Repasemos lo que han hecho los Gigantes en los últimos años.
El equipo de San Francisco ganó la Serie Mundial en el 2010, 2012 y 2014. Estamos hablando de tres títulos en espacio de cinco años. Lo curioso es que en los años en los que el equipo no se coronó en ese trecho - el 2011, 2013 y 2015 - ni siquiera clasificaron para la postemporada. Y como se avecina un nuevo año - un año par - es fácil percibir el patrón.
En el 2016, a los Gigantes les tocaría ser campeones otra vez.
Pero los Cachorros han construido tremendo equipo. Los D-backs también han estado bien ocupados este invierno. Y los Nacionales, Dodgers, Cardenales, Piratas y Mets podrían aspirar a un título de Serie Mundial en el 2016.
En pocas ocasiones ha habido tanta paridad en el béisbol, y ni siquiera hemos hablado de los Medias Rojas, Reales, Rangers y los demás equipos de la Liga Americana.
El punto es el siguiente: Ganar una Serie Mundial quizás sea más difícil que nunca ahora mismo. Entonces, habrá quien dude que los Gigantes sean capaces de coronarse el próximo año.
Pero ya había una paridad notable en el béisbol en el 2014, la última vez que San Francisco salió campeón. Y los Gigantes han tenido un receso de temporada bien alentador y no me refiero solamente a los informes médicos de algunos de sus jugadores claves. También han firmado a dos agentes libres de lujo.
El primero fue Jeff Samardzija, quien fichó con San Francisco por cinco años y US$90 millones. El diestro viene de registrar foja de 11-13 con promedio de carreras limpias de 4.96 por los Medias Blancas en el 2015, pero en general se ha destacado en su carrera. Ha promediado 217.0 innings de labor y 182 ponches por año en las últimas tres campañas. En ese trecho, su efectividad es de 3.96.
San Francisco dio otro golpe al acordar un contrato de seis años y US$130 millones con el diestro dominicano Johnny Cueto. Al igual que Samardzija, Cueto no dio su mejor actuación este año, ya que tuvo promedio de carreras limpias de 4.76 en 13 aperturas de temporada regular luego de ser adquirido por los Reales.
Pero en las últimas cinco temporadas, Cueto tiene marca de 64-38 con promedio de carreras limpias de 2.71, a la vez que ha promediado 178.0 innings de labor y 149 ponches por campaña.
Los Gigantes creen que tanto Samardzija como Cueto está en salud y que ambos se beneficiarían de trabajar con su coach de pitcheo Dave Righetti, uno de los mejores de Grandes Ligas.
A ambos les encantará jugar para el manager Bruce Bochy, ser parte de un club con un núcleo de jugadores que ha tenido éxito y vivir el ambiente del AT&T Park, que casi siempre se llena.
Es cierto que la semana pasada, muchas personas estaban listas para entregarles el título del Oeste de la Liga Nacional a los D-backs, quienes agregaron a Zack Greinke y a Shelby Miller a su rotación.
Pero si todo sale como previsto, la rotación de los Gigantes consistirá de Madison Bumgarner, Matt Cain, Jake Peavy, Samardzija y Cueto. Tal es la profundidad del pitcheo abridor de San Francisco que Chris Heston, quien en el 2015 tiró un juego sin hit ni carrera, lanzaría en calidad de relevista hasta que se le necesite en la rotación.
Si Hunter Pence está en salud, el boricua Ángel Pagán vuelve y Buster Posey y Brandon Crawford producen como lo acostumbrado, los Gigantes tendrán posibilidades de volverse a coronar en el 2016.
Quizás San Francisco no haya terminado de reforzar su roster. El vicepresidente Brian Sabean y el gerente general Bobby Evans siguen en busca de piezas para los jardines y el bullpen en el mercado de agentes libres. También indagan opciones en el mercado de cambios.
A los Gigantes se les ha mencionado en torno a todos los jardineros disponibles en el mercado de agentes libres, incluyendo al cubano Yoenis Céspedes y a Justin Upton. Pero la rotación era la prioridad del club. Si Cain está en salud - y todo luce indicar que así es - este cuerpo de abridores podría ser la mejor que ha tenido San Francisco durante su época de campeonatos. Aun si los Gigantes no hacen otro movimiento más, estarán en posición de ganar otro Clásico de Otoño.
Quizás sea un planteamiento descabellado. Pero ganar tres Series Mundiales en cinco años también lo es.
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