Las metas de José Altuve en 2016
El Emergente
Por Ignacio Serrano
José Altuve tiene 25 años de nacido, dos temporadas sobre 200 hits y tres llamados al Juego de Estrellas.
Esa es una combinación única. De hecho, ningún venezolano ha logrado algo así, por el sencillo hecho de que ninguno había conseguido una segunda cosecha de 200 imparables, antes que él.
La edad del camarero de los Astros y su combinación con sus estadísticas dan para un buen rato de admiración, aunque en la simpleza de las cifras acumuladas ya haya material para editar.
Altuve necesita 170 cohetes para completar su primer millar. Hay 29 criollos allí. Pero hacerlo tan pronto es un privilegio que corresponde únicamente a Miguel Cabrera y Elvis Andrus.
Con 31 bases robadas más ya tendrá 200, una meseta más difícil. Apenas siete de sus compatriotas la han trepado, y sólo Andrus lo hizo tan pronto.
Andrus este año debería desplazar al legendario César Tovar de la quinta plaza de todos los tiempos en la expedición nacional. Pero ha reducido su impulso y ahora avanza más lento. Tiene 52 escamoteos en los últimos dos torneos, contra 94 de su paisano, quien ha sido, además, el líder de la Liga Americana en ambas ocasiones. Tal vez para 2017 ya Altuve sea el ocupante de esa quinta posición. Veremos.
Un nuevo liderato en robos mantendrá a Altuve a la zaga de Aparicio como los únicos representantes del patio con tres conquistas así. Y si vuelve a golpear 200 indiscutibles, aumentará su propio récord, que es marca por partida doble, al ser en campañas consecutivas: recuérdese que ningún heredero del Patón Carrasquel había logrado los dos centenares en más de una ocasión.
Es la edad del maracayero, sin embargo, lo que permite hacer las mejores comparaciones con vistas a este 2016 que está por comenzar.
Si es llevado nuevamente al Juego de Estrellas, emulará otro logro de Cabrera, quien hasta ahora es el único nativo con cuatro llamados al clásico de julio antes de cumplir los 27 años de nacido. Es un extraordinario ritmo. A esa edad, para poner un caso ejemplarizante, el gran Luis Aparicio iba por tres.
El dominicano César Cedeño, a quien llegaron a comparar en su juventud con el mismísimo Roberto Clemente, es el único bateador de los Astros de Houston con 1.000 hits acumulados a los 26 años de edad. También es el único sobre 200 estafas.
El quisqueyano, por cierto, lo hizo con menos average que el venezolano, pues mostraba .292 de promedio para ese momento, contra .305 que exhibe su sucesor hasta ahora, a un mes de festejar su vigésimo sexto cumpleaños.
Altuve ya no es aquel muchacho que llamaba la atención por su mocedad, su enorme deseo y, claro, su estatura. Hoy ya nadie habla de eso último y, a sus 25, comienza el que debería ser su mejor período en el beisbol.
El deseo parece seguir allí, por el modo en que juega y la forma como habla.
Pronto superará las 3.000 apariciones en el home. De vivir una temporada saludable, será el tercero sobre las 3.600 entre peloteros del patio a su edad. Y con los Astros en plan ascendente, buscará su primera campaña sobre 100 anotadas y su tercera por arriba de 40 tubeyes.
Si logra esto último, será el segundo criollo que pasa de largo los dos centenares antes de soplar las 27 velitas. Sólo hay un nativo que ha podido hacer eso. Y sí, es el mismísimo Miguel Cabrera.
Publicado en El Nacional, el domingo 27 de marzo de 2016.
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