SAN DIEGO - Ya José Altuve es todo un veterano en el Béisbol de Lujo que acude a su cuarto Juego de Estrellas, pero el segunda base venezolano de los Astros de Houston considera que siempre es importante escuchar y valorar los consejos que le brinden sus colegas, y en su caso ha recibido bastantes muy útiles del estelar camarero dominicano Robinson Canó, de los Marineros de Seattle.
"Realmente escucho lo que me dice Canó", reveló Altuve. "Jugamos mucho el uno contra el otro -los equipos de una misma División se enfrentan 19 veces cada año- y él siempre tiene algo [positivo] que decirme.
"Cada vez que me habla, le pongo atención a lo que dice", reconoció el segunda base de 26 años de edad nativo de Maracay, capital del estado Aragua al norcentro de Venezuela. "Sé que todo lo que me dice tiene valor. Le agradezco todo lo que ha hecho por mi".
Instalado de nuevo como uno de los mejores bateadores en la meca de la pelota, Altuve suma números que serían de la envidia de cualquier pelotero de mayor edad.
En el 2015 encabezó la Liga Americana en hits (200) y bases robadas (39) por segunda zafra al hilo y se convirtió en el primer pelotero en la historia de los Astros con un par de centenares de imparables en cada una de dos contiendas al hilo. En 89 encuentros de la actual justa - ocho más que la mitad de los cotejos que juega cada equipo anualmente- suma 119 indiscutibles.
En junio del 2016 superó los 900 hits en la Gran Carpa en apenas su 722do encuentro. La oportunidad previa en la que un pelotero hilvanó una estadística tan impresionante data de los comienzos del legendario dominicano Albert Pujols, un casi seguro futuro integrante del Salón de la Fama, que lo hizo en 717 desafios.
En la actual contienda le pega con mayor solidez a la bola -sus 14 bambinazos están a uno de su tope personal de 15 implantado en el 2015- y considera que la razón para su alto promedio y su progreso en el aspecto del poder es su mayor selectividad en el plato. El único que tiene un mejor promedio que Altuve (.341) en el 2016 es su colega Daniel Murphy, segunda base de los Nacionales de Washington, que encabeza el Viejo Circuito con porcentaje de .348 con el madero.
"Creo que este año estoy teniendo mejores pitcheos para batear, esa ha sido la diferencia", analizó el segunda base de la franquicia de Houston. "No estoy persiguiendo [los envíos malos] mucho. Estoy concentrado en batear los strikes, en dejar pasar las bolas, en llegar a base. Ha sido la clave este año".
Entusiasmado por el éxito de los Astros en el 2015, por el respaldo de la fanaticada de Houston para el equipo dirigido por A.J. Hinch y por la forma como ha reaccionado su club en el 2016 luego de una arrancada discreta, estar presente en un Juego de Estrellas ya no es novedad para Altuve, pero no por eso va a dejar de apreciar su incursión en este tipo de reunión anual rodeado por los principales ases del planeta.
"No importa si tenga uno, dos, tres, en el caso mío es el cuarto, me siento igual de contento como si fuera el primero y cada vez es un sueño hecho realidad", agradeció el tremendo bateador derecho. "Hay muchachos como [su paisano] Miguel Cabrera que llevan 11 y están igual de entusiasmados con participar".
Por ser el primer bate en el partido en San Diego, va a ser el adversario inicial del abridor de la Liga Nacional, el dominicano Johnny Cueto, algo que le agrada porque le ha cogido buen pulso a ese turno con los Astros, aunque ha alineado bastante de segundo y tercero.
"Le voy a tirar al primer lanzamiento, eso es seguro", expresó Altuve, medio en serio, medio en broma.
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