SAN FRANCISCO - Tan bien pintaba Rusney Castillo como promesa de los Medias Rojas que en cierto momento se pensó que los jardines de la novena de Boston estarían conformados de cara al porvenir por Mookie Betts, Jackie Bradley Jr. y el nativo de Ciego de Avila, Cuba.
Firmado en el 2014 a un contrato de Grandes Ligas por siete años, Castillo intervino en 11 juegos en las ligas menores y en 10 en la meca de la pelota en su primera contienda como profesional en los Estados Unidos, disfrutando de tanto éxito que bateó .333 en sus primeros 36 turnos al más alto nivel del diamante.
Pero un par de años más tarde las cosas han cambiado para el bateador derecho de 28 años de edad. Betts y Bradley Jr son piezas enormes para los embalados Medias Rojas, en tanto Castillo acaba de subir a la Gran Carpa por tercera vez en la actual campaña.
"Rusney está en una situación diferente en el 2016, que no se compara probablemente a cualquier año que haya tenido en su carrera como pelotero", describió el dirigente de los Medias Rojas, John Farrell. "En este momento es un jardinero suplente.
"Con él hemos estado hablando de la importancia del trabajo antes de cada juego, de la necesidad de que esté listo del quinto inning en adelante, para posibilidades como emergente especialmente en los parques de la Liga Nacional [en los Juegos Interligas]", especificó Farrell.
A Castillo le ha ido muy bien en las Grandes Ligas en varias situaciones bien difíciles para cualquier otro con poca experiencia en una pelota tan exigente.
Antes de subir a los Medias Rojas el 5 de junio, Castillo le bateaba .313 a los zurdos en 102 visitas al plato en las Grandes Ligas. De hecho, en el 2015 promedió .515 con dos outs y hombres en posición anotadora, la mejor marca en las Grandes Ligas desde Shawon Dunston en 1999 y la principal en el Joven Circuito desde por lo menos 1974. Son indicativos de que se mantiene como un diamante en bruto, que en cualquier momento estalla positivamente hacia un primer plano.
Los jardines de los Medias Rojas, empero, han contado con un gran aliado complementario en el veterano Chris Young, que de paso es un líder ideal en el Club House, no solamente por su rendimiento sino por su experiencia. Excelente con el guante, Young batea .400, con seis dobletes y cinco jonrones en sus 15 juegos más recientes.
"Le buscamos [a Castillo] situaciones que sean ideales tanto para él como para nosotros", analizó el dirigente de los Medias Rojas. "A lo mejor lo alinearemos de modo esporádico, pero aquí todo se trata de competencia y ahora Young lo está haciendo muy bien.
"No quiero decir con ésto que no habrá tiempo de juego para Rusney en los jardines, pero en este momento tiene un rol como suplente", declaró con franqueza el piloto de la franquicia de Massachussets.
No debe ser muy fácil para Castillo encontrarse en el banco o en las ligas menores después de venir de una situación en la que había sido titular estelar en Cuba, al punto de promediar .319 en sus 360 juegos a lo largo de cinco temporadas de la exigente Serie Nacional, pero el residente de Pinecrest, Florida, sabe que tiene cosas en las que necesita trabajar para ganarse la titularidad en las Mayores.
Por ejemplo, en sus 333 visitas al plato en las Grandes Ligas se ha ponchado en 60 oportunidades. En el plano positivo, ha recibido 16 boletos y ha desplegado su talento a otros niveles al punto de promediar .342 entre la Liga Otoñal de Arizona y su participación en la Liga Profesional Roberto Clemente con los Criollos de Caguas.
"Me mantuve siempre trabajando en lo que que es la ofensiva, con los instructores de bateo de allá", reveló Castillo de su experiencia en Triple-A antes de ser subido a Boston. "Me estoy esforzando en lo que es agarrar el hábito de tener el swing más corto.
"El problema es que desde Cuba, nosotros los cubanos tenemos lo que llamamos el swing largo", detalló el antillano cuyo primer imparable en las Grandes Ligas fue un hit por el cuadro, en su propio debut el 17 de septiembre del 2014, frente al estelar zurdo dominicanoFrancisco Liriano, de los Piratas de Pittsburgh.
Una de las virtudes de Castillo es su versatilidad con el guante, al punto de que puede defender las tres posiciones de los jardines y de paso jugar en la segunda y tercera base.
"Me siento bien en las tres posiciones [del outfield]", afirmó Castillo. "Siempre pienso positivo, en seguir la misma motivación, [que es] jugar a diario para que vuelva ese momento que tuve en mi primer año.
"Lo difícil quizás, es que no he tenido los resultados que uno espera", reconoció Castillo. "He tenido buena concentración y los muchos instructores de bateo me han ayudado para salir de este momento".
Con el tiempo, ese talento natural que posee Castillo, que incluye un brazo potente y preciso, pudiera derivar en que sea titular en las Grandes Ligas, pero por lo pronto se da cuenta de lo que ya sabía por referencia: que la diferencia es grande entre Cuba y las Ligas Mayores.
"Sí, la hay y mucha", especificó Castillo. "No quiero decir que Cuba no tenga un nivel alto, pero aquí es diferente. Para nadie es un secreto que las Grandes Ligas son la mejor liga del mundo".
Desde el plano de su carrera como profesional, Castillo no es un tipo que se moleste con el alto mando de su organización beisbolera por no estar jugando a diario en las Mayores.
"Quiero apoyar al equipo a tener buen resultado con ellos", concluyó el guardabosque antillano. "Si Dios quiere, espero tener toda mi carrera deportiva con los Red Sox".
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