de Jorge Posada, me hace recordar todos esos grandes partidos que tuvimos", recordó Rivera. "La pasión y determinación que siempre tuvo para ganar, la dedicación, aguantar juegos difíciles y superar las adversidades, además de problemas familiares. Pero siempre estuvo ahí. Siempre dio todo de sí. Eso es lo que yo recuerdo: Él estando ahí siempre para nosotros. Era un jugador duro de reemplazar".
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