LOS ANGELES - Como ya es costumbre los Dodgers volverán a ser protagonistas este invierno al tener que elegir a un nuevo dirigente y, probablemente, un reemplazo para el candidato al premio Cy Young, Zack Greinke.
La manera en que llenen ese vacío en la rotación será una muestra de lo agresiva que sería la gerencia de Los Angeles para otorgar enormes contratos a talento de alto calibre para agregar a su eficiente desarrollo de jugadores dentro de la organización.
Cualquiera que sea el camino que tomen, el cuerpo monticular necesita una reconstrucción, de nuevo existe un hueco por llenar en la intermedia y las praderas necesitan un productor de carreras.
Agentes libres/opciones: L Brett Anderson, INF Howie Kendrick, INF Jimmy Rollins; L Greinke (puede ejercer su opción de salirse del contrato); L Bronson Arroyo (opción del equipo de US$11 millones o US$4.5 millones de indemnización), L J.P. Howell (opción del jugador de $6.25 millones), L Joel Peralta (opción del equipo de US$2.5 millones), INFChase Utley (opción del equipo de US$15 millones).
Se espera que Greinke se salga de su contrato esta semana, los azules le harán una oferta calificada de un año y US$15.8 millones antes del fin de semana y será rechazada antes del 13 de noviembre, lo que dejaría al club con una selección de primera ronda en el draft como compensación y un enorme vacío en la rotación.
Técnicamente, Greinke podría decidir permanecer con los Dodgers por los siguientes tres años y ganar US$71 millones. También el club podría otorgarle un contrato nuevo. Pero el derecho firmó con Los Angeles porque ofrecían la mayor cantidad de dinero, lo que no sería el caso en esta ocasión, ahora que muchos estiman que su valor en el mercado sería de US$180 millones por seis años.
Anderson y Kendrick también recibirían ofertas calificadas, aunque ambos las rechazarían luego de buenas campañas. Howell también podría anular su opción del jugador a cambio de un contrato multianual con el equipo.
Rollins ya perdió su puesto de titular a Corey Seager. Las opciones de Arroyo y Utley serían rechazadas. Peralta estuvo lesionado la mayoría de la temporada. Pero el dominicano es uno de los jugadores favoritos del presidente del club Andrew Friedman, entonces es probable que regrese en el mismo rol.
Necesidades: Varios abridores, profundidad en el relevo medio, un segunda base titular, producción en los jardines. Este último depende en gran parte a cómo evalúen los directivos al cubano Yasiel Puig y Joc Pederson.
Posibles alternativas: Si Greinke decide marcharse, los nombres más destacados en este invierno serán David Price, el dominicano Johnny Cueto y Jordan Zimmermann. Todos menores que Greinke. Price tiró por Friedman en Tampa Bay. Sin embargo, todos buscarán un contrato de nueve cifras, y es una gran interrogante si la gerencia está dispuesta a otorgarlos. En la temporada muerta pasada los Dodgers decidieron no firmar a agentes libres de renombre y contrataron a Brandon McCarthy y Anderson, con resultados mixtos.Mike Leake, el mexicano Yovani Gallardo, Jeff Samardzija y Scott Kazmir podrían estar en la mira de Los Angeles. Anderson tiene apenas 27 años de edad, así que los Dodgers tratarán de retenerlo.
Piezas de cambio: Otra interrogante es si los directivos han perdido la fe en Puig o si todavía lo ven como uno de los jugadores más talentosos en las Grandes Ligas. Debido a las lesiones y su conducta que distrae, Puig ha perdido varios aliados en Los Angeles. Un nuevo piloto que no entienda lo perturbador que puede ser Puig no ha platicado con Don Mattingly.
Carl Crawford y Andre Ethier tienen contratos que a la gerencia le gustaría cambiar, pero una sorprendente ficha de canje que podría traer mucho a cambio sería el cerrador Kenley Jansen, quien llegará a su última temporada antes de convertirse en agente libre y probablemente ganará US$11.5 millones por medio del arbitraje salarial. Si los directivos quieren reducir su nómina y reforzar el roster, el cambiar a Jansen sería más realista que un contrato a largo plazo para retenerlo.
Balance final: Esperen lo inesperado. Basado en lo que han hecho en el último año, los directivos de Los Angeles van contra la corriente, son arriesgados, astutos y tienen mucha confianza.
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